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Alfabética [« »] equivocaba 1 equivocación 2 equivoqué 1 era 371 éramos 1 eran 59 eras 1 | Frecuencia [« »] 428 había 386 yo 375 te 371 era 352 ya 351 sin 346 él | José María de Pereda Sotileza Concordancias era |
Cap.
1 Pró| primera (marzo de 1885), lugar era éste bien a propósito, en 2 1| Crisálidas~ ~ El cuarto era angosto, bajo de techo y 3 1| gorro de terciopelo raído. Era alto, algo encorvado, con 4 1| cual, por horror a la luz, era obra la encorvadura del 5 1| en que iban todos acordes era en la cara sucia, el pelo 6 1| balcón, el cual muchacho era morrudo, cobrizo, bizco 7 1| respondió el interpelado, que era rubio, y delgadito, por 8 1| su ropa, movimiento que era muy habitual en él - . ¿ 9 1| nuevos personajes. El uno era un muchacho frescote, rollizo, 10 1| convenir todos en que no era cosa superior, dijo Andrés 11 2| la huerta de Rábago. Esto era la Maruca de entonces, que 12 2| versión popular, lo mismo era penetrar allí una persona, 13 2| le movía hacia San Martín era más poderosa que la que 14 2| hacer pinos pronto y bien era una de las grandes habilidades 15 2| los bolsillos, lo cual no era mucho: tres cuartos en dos 16 2| reclamando a piña* seca loque era suyo, Muergo, envuelta en 17 2| enseñado a fumar Cuco, que era el fumador más tremendo 18 2| del Muelle-Anaos, lo cual era tanto como decir el fumador 19 2| todos al Muelluco. Buena era, en efecto, la marea, mas 20 2| cuarto adquirido por Muergo era la causa de la deserción. 21 2| Montañesa; gente que le era bien conocida en su mayor 22 2| marineros de Santander, era un acontecimiento de gran 23 2| la mañana, que la Unión era la fragata avistada y que 24 2| de la naturaleza. Andrés era el único de los espectadores 25 2| él, por ser hijo de quien era; es decir, del héroe de 26 2| el corazón de Andrés, que era el más interesado de todos 27 2| vaya si el tío Cudón, que era el práctico que había tomado 28 3| en el Cabildo de Abajo), era un marinero chaparrudo, 29 3| llamarle la atención, ya era otra cosa. El vil interés 30 3| ser así tío Mocejón, no era lo peor de la casa, porque 31 3| reñidoras de primera calidad. Era más alta que su marido, 32 3| embargo, hay quien asegura que era más llevadera esta mujer 33 3| y, además, cancaneada*. Era de oficio sardinera, y cosa 34 3| o tardara en bajar...; ¡era cuando había que oír y que 35 3| aquel trance, se dudaba cuál era en ella más asombroso, entre 36 3| enfadada de veras: aquello no era más que un ligero desahogo 37 3| padre que a la de su madre. Era sombrío y taciturno, pero 38 3| a tío Mocejón, añado que era dueño y patrón de una barquía, 39 3| todo el Cabildo, en el cual era rarísimo el marinero que 40 3| Cabildo.~ ~ Como tío Mocejón era bastante torpe en números 41 3| patrona, es decir, su mujer, era quien cobraba cada sábado 42 3| tratada y mantenida como era de esperar. Mocejón quiso, 43 3| extrañaba la comida. No era de bodas la de su casa; 44 3| que había, buena o mala, era abundante siquiera, porque 45 3| ni en el arte a Mocejón, era, relativamente, niña mimada; 46 3| pellizcos y soplamocos. Siempre era la última en meter la cuchara 47 3| habían pasado ya una vez, era punto menos que perder el 48 3| dejaba de ser reparona, si era la boca la que se lanzaba 49 3| lanzaba sobre la presa, o si era la presa la que se lanzaba, 50 3| de la boca: ¡tan rápido era el movimiento, tan grande 51 3| las circunstancias. Tal era su comida: fácil es presumir 52 3| y lo que se le mandaba era demasiado, ciertamente, 53 3| espacio que ella encierra era donde las bogas tenían su 54 3| seguramente, sino porque era de ese barro: una naturaleza 55 3| pies limpios como un sol. Era como la señorita de aquella 56 3| sino en que con ninguno era tan cariñosa como con Muergo.~ ~ -¡ 57 3| fuerza de las armas, lo cual era algo pesado y expuesto para 58 3| corpulencia y barbarie, era el más temible en sus bromas, 59 4| Mechelín y tía Sidora. Mechelín era risueño, de buen color, 60 4| hechas a su relato. También era algo caído de cerviz y encorvado 61 4| precisamente hechos un bardal, y era tan activo de lengua y tan 62 4| ordinariamente muy buen humor. Era bajita y rechoncha; andaba 63 4| ejemplarmente avenido. Tío Mechelín era compañero en una de las 64 4| hermano de Mechelín que era callealtero, como toda su 65 4| sino porque realmente no era buena «de por suyo», y se 66 4| conocemos. Muergo, pues, era sobrino carnal de tío Mechelín, 67 4| todavía.» Pero el acuerdo era cosa del Cabildo, que bien 68 4| ayuda de costas» ofrecida, era lo que les movía a recoger 69 4| que ellos querían oír. ¿Era miedo que tenía la niña 70 4| venganzas de sus protectores?¿Era dureza y frialdad de carácter?~ ~ 71 4| este procedimiento, pues era más recomendado, por más 72 4| Cerrada la puerta, todo era negro allí, y no tenía otro 73 4| nosotros, con ser quien era..., ¡Desvergozadas!... Et 74 4| auxilio de Dios. Mi deber era poneros en los casos; y 75 5| de color rosa. Tan corta era la trenza todavía, que después 76 5| Porque esperaba a Andrés, que era quien había de subir.~ ~ -¡ 77 5| entiendes? Tu padre, bueno era; tu madre no era peor; conmigo 78 5| bueno era; tu madre no era peor; conmigo se confesaban. 79 5| para comer, creyendo, pues era ya muy corrida la una de 80 5| Porque me dijo Andrés que era sobrino de usté.~ ~ -¿Quién 81 5| escondido de la alcoba. La voz era vibrante, desgarrada, con 82 6| taberna del tío Sevilla, que era, como su holgadero, su lonja, 83 6| acudiendo de los primeros. Era hombre de pocas palabras 84 6| cortina del antepalco, y era dueño de enviar a la cárcel 85 6| recelosos y descontentadizos; y era muy curioso observar cómo 86 6| rasolís!~ ~ Otra vez era un mozo de piel lustrosa, 87 6| hombres no tienen calo*!~ ~ No era opinión muy corriente ésta 88 6| supiera administrarle como era debido, y que el Sobano, 89 6| común, el alcalde de mar era quien encauzaba y dirigía 90 6| reserva; pues si sagrada era la obligación que tenía 91 6| épocas de temporal, no lo era menos la de pagar los pescadores 92 6| recogiera y tratara como era debido en josticia y caridá ( 93 6| boca de hombres de bien, era porque no se creía obligado 94 7| en la pulcritud del arte, era el barrio de los mareantes 95 7| macizo y basto.~ ~ No era este personaje de mucha 96 7| regular; pero, en cambio, era doble, sobre todo de espaldas, 97 7| y en la bofetada limpia era una reputación en la plaza 98 7| aire terrestre; todavía era vivaracho, desorejado de 99 7| afeitada de quijadas arriba, era algo más que sombra de patilla 100 7| sus espaldas a encorvarse; era muy atezado, y formaba con « 101 7| carácter de «marino»; ya era... como todos. Porque, yo 102 7| siete familias de Santander; era bien afamado el pretendiente, 103 7| había pasado de piloto y era tan desmañado en finiquituras 104 7| el mando del buque, que era un bergantín bien afamado. 105 7| Periquito hecho fraile. Ya era capitán; ya tenía una paga 106 7| matrícula de Santander. Como no era lerdo, se acostumbró primero 107 7| su mando. Como, además, era un marino consumado y un 108 7| ajamonando poco a poco, y era, en la ocasión en que aparece 109 7| desazonaba; pero la salida era de necesidad, porque su 110 7| otro. Uno solo de ellos era capitán. De los dos pilotos, 111 7| prototipo de la especie; el otro era Ligo, el mozo que vimos 112 7| Martín con Andrés. Éste era el más joven de todos, y 113 7| elegante y culto; desde luego era el más aparatoso y el más 114 7| delicioso contraste. Madruga era impasible de fisonomía, 115 7| palabra. Ligo, al contrario, era locuaz, con grandes presunciones 116 7| la brusquedad de lo que era, con términos finos, que 117 7| groserías tan finas, que era todo lo que había que oír.~ ~ 118 7| Bitadura, que, al cabo, era su capitán; largó una sopimpa 119 7| madre, cuya cruz más pesada era pensar incesantemente en 120 8| para él. Inesperada, porque era la primera vez que aquel 121 8| de esposo amante (que lo era en verdad, y a toda prueba, 122 8| Don Venancio Liencres era un hombre completamente 123 8| su madera, aunque tosca, era sana; además, como todas 124 8| cabalmente el razonar bien era la manía del señor don Venancio 125 8| brazos; pero la intención era buena y, en fin, hizo lo 126 9| medio llenar de macizo. Colo era aquel sobrino de don Lorenzo, 127 9| su parcialidá de genio: era gran persona el señor don 128 9| de la lancha a la vela. Era un animal voraz, y se tragaba 129 9| escuchaban con sumo interés, y era la verdad... Como que tía 130 10| llamaba Tolín (Antolín) y era, en lo físico, poca cosa: 131 10| de correr. A las canicas era algo más diestro, pero poco 132 10| Maruca para no descalzarse era como no ir. Por lo demás, 133 10| y aun debiera serlo, no era de los pinturines ya mencionados, 134 10| saberlo muy bien, no le era antipático Tolín, aunque 135 10| porque la intimidad de Andrés era de las más codiciadas entre 136 10| que el hijo de Bitadura era tan apto para un fregado 137 10| Joven Antoñito de Ribadeo era, casualmente, de las mejores 138 10| tratara allí como quien era, concluyendo por advertirles, 139 10| Su único entretenimiento era bajarse a la lancha, siempre 140 10| dudó un instante si aquello era realidad o una pesadilla, 141 10| le faltaban agallas, ni era dengoso; pero su parte física 142 10| dengoso; pero su parte física era débil, y el espíritu mejor 143 10| exclusivamente terrestre, y la tierra era su elemento para las pocas 144 10| en punto a recreaciones, era la Maruca, por abundar en 145 10| En fin, que la chiquilla era otra ya, y el honrado matrimonio 146 10| regalaba su tía.~ ~ ¿No era harto justificable el placer 147 10| aquella pobrísima morada? ¿No era el bienestar que reinaba 148 11| de don Venancio Liencres era uno de los ejemplares más 149 11| diga. Don Venancio Liencres era muy tentado de esas sinceridades 150 11| curaba de ella. Por lo demás, era una pobre mujer que lo ignoraba 151 11| mejor aliñado; pero Tolín era Tolín, y Andrés era el hijo 152 11| Tolín era Tolín, y Andrés era el hijo de un capitán de 153 11| niña, que se llamaba Luisa, era un endeble barrunto de una 154 11| señora de Liencres; al cabo, era una niña, y podía más en 155 11| subía allá siempre que le era posible, porque nunca volvía 156 11| de red con mucha soltura; era limpia como una plata, y 157 11| otro modo más elocuente. Era obediente y dócil sin esfuerzo 158 11| para qué, pues tal como era y se conducía, dejándose 159 11| Por lo tocante a Cleto, ya era otra cosa. Cleto no era 160 11| era otra cosa. Cleto no era malo, ni jamás la dio un 161 11| Pero, así y todo, Cleto no era malo, de la maldad de toda 162 11| de toda su casta. Cleto era muy bruto, muy seco, nada 163 11| relucientes, porque ésta era la particularidad más llamativa 164 11| fuera de casa.~ ~ Cleto no era feo. Había cierta dulzura 165 12| la flor de su galanura, era la limpieza extremada de 166 12| las menudas orejas.~ ~ Tal era lo que, en el orden señalado, 167 12| aunque pequeña y fresca, era durísima de expresión; la 168 12| flexible y gracioso, no era un modelo escultórico. En 169 12| una palabra, Sotileza no era una hermosura en el sentido 170 12| sentimiento estético. Su voz era de hermoso timbre, con unas 171 12| El pobre muchacho, que era de un natural candoroso 172 12| Cleto a Sotileza. Cleto era trabajador, honradote, sano 173 12| el de menor importancia, era el haberse negado tenazmente 174 12| Particularmente desde que era huérfano de padre y madre, 175 12| pudiera remediarlo, la visita era a las horas de comer o de 176 12| Para Muergo, la tajada era todo cuanto encerraba la 177 12| razón o sin ella; y ésta era la verdadera causa de la 178 12| entera de repente. Muergo era bebedor; pero con el miedo 179 12| pero cuando se emborrachaba era una fiera. Por eso, los 180 12| borracho huían de él. Entonces era capaz de las mayores barbaridades, 181 12| fueran.~ ~ Por lo demás, era alegrote, fuerte en el trabajo, 182 12| porque al día siguiente era domingo, a la luz del candil, 183 12| respondió Muergo.~ ~ Cole era un pescador valiente y entendido, 184 13| aptitudes entre ambos. Tolín era un jovenzuelo de pobre naturaleza, 185 13| accesorios de ella; su letra era clara, de la mejor ralea 186 13| asuntos a la vez; y aunque era ágil en sus movimientos 187 13| santo en su peana.~ ~ Andrés era un mocetón sanguíneo, frescote, 188 13| el tablero. Por lo demás, era puntual asistente a las 189 13| se parecían los dos mozos era en el cordialísimo cariño 190 13| paredes de los portales, y era, por naturaleza, bastante 191 13| su padre, y el panorama era enorme, y sus detalles eran 192 13| TANTOS~ ~ ~ ~ Y por si no era bastante el paréntesis del 193 13| puso muy colorado, porque era la verdad que se alampaba 194 13| crecían con él, lo cual era crecer mucho, porque Andrés 195 13| crecía y ensanchaba que era una bendición de Dios. A 196 13| en el Sardinero; el caso era de urgencia, y el práctico 197 13| mucho por ser hijo de quien era y por la veta que sacaba, 198 13| de sus conchas! Aquello era propia y materialmente vivir 199 14| ella a la badía, si no le era posible salir más ajuera; 200 14| había grande intimidad, era ésta casi toda a expensas 201 14| del primero. Sotileza no era mucho más expresiva con 202 14| de su persona, porque ése era su deber? ¿No iba a menudo 203 14| estómagos ingratos? Y si no era esto o algo que pudiera 204 14| pudiera parecérsele, ¿qué era? Y en vano se consumía y 205 14| acostumbrándose a ellas, que era todo cuanto podía hacer 206 14| ignoraba, por fortuna suya; era la causa del retraimiento 207 14| enterarse, por lo perezoso que era de comprensión; pero en 208 14| sabían muy bien que el asunto era peligroso para echarlo a 209 14| muchachuelos impúberes, ¿no era cada visita del uno a la 210 14| resultar de todo esto? Y si no era para empeñarse, ¿a qué iba 211 14| Andrés comprendió que le era preciso hacer algo para 212 14| sus adentros: «Luego esto era posible.» Y por un contrasentido 213 14| campechanos. Declararles el motivo era darles una puñalada en el 214 14| el corazón; ocultársele, era hacerse reo de una falta, 215 14| compañero Tolín. Para entonces era Luisa lo que prometió ser 216 14| ceremonial de su mundo. Era bastante sosa de palabra; 217 14| este mozo, y como aquélla era tan contraria a sus gustos 218 14| mocetón, que en todo lo demás era un cascabel de oro, que 219 14| escuchándole; y como Andrés era dueño de algunos dineros, 220 14| limosnas que recibía, y era además creyente a puño cerrado, 221 15| que daba. Y aquel clavo era Muergo y el considerar que 222 15| forzudo que el monstruo era, ya tenía campaña para rato; 223 15| barrerla de aquel modo, ¡lucida era la recompensa que obtenía 224 15| sus ahogos; pero Andrés era protector de Muergo, y no 225 15| los interesados en ellas, era aventurarse demasiado, porque, 226 15| el 30 de agosto; vio que era mes y medio bien cumplido, 227 16| que su hijo iba de pesca. ¡Era de oír a la mujer de don 228 16| de pronto, Sotileza, que era, como quien dice, su propia 229 16| y de sonrisas en tierra, era animadísima en estos lances 230 16| persuadiéndose poco a poco de que era innecesario, puesto que 231 16| lentamente, porque el viento era escaso, con la proa puesta 232 16| merced de tales jolgorios era más animada y habladora 233 16| fue mucho, pues la resaca era mayor que por la mañana, 234 16| mañana, porque el viento era más fuerte y la marea subía 235 16| marea subía ya. Como no era tan fácil saltar desde el 236 16| barrera en su camino. Como era de esperar, la barquía, 237 16| aquella banda, toda prevención era poca. Andrés, recordando 238 16| ella por alguna parte le era imposible, porque el capote 239 16| fondeadas, donde el viento era más impetuoso y los maretazos* 240 17| en su hora. Lo importante era quedar como debía y donde 241 17| de este modo, ya la cosa era distinta, porque no siendo 242 17| esto, con ser tanto, no era lo único que le robaba el 243 17| y su ingenuidad noblota, era precisamente de las pocas 244 17| fresquísimo de estos sucesos era el segundo tema de las cavilaciones 245 17| mimada y consentida joven era muy capaz de cumplir lo 246 17| El caso denunciable no era, ciertamente, cosa del otro 247 17| su empeño! Don Venancio era un señor muy pagado de la 248 17| capitana, y el capitán no era ya aquel Bitadura impresionable 249 17| su alma, estaba gordo y era rico. Por todo lo cual se 250 17| Pero, al fin, todo esto era una suposición: estaba por 251 17| lejos... ¡Lo otro, lo otro era lo grave, lo apremiante, 252 18| empezar!~ ~ -Todo ello no era más que un decir... Empeño 253 18| canses, Andrés, aquello era la pura verdá... Por eso 254 18| no resentirme... ¿Por qué era verdad aquello?~ ~ -Porque 255 18| consejos del amor propio, que era lo que con mayor fuerza 256 18| demasiado, insistir en negarlas era desmerecer más y más a los 257 18| Muergo, sucio y feo, no era ni siquiera una falta, en 258 18| él, mozo gentil y culto, era un delito que podía llegar 259 18| animal monstruoso? Esto era increíble, y sería una verdadera 260 18| las condiciones de Silda, era obligarse a no volver más 261 18| y no volver a la bodega era empresa superior a las fuerzas 262 18| empezar a hablar con ella, no era la realidad de sus tan acariciadas 263 18| descalabro; pero su veta era noble, y siempre respondía 264 18| de lo más hondo. Además, era de todo punto inútil el 265 18| soberana lección? ¿Cómo era posible que una mujer tan 266 18| nada, y que, sin embargo, era sensible e inteligente, 267 19| atención de nadie, porque no era nuevo en ellos.~ ~ La última 268 19| el suelo - . ¡Pensé que era otra cosa!... Dimpués hablaremos 269 19| impedido hacerlo antes, no era cosa de reparar en él. Pero 270 19| bodega; quiere decir, que era menos estrepitoso en sus 271 19| pensó que este chisporroteo era la señal de lo grande que 272 19| noticia dada por Colo a Cleto era cierta en todas sus partes, 273 19| vanidad de remador, porque era cosa corriente que habían 274 19| aquella gentil criatura, que era el calor de su espíritu) 275 19| Porque la tempestad de Cleto era sorda, de fondo, relativamente 276 19| costa; pero la de Andrés era de huracanes furiosos que 277 19| en antojársele que Cleto era, en rigor de justicia, un 278 19| y desamparada de todos, era una completa villanía; pero ¿ 279 19| aquella desdichada aventura, era una torpeza que le costaba 280 20| puerto seguro.~ ~ A la sazón era don Pedro Colindres un señor 281 20| quince días, no es el que era, y en los ocho últimos le 282 20| palabra. ¡Con lo alegre que él era y lo...!~ ~ -Aprensiones 283 20| acabara aquel mismo día, que era sábado, la saya nueva que 284 20| Colo, para ponerle, como era de esperar, en los cuernos 285 20| aquel tono dominante que era natural en ella - , sobre 286 20| dimpués de aquel botón, que era de asa, y entodía le tengo 287 20| Sotileza, para quien no era noticia el amoroso sentir 288 20| que no soy lo que antes era. ¡Hasta por tonto me tuve!, 289 21| convenir con su marido en que era hasta deber de conciencia 290 21| noche anterior. Este asunto era el del regateo propuesto 291 21| siente al amor propio; esto era muy distinto: era un Cabildo 292 21| esto era muy distinto: era un Cabildo en masa desafiando 293 21| hasta deber de conciencia era advertírselo a ella. Pero 294 21| lejanías más peligrosas. Y era lo peor que ni siquiera 295 21| preguntó al de Abajo, que era el retador, hasta dónde 296 21| quedó sin plaza, porque no era de fiar en lance tan delicado, 297 21| negra, volvió a hacerle como era debido; estiró los fuelles 298 22| aldea; un viaje a Madrid era empresa de tres días, y 299 22| acontecía en este caso, era muy señalado el día, y la 300 22| bandera, que en aquel momento era la honra del Cabildo de 301 22| de la cucaña.~ ~ Muergo era uno de ellos, y andaba dado 302 23| había pizca de vergüenza, y era voz corriente que ninguna 303 23| corriente que ninguna moza era más merecedora que Sotileza 304 23| lenguas maldicientes.~ ~ No era nuevo este espectáculo en 305 23| suelo. Recogióle, y vio que era una llave. ¿Quién la había 306 23| incomprensible para él. Ya no era la mujer de aspecto frío, 307 23| y armoniosa palabra; no era la discreta muchacha, que 308 23| corría su buena fama. Ya era la mujer bravía: ya enseñaba 309 23| consideró que una actitud así era el mejor testimonio de su 310 23| Carpia, con ser lo que era, no se atrevía en aquel 311 24| horas, siendo Andrés quien era, y su cómplice tan afamada 312 24| muchos centros cuya miga era el tufillo alquitranado. 313 24| concurrencia de tertulianos era de gentes de su profesión; 314 24| eso que acabas de decirme, era un bofetón que te dejara 315 24| en el honor de Sotileza, era sacar de quicio al fogoso 316 24| antes al segundo.~ ~ No era don Pedro Colindres hombre 317 24| llamarada de pasión que era preciso apagar a todo trance 318 25| envuelto en corteza ruda, era, como se sabe, blando y 319 25| que dije antes. Pensé que era sobrado hablar así para 320 26| refrescar el horno de sus ideas, era de Sur en calma, negra y 321 26| pasaban a él? ¿Qué prestigio era el suyo ante un hombre como 322 26| pleito, ni si el pleito era defendible, ni si era pleito 323 26| pleito era defendible, ni si era pleito siquiera? ¿De qué 324 26| semejante? Y aunque cupieran, ¿era creíble que se prestara 325 26| vencidos, si el declararlo así era la humillación y desprestigio 326 26| rebeldía inusitada. Este era el caso; y para su resolución 327 26| es motivao a la leva.~ ~ -Era de esperar ya... Y ¿qué 328 26| casualidad, cuando lo cierto era que se había agarrado a 329 26| a volver a su casa, como era lo cuerdo y conveniente, 330 26| contra todos sus deberes, que era lo descabellado. Pero ya 331 26| el menor de los riesgos era el ser él muy conocido de 332 26| ser excesivamente penoso, era muy expuesto a llamar la 333 26| precauciones, porque el sitio era de los más poblados de la 334 26| fila. El bulto roncaba que era un espanto.~ ~ -¿Quién duerme 335 27| Otra consecuencia que era de temerse~ ~ Por rara casualidad 336 27| peligro; pero esto no bastaba: era preciso que don Venancio 337 27| augusta madre en que no era del mejor tono hablar de « 338 27| hermano con un gesto que no era un himno a la perspicacia 339 27| Entonces, el papel que me dabas era de lo más honroso... «Una 340 27| hermana, todo estruendo era creíble como se le metiera 341 27| campanadas más ruidosas era de necesidad cumplir con 342 27| que la promesa de Tolín no era un vano recurso para salir 343 28| el plan estaba trazado: era conveniente y había que 344 28| términos de lo que antes era, por la banda de estribor, 345 28| monigote blanquecino, que era el faro de Cabo Mayor, por 346 28| ellos su amigo Cole, que era de los que a la sazón dormían 347 28| que pesaba sobre el gremio era más o menos arreglada a 348 28| tan afuera la de Reñales, era la menos alejada de la costa. 349 28| Alabado sea Dios!~ ~ Ésta era la señal de la primera mordedura. 350 28| colocando el aparejo como era debido, demostróle prácticamente 351 28| se alzaban sobre el cabo. Era la señal de que el Sur arreciaba 352 28| velas; y como el viento era escaso, se armaron también 353 28| su ejemplo.~ ~ Andrés no era aprensivo en trances como 354 28| de que todo aquel milagro era obra de un inconsciente 355 28| a medio henchir. A ratos era el aire algo más fresco, 356 28| entonces la vista en derredor, era ya un espantoso resalsero* 357 28| dejarse asaltar de ella, era el único medio, ya que no 358 28| siquiera. Pero el intento no era fácil, porque solamente 359 28| tenía de salvarse. Para él era ya cosa indiscutible y resuelta 360 28| dando tumbos entre las olas. Era una lancha perdida. ¿De 361 28| cada una de aquellas vidas era más necesaria en el mundo 362 28| el de Ajo, toda la costa era una sola cenefa de mugidoras 363 28| Adelante! Adelante era acometer al puerto, es decir, 364 28| en busca de refugio? ¿No era un milagro cada instante 365 28| malo de aquella situación era que iba a resolverse muy 366 28| correr delante del temporal, era acercarse a la salvación; 367 28| hacia el puerto. La altura era espantosa, y Andrés sentía 368 28| abismo. Pero aquel abismo era la salvación de todos, porque 369 29| hijo de su madre, que no era carga ligera; dejemos, en 370 29| brazo un envoltorio, que era todo su equipaje. Estaba 371 29| calle y alcanzó a Cleto, que era ya el último que por ella