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Cap.
1 Ded| resigno a dedicar a V. El Comendador Mendoza.~ ~ Este simpático 2 1| Esto nos movió a hablar del Comendador Mendoza.~ ~ -¿El vulgo - 3 1| dije yo - , cree aún que el Comendador anda penando, durante la 4 1| a veces que ha visto al Comendador, y apenas hay hombre que 5 1| o disimular el miedo. El Comendador, por lo visto, no ha cumplido 6 1| infiere de todo, ora esté el Comendador en el infierno, ora en el 7 1| y claro con relación al Comendador. Cuenta, sí, mil confusas 8 1| todos modos, ¿V. cree que el Comendador era una persona notable?~ ~ - 9 1| lo que sabía acerca del Comendador Mendoza. Yo no hago más 10 2| Mendoza, llamado comúnmente el Comendador, fue hermano de don José, 11 5| y viendo lo que dura un Comendador Mendoza bien conservado. 12 6| Villabermeja del ilustre Comendador Mendoza.~ ~ Desde Madrid 13 6| mil muestras de cariño al Comendador, quien ya tenía por suya 14 6| siguiente le tocó lucirse al Comendador, y a pesar de toda su filosofía 15 6| rebajar el concepto que del Comendador tenemos. Por más que parezca 16 6| reposo, pudo entregarse el Comendador a otro placer no menos grato: 17 7| que ceder a ellas.~ ~ El Comendador fue a la ciudad a pasar 18 7| añadió dirigiéndose al Comendador - , que este señor es muy 19 7| gusto de mí sobrina -dijo el Comendador - , que dudo de que se equivoque, 20 7| si le conozco! -dijo el Comendador recordando a su antiguo 21 8| amiga, se decidió que el Comendador las acompañase.~ ~ La amiga 22 8| Clara en la puerta.~ ~ El Comendador, a pesar de sus distracciones, 23 8| su madre, y que su tío el Comendador, recién llegado, de Villabermeja, 24 8| sitios por donde paseaba el Comendador con las dos bonitas muchachas. 25 8| reían sin saber de qué. El Comendador meditaba, sentía gran bienestar, 26 8| señorita -respondió el Comendador, encarándose con Doña Clara, 27 8| cierto, precioso.~ ~ El Comendador advirtió que Clara se tranquilizaba, 28 8| última inocente pregunta, el Comendador se estremeció, se turbó; 29 8| Dominándose al cabo el Comendador, contestó a su sobrina:~ ~ - 30 8| subió entonces a la cara del Comendador, enrojeciéndola toda. Reportándose 31 8| Atienza cuando llegaron el Comendador, su sobrina y Doña Clara.~ ~ 32 8| de Vds., señoritas.~ ~ El Comendador le allanó el camino para 33 8| quedándose atrás y dejando al Comendador con su sobrina, hubiera 34 8| demostrar a los ojos del Comendador que no quería pertenecer 35 8| instantes en el alma del Comendador? Lo cierto es que casi no 36 8| vista entre los árboles, el Comendador detuvo a Clara, la contempló 37 8| beso, cuando le dijo el Comendador:~ ~ -Don Carlos me parece 38 8| Carlos se despidió del Comendador y de las dos señoritas, 39 8| se muere de pena.~ ~ El Comendador oía con interés a su sobrina, 40 8| Interrogado tan directamente el Comendador, tuvo al cabo que romper 41 8| Oído esto, sonrió el Comendador a su sobrina; y como ya 42 9| IX -~ ~ Mientras el Comendador y Lucía tenían el diálogo 43 9| temporada.~ ~ -Ese es el Comendador Mendoza -dijo D. Valentín, 44 9| papá, así se llama: el Comendador Mendoza; un señor muy fino, 45 9| menester que vayamos a ver al Comendador, que vive sin duda en casa 46 9| representó en su mente al Comendador como a un personaje endiablado; 47 9| Valentín, con el recuerdo del Comendador, que le traía a la imaginación 48 9| lo demás, siempre fue el Comendador pundonoroso, hidalgo y bueno. ¿ 49 9| he dicho y lo repito: el Comendador Mendoza era un impío y un 50 9| que Clarita, por culpa del Comendador y para que no se contaminase, 51 10| tino, que no se hallaba el Comendador en casa.~ ~ Ni antes ni 52 10| don Carlos, a Lucía y al Comendador parecieron diez siglos, 53 10| en una hermosa tarde, el Comendador estaba en el patio de la 54 10| conversación sintieron Lucía y el Comendador el ruido de un pequeño objeto 55 10| leer esa carta -dijo el Comendador - , donde haya luz y donde 56 10| conmovido, casi al oído del Comendador, leyó lo siguiente:~ ~ « 57 10| Nadie sabe más que tú, el Comendador y yo, que D. Carlos me pretende; 58 10| Si ello es cierto, si el Comendador está obcecado en sus impiedades, 59 11| recogimiento, gustó mucho al Comendador; pero también le dio no 60 11| alguno.~ ~ Así lo hizo el Comendador. Doña Blanca, antes de las 61 11| miró de pies a cabeza al Comendador, y con reposo y suave acento, 62 11| esto, hizo Doña Blanca al Comendador una ceremoniosa y fría reverencia, 63 11| alejado treinta pasos del Comendador, vio éste que Doña Blanca 64 11| marido.~ ~ Es evidente que el Comendador no oyó lo que le decía; 65 11| Como se ve, el éxito del Comendador en este primer intento de 66 12| un mar tranquilo.~ ~ El Comendador estuvo un rato observando 67 12| siga.~ ~ Don Carlos oyó al Comendador atentamente y con muestras 68 12| mismo. El interés que el Comendador le mostraba, su empeño de 69 12| desconfiado y descontento.~ ~ El Comendador apuró todas las razones, 70 12| prudente superioridad del Comendador para calmar y contener a 71 12| del antiguo maestro del Comendador, con quien éste iba ahora 72 13| XIII -~ ~ No bien llegó el Comendador a Villabermeja y dejó el 73 13| Maestro -contestó el Comendador - , he venido expresamente 74 13| padre miró fijamente al Comendador con aire de incredulidad, 75 13| Hablando con franqueza -dijo el Comendador - , la doctrina de V. me 76 13| pensaba.~ ~ -Vete a paseo, Comendador -repuso el padre, bastante 77 13| Voy al caso, -dijo el Comendador.~ ~ -Soy todo oídos, -repuso 78 13| Baste apuntar aquí que el Comendador mostraba una satisfacción 79 13| especie de examen hecho por el Comendador para pasar el rato, volvió 80 13| se ofreció a auxiliar al Comendador en todo lo que fuese justo.~ ~ 81 13| clase -dijo el padre al Comendador - . Es puro, limpio y sin 82 13| mis planes, -contestó el Comendador, apurando el vino de su 83 14| Mi cómplice, -contestó el Comendador.~ ~ -¿Y quién es tu cómplice?~ ~ 84 14| desaforadamente? -dijo el Comendador, pensando que el padre extrañaba 85 14| tuviese una hija? -preguntó el Comendador.~ ~ -Don Casimiro Solís, - 86 14| Agustín.~ ~ -Además -dijo el Comendador - , Clarita ama a otro hombre.~ ~ -¿ 87 14| perfectamente de acuerdo el Comendador y el P. Jacinto, el primero 88 14| que entre el fraile y el Comendador había, a fin de no hacer 89 15| aquella noche a la ciudad, el Comendador tuvo que sufrir un interrogatorio 90 15| chacha Ramoncica?~ ~ El Comendador tuvo que responder francamente.~ ~ - 91 15| Así es la verdad, -dijo el Comendador, dejando escapar una mentira 92 15| todo?~ ~ -Sí, -dijo el Comendador teniendo que mentir por 93 15| es malo saberlo -pensó el Comendador.~ ~ -¡Ah! diga V., tío. 94 15| es, sobrina -respondió el Comendador - . Veo que nada se te oculta.~ ~ ~ ~ 95 16| su largo coloquio con el Comendador, le acompañó, a más del 96 16| Carlos, Lucía, Clara y el Comendador, era el viejo rabadán. Veamos 97 16| antes de acuerdo con el Comendador, según habían concertado; 98 17| declare.~ ~ -Ese hombre es el Comendador Mendoza.~ ~ -Es el Comendador 99 17| Comendador Mendoza.~ ~ -Es el Comendador Mendoza -repitió el fraile.~ ~ 100 17| se apresuró a ir a ver al Comendador, quien le aguardaba impaciente, 101 17| dar pasos sin consultar al Comendador, el P. Jacinto le relató 102 17| prenda. Ya hemos dicho que el Comendador era optimista por filosofía 103 18| fraile y Doña Blanca, el Comendador se abstuvo de tomar una 104 18| deseos de su madre.~ ~ El Comendador quería meditar, y meditó 105 18| meditaciones (ya hemos dicho que el Comendador era descreído) no podían 106 18| piadosas. Era también el Comendador alegre, fino y sereno, y 107 18| hasta incomprensible. Al Comendador se le antojaba esto una 108 18| ánimo con estas cosas, el Comendador ejercía tanto dominio sobre 109 18| Durante ellos se informó el Comendador, con el mayor secreto y 110 18| llegado a ser tan rico. El Comendador tenía poquísimo más capital, 111 18| fue firme, con todo.~ ~ El Comendador sabía y estimaba cuánto 112 18| serlo?~ ~ Suponiéndose ya el Comendador despojado de cuatro millones, 113 19| Carlos, amonestado por el Comendador, se había vuelto a Sevilla 114 19| Carlos se colocaba fue al Comendador, cuya maldad su madre le 115 19| irresistiblemente a creer bueno.~ ~ El Comendador, como en desagravio de haber 116 19| fue a paseo sola con el Comendador. Ambos llegaron a la fuente 117 19| tú, sobrina -respondió el Comendador - . Yo procedo con la mayor 118 19| hipótesis?~ ~ -Exponla.~ ~ El Comendador respondió aparentando serena 119 19| disparates, -interrumpió el Comendador.~ ~ -Yo no disparato. Hallo 120 19| disparates -volvió a decir el Comendador poniéndose muy serio - . 121 19| Lee, lee -dijo el Comendador con viva emoción. Lucía 122 20| el contento del paseo del Comendador y de su sobrina. Apenas 123 20| su sobrina.~ ~ Pensaba el Comendador que el perpetuo roce del 124 20| daba de aquel estado.~ ~ El Comendador, empero, aunque lleno de 125 20| que para las creencias del Comendador esta resolución era funesta; 126 20| inspiraciones.~ ~ La prudencia del Comendador se vio coronada del éxito 127 20| de paseo, aun a pesar del Comendador.~ ~ Doña Blanca, no obstante, 128 21| ciudad, y a los oídos del Comendador, de su familia y de los 129 21| señores de Solís.~ ~ El Comendador había sido visitado por 130 21| trato.~ ~ No bien supo el Comendador el resuelto proyecto de 131 22| con Lucía y acompañada del Comendador y de Doña Antonia; pero 132 22| continua asustaba también al Comendador. Cuando éste le dirigía 133 22| siéndolo siempre con el Comendador. Por medio, pues, de Lucía 134 22| de Lucía penetraba aún el Comendador en el espíritu de aquel 135 22| género de locura.~ ~ El Comendador y Lucía escribieron con 136 22| echaba la culpa de todo al Comendador.~ ~ Para esto - decía - 137 22| mataré si no me muero.~ ~ El Comendador no sabía qué responder a 138 22| de sus tribulaciones el Comendador se reportaba y no perdía 139 23| Padre Jacinto -dijo el Comendador con aire de jubiloso triunfo - , 140 23| cerró la puerta con llave el Comendador, para que nadie viniese 141 23| también es mi hija?~ ~ -Comendador, ten sangre fría; mira que 142 23| Déjeme V. salir.~ ~ El Comendador había abierto la puerta, 143 23| cedió en su resistencia y el Comendador se paró a escucharle.~ ~ - 144 23| Por las ánimas benditas, Comendador, aguarda hasta pasado mañana. 145 23| te voy a procurar.~ ~ El Comendador cedió a todo, y agradeció 146 24| volver hasta la noche.~ ~ El Comendador, que lo espiaba todo, se 147 24| proponerle una conferencia con el Comendador. Tenía por seguro que se 148 24| imposible, el hacer entrar al Comendador hasta donde ella estuviese. 149 24| de las diez llevando al Comendador en pos de sí. Entraron en 150 24| se abrió, y entraron el Comendador y el fraile, sin que los 151 24| contestó ella.~ ~ Entonces el Comendador y su guía subieron rápidamente 152 24| había reconocido al punto al Comendador, y aun casi inmóvil, silenciosa, 153 24| crédito a sus ojos.~ ~ El Comendador se adelantó lentamente dos 154 24| en el rostro varonil del Comendador la firme resolución de no 155 24| asiento, y antes de que el Comendador hablase, le dijo:~ ~ -Váyase 156 24| Señora -contestó el Comendador - : si no creyese que cumplo 157 24| sentaba ni ofrecía asiento al Comendador. Éste, después de un momento 158 24| silenciosa, lanzó una mirada al Comendador, entre iracunda y despreciativa, 159 24| aplanada. Entonces se sentó el Comendador en una silla, y prosiguió 160 24| Sí -interrumpió el Comendador, harto ya - , lo mejor es 161 24| con la mano, expulsaba al Comendador. ¿Qué había de hacer, qué 162 24| frenética a los ojos del Comendador, lleno de piedad y casi 163 25| Resultaba, pues, que el Comendador, salvo a las horas de las 164 25| disgustos y cuidados del Comendador. Lucía los sabía a medias; 165 25| esta historia cuando el Comendador, después de su entrevista 166 25| no consiguió nada.~ ~ El Comendador, a sus solas, no hacía más 167 25| tenía razón en todo.~ ~ El Comendador entonces calificaba su persecución 168 25| hablar con él inspiraba al Comendador la mayor inquietud. Varias 169 25| la noche, por último, el Comendador vio aparecer al P. Jacinto 170 25| esto? ¿Qué pasa? -dijo el Comendador - . ¿Dónde ha estado V. 171 25| no se ponga peor!~ ~ El Comendador se mostró consternado, se 172 25| tontas y a locas.~ ~ El Comendador, recobrando el habla, respondió:~ ~ - 173 25| sentimentalismos.~ ~ El Comendador se paseaba a largos pasos 174 26| Cuando el padre y el Comendador se quedaron solos de nuevo, 175 26| sentimientos harto gentílicos del Comendador por su fúnebre ternura, 176 26| Entra, -contestó el Comendador con bastante zozobra de 177 26| aguardaba respuesta, el Comendador hizo un esfuerzo para aparentar 178 27| XXVII -~ ~ La sobrina del Comendador tenía tan alegre carácter 179 27| Sé por mi madre que el Comendador es un réprobo. No hay esperanza 180 27| madre el horror hacia el Comendador que ella deseaba, tal es 181 27| mejor amiga... Yo quiero al Comendador de un modo inexplicable. 182 27| creo que Dios, a quien el Comendador es simpático, se las va 183 28| de amor y de odio por el Comendador; su horror del pecado que 184 28| ira. La generosidad del Comendador humillaba su orgullo, y 185 28| Las rudas acusaciones del Comendador durante la fatal entrevista, 186 28| fuerza, sin que las dijera el Comendador, sin que se pudieran rechazar 187 28| El ardiente amor que el Comendador le había infundido, siendo 188 28| necesario que mates también al Comendador. Está condenado. Se irá 189 28| monja. La mala sangre del Comendador hierve en tus venas. ¿Cómo 190 29| mirar al P. Jacinto, el Comendador leyó en su rostro lo que 191 29| Ha muerto - , dijo el Comendador.~ ~ -Ha muerto - , respondió 192 29| respondió el fraile.~ ~ El Comendador no replicó palabra. Inmóvil, 193 30| mujer y de su hija Lucía, el Comendador D. Fadrique, el viudo D. 194 30| ternura melancólica, y el Comendador con cariño y con penoso 195 30| hallaba más compatibles. El Comendador le inspiraba cada día más 196 30| robusto infante.~ ~ Cuando el Comendador, al volver un día de Villabermeja, 197 30| No, sobrina -contestó el Comendador - , el recién nacido Solís 198 30| rápidamente hemos recorrido, el Comendador había vivido, ya en Villabermeja, 199 30| tanto las melancolías del Comendador como su rubia sobrina.~ ~ 200 30| Ésta era la que llamaba al Comendador cuando se tardaba en volver 201 30| el organismo, y aquí el Comendador hallaba que no había ciencia 202 30| duraban horas y horas.~ ~ El Comendador se acostumbró de tal suerte 203 30| volvía de Villabermeja, el Comendador traía a su discípula libros 204 30| los pájaros, y, merced al Comendador, no había ya casta de aves 205 30| pero que turbaban algo al Comendador y que ponían a Lucía colorada 206 30| ciencia.~ ~ En fin, aunque el Comendador y Lucía no se hubieran dado, 207 30| despejar la incógnita.~ ~ El Comendador y Lucía, a pesar de la diferencia 208 30| mejor con el carácter del Comendador que la seriedad un poco 209 30| heredado de su madre.~ ~ El Comendador, que al fin no era una criatura 210 30| comprender la timidez del Comendador, a quien juzgaba enamorado.~ ~ 211 30| amaba y admiraba más al Comendador. El descuidado desdén, la 212 30| rodeos y disimulos; pero el Comendador, si bien lo comprendía, 213 30| situación se hallaban Lucía y el Comendador la noche en que se celebró 214 30| casa de D. Valentín.~ ~ El Comendador estuvo alegre, aunque hondamente 215 30| También se quedó con ella el Comendador.~ ~ Juntos y solos volvieron 216 30| envidiosa -respondió el Comendador - ; tú hallarás también 217 30| Lucía suspiró de nuevo. El Comendador, a la dulce y escasa luz 218 30| reflejos de iris.~ ~ El Comendador no fue dueño de sí mismo. 219 30| abrieron, y entró seguida del Comendador.~ ~ Al llegar a la escalera, 220 30| estará aguardando.~ ~ El Comendador puso la cara más afligida 221 30| brincos la escalera, y dejó al Comendador no menos contento que ella 222 30| supo Clara que Lucía y el Comendador habían decidido casarse, 223 30| especie de satisfacción al Comendador, el cual se había creído