Cap.

  1      2|            chacha Victoria y del P. Jacinto, fraile dominico, que pasaba
  2      2|            Diego y del ya citado P. Jacinto, quien apenas tendría treinta
  3      3|             Fadrique.~ ~ Sólo el P. Jacinto, que amaba tiernamente a
  4      3|       partida de D. Fadrique; el P. Jacinto la sintió; D. Diego, que
  5      4|            una fe de vida.~ ~ Al P. Jacinto, aunque D. Fadrique le estimaba
  6      4|           En cambio, escribió al P. Jacinto una extensa carta, que se
  7      5|                V -~ ~ Mi querido P. Jacinto: Ya sabrá V. por mi hermano
  8      5|         tiene nombre. Créame V., P. Jacinto, en el pecado llevé la penitencia.
  9      6|       recibida esta carta por el P. Jacinto, se realizó la entrada solemne
 10      6|          hermano D. José, con el P. Jacinto y con otros amigos de la
 11      6|          gloria.~ ~ Don José, el P. Jacinto, el tío Gorico y los demás
 12      6|       siempre estaba presente el P. Jacinto; y al cabo D. Fadrique quedó
 13      7|       tertulia o de paseo con el P. Jacinto, ya de expediciones campestres
 14     10|             ansia la llegada del P. Jacinto, que es el oráculo de esta
 15     11|           tercera, tratar con el P. Jacinto y proporcionarse en él un
 16     12|           conferenciar con el padre Jacinto.~ ~ La sencillez y la modestia
 17     12|           de gran función, el padre Jacinto era otro hombre: echaba
 18     12|           este tonillo fue el padre Jacinto un dechado de perfección,
 19     12|          apasionadas arengas. El P. Jacinto predicaba también en el
 20     12|               Pero, volviendo al P. Jacinto, diré que su mérito como
 21     12|          dificultad. En suma, el P. Jacinto era un gran médico de almas,
 22     12|        mercaderes del templo. El P. Jacinto había sido un jayán y había
 23     12|            sido duro de veras el P. Jacinto. Ya no tenía aquellos arrestos
 24     13|             halló en su celda al P. Jacinto, el cual no dormía, sino
 25     13|   engendrara.~ ~ Tiene V. razón, P. Jacinto. Y, sin embargo, los bienes
 26     13|              por lo tanto, si el P. Jacinto estaba atinado o no en lo
 27     13|        quería que pensase.~ ~ El P. Jacinto, desconfiado como buen lugareño,
 28     13|            en auxilio mío.~ ~ El P. Jacinto conoció al fin que se trataba
 29     14|        parecía muy aseado.~ ~ El P. Jacinto, con el codo sobre la mesa,
 30     14|       Blanca Roldán de Solís. El P. Jacinto se llenó de asombro, abrió
 31     14|             de su pasmo, dijo el P. Jacinto:~ ~ -Y dime, hijo, ¿qué
 32     14|            a correr la tuna?~ ~ -P. Jacinto, V. chochea.~ ~ -¡Desvergonzado! ¿
 33     14|       acuerdo el Comendador y el P. Jacinto, el primero se volvió a
 34     14|           no se extrañase.~ ~ El P. Jacinto quedó en ir a la ciudad
 35     14|             o censurable, que el P. Jacinto llevase a Clarita la corza
 36     15|         ineficaz la doctrina del P. Jacinto de callar la verdad sin
 37     15|           como no fuese a ver al P. Jacinto y a tratar de ganarle en
 38     15|           pesar de la teoría del P. Jacinto.~ ~ Lucía se puso colorada
 39     15|             a V. mejor que yo el P. Jacinto. Yo lo único que añadiré
 40     16|        perdices.~ ~ Poseía el padre Jacinto una borrica modelo por lo
 41     16|        gigantesca borrica, el padre Jacinto entró sano y salvo en la
 42     16|        murmuración, y sigamos al P. Jacinto, y penetremos con él en
 43     16|      citando entró en ella el padre Jacinto.~ ~ Doña Blanca, Clarita,
 44     16|          hoy con nosotros.~ ~ El P. Jacinto aceptó el convite, y Doña
 45     16|                 Doña Blanca y el P. Jacinto se tenían mutuamente miedo.
 46     16|             de sus labios.~ ~ El P. Jacinto se paró a reflexionar entonces,
 47     16|           concertado; pero el padre Jacinto no era hombre que cejaba
 48     16|          dificultosa dulzura. El P. Jacinto empezaba también a amostazarse;
 49     16|           Vamos, señora -dijo el P. Jacinto ya con la paciencia perdida - :
 50     16|         marido a Tersites?~ ~ El P. Jacinto se abstenía de echar latines
 51     16|          mensaje solapado.~ ~ El P. Jacinto era fresco de veras; pero
 52     16|           tan ruda serenidad, el P. Jacinto sacó fuerzas de flaqueza;
 53     17|                     XVII -~ ~ El P. Jacinto, sin alterarse, imitando
 54     17|       repente de sus ojos.~ ~ El P. Jacinto vio a Doña Blanca transfigurada;
 55     17|            como una saeta.~ ~ El P. Jacinto conoció que había confiado
 56     17|          como si tal cosa.~ ~ El P. Jacinto echó la bendición al empezar
 57     17|         terminado todo, salió el P. Jacinto de casa de Doña Blanca,
 58     17|      consultar al Comendador, el P. Jacinto le relató cuanto había pasado.~ ~
 59     18|        tomarle su madre. Sólo el P. Jacinto podría persuadir a Clarita
 60     19|            La mayor falta del padre Jacinto, o que apenas acertaba a
 61     19|              Por lo demás, el padre Jacinto era leal y no abusó de su
 62     19|       súplicas he logrado que el P. Jacinto se las entregue. En mis
 63     19|            le sabía en parte. El P. Jacinto me había dicho que había
 64     19|             lo que siento. Ni al P. Jacinto me he confiado hasta ahora;
 65     19|            Hablaré de esto al padre Jacinto para que él hable a mi madre,
 66     20|            De súbito, sin que el P. Jacinto, ni nadie, se lo inspirase,
 67     20|             la mira.~ ~ Al mismo P. Jacinto no le insinuó ningún aviso
 68     20|            sus pasaportes.~ ~ El P. Jacinto ponderó el fervor de Clara
 69     20|           ver a nadie más que al P. Jacinto, y a Lucía, si acaso.~ ~ ~ ~
 70     22|        Fadrique a buscarle en el P. Jacinto. Iba asimismo a buscar en
 71     22|           pero ¡caso extraño! el P. Jacinto, todo franqueza y jovialidad
 72     22|           no obstante, que el padre Jacinto aprobaba la resolución de
 73     22|           punto de romper con el P. Jacinto y de mirarle como a amigo
 74     23|                    XXIII -~ ~ Padre Jacinto -dijo el Comendador con
 75     23|         donde sea posible.~ ~ El P. Jacinto leyó la carta que le entregó
 76     23|            es ya tarde, -dijo el P. Jacinto, suspirando.~ ~ -Voto al
 77     23|             Esa mujer está loca, P. Jacinto. Esa mujer está loca, y
 78     23|         bomba. No me detenga V., P. Jacinto. Déjeme V. salir.~ ~ El
 79     23|      forcejeaba por salir con el P. Jacinto, que procuraba detenerle.~ ~ -
 80     23|            para detenerte.~ ~ El P. Jacinto cedió en su resistencia
 81     23|             todo, y agradeció al P. Jacinto los consejos que le daba
 82     24|         entrevista prometida. El P. Jacinto no se hizo aguardar mucho
 83     24|                 No bien entró el P. Jacinto con su compañero, cerró
 84     24|                   Hola! -dijo el P. Jacinto - . ¿Está Doña Blanca sola?~ ~ -
 85     24|                 Y, en efecto, el P. Jacinto y la criada se fueron por
 86     25|        eclipsaba entonces la del P. Jacinto, el cual, como más tibio
 87     25|            tenía por confesor al P. Jacinto, y se llevaba tan bien con
 88     25|         disidencia era, pues, el P. Jacinto, en quien Lucía hallaba
 89     25|      jactarse muchísimo menos el P. Jacinto; de donde infería Lucía
 90     25|            los extraviados, y el P. Jacinto mejor director de los que
 91     25|             El que no viniese el P. Jacinto a hablar con él inspiraba
 92     25|         lejos, a preguntar si el P. Jacinto había vuelto. El P. Jacinto
 93     25|         Jacinto había vuelto. El P. Jacinto no parecía en parte alguna.~ ~
 94     25|            noche y no pareció el P. Jacinto.~ ~ Don Fadrique echaba
 95     25|       Comendador vio aparecer al P. Jacinto bajo el dintel de la puerta
 96     26|            sacó en limpio.~ ~ El P. Jacinto parecía otro del que antes
 97     28|        después supo, de boca del P. Jacinto, y más tarde de los labios
 98     28|  indispensable, nadie más que el P. Jacinto entraba en la habitación
 99     28|        febril de Doña Blanca. El P. Jacinto estaba acompañando a las
100     28| desfallecimiento profundo.~ ~ El P. Jacinto acudió entonces a donde
101     28|             cálmate, -exclamó el P. Jacinto.~ ~ -¡Dios santo y misericordioso! -
102     29|            médicos declararon al P. Jacinto que había sobrevenido un
103     29|             Me lo ha dicho el padre Jacinto. Si le amas y merece tu
104     29|         dolor de su amiga.~ ~ El P. Jacinto, acostumbrado al espectáculo
105     29|          verle y el oírle.~ ~ El P. Jacinto llevó a D. Fadrique la noticia
106     29|            Esta vez, al mirar al P. Jacinto, el Comendador leyó en su
107     29|            ha perdonado -dijo el P. Jacinto.~ ~ -¡Ah, padre!... yo no
108     30|            Clara y a veces el padre Jacinto.~ ~ El joven D. Carlos de
109     30|                Don Fadrique y el P. Jacinto iban y venían a Villabermeja;
110     30|          cumplirla. El bueno del P. Jacinto, confesor de Clarita, le
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License