Cap.

  1    Ded|            caer hasta el fin en que era novela lo que escribía.~ ~
  2    Ded|           las virtudes del antiguo, era menester esperar a que el
  3      1|              cree que el Comendador era una persona notable?~ ~ -
  4      2|         según la general tradición, era un hombre de este género:
  5      2|            superlativa; por lo cual era jocoso.~ ~ Conviene advertir,
  6      2|            de esto.~ ~ Don Fadrique era ágil y fuerte, y nada ni
  7      2|          muy bien este baile cuando era niño, y, D. Diego, que así
  8      2|            cólera y la sorpresa.~ ~ Era tan elevado el concepto
  9      2|           tiempo, diciendo mi padre era un vándalo, cuando se acordaba
 10      2|             de familia. El mi padre era un vándalo de D. Fadrique
 11      2|       chacha Ramoncica. D. Fadrique era el ojito derecho de ambas
 12      2|      también a la chacha, que no lo era entonces; pero los dos amantes,
 13      2|         absoluta, su asistente, que era bermejino.~ ~ El bueno del
 14      2|           extrema vejez.~ ~ Rafaela era más fea que la chacha, y,
 15      2|            la chacha Ramoncica, que era una señora de muy cortas
 16      2|          mismos propósitos.~ ~ Todo era orden, método y, arreglo
 17      2|             y el latín.~ ~ Don José era bondadoso y reposado, D.
 18      2|       hacerse querer, y D. Fadrique era amado con locura de ambas
 19      2|          Diego y a D. José. La capa era blanca, y cuando cayó en
 20      2|         blanco de Enrique IV.~ ~ No era muy numeroso el bando de
 21      2|             del lugar. Este partido era de más gente; pero, así
 22      2|      partido, ya en pedreas, de que era teatro un llanete que está
 23      2|         lance de éstos, D. Fadrique era el primero en acudir al
 24      3|            edad que don Fadrique, y era también más fornido y alto.
 25      3|             sabían todos cuán capaz era de hacer efectivas D. Diego,
 26      3|          calidad que apareció en él era bastante peligrosa en aquellos
 27      4|          con tan trágico principio. Era hombre poco dado a melancolías.
 28      4|            poco dado a melancolías. Era optimista y no quejumbroso.
 29      4|      vastísimos Estados. En América era donde había más abusos,
 30      4|           Gobierno culto y europeo. Era bajar al nivel de aquella
 31      4|            filosofía de D. Fadrique era el sensualismo de Condillac,
 32      4|       política, nuestro D. Fadrique era un liberal anacrónico en
 33      4|            vio morir a Tupac-Amaru, era casi como un radical de
 34      4|         florar de risa, D. Fadrique era casi tan optimista como
 35      4|           dudoso; pero su optimismo era tal, que veía demostrada
 36      4|            la mente de D. Fadrique, era en compendio la siguiente:~ ~
 37      4|            Toda la gloria del éxito era para el Ser Supremo, que
 38      4|           propósito, cada individuo era libre y responsable. El
 39      4|         divinos. Lo único que hacía era dar más vigor, si cabe,
 40      4|        dominios ya hemos dicho que -era expuesto; pero D. Fadrique
 41      5|           de ella (¡buena inocencia era la mía!), jugando al hoyuelo,
 42      5|            vino. Yo recuerdo que V. era un excelente catador; que
 43      5|       pesadilla, y no deleite. Ella era muy devota, había sido una
 44      5|             y cultura. El tirano no era uno, eran varios, y todos
 45      6|            la razón; lo que lograba era envolver aquella luz del
 46      6|           alferecía en las piernas. Era, pues, hombre de chispa
 47      6|           subía al monte Moria, que era un establo cubierto de verdura,
 48      6|    arrancando gritos de entusiasmo, era cuando ofrecía a Isaac al
 49      6|        antes de sacrificarle. Isaac era un chiquillo de diez años
 50      6|             pariente.~ ~ Éste, como era de suyo muy modesto, se
 51      6|             su sobrino había pedido era economía.~ ~ -¿Qué es eso,
 52      6|      extraña fisonomía de éste, que era un indio, pasmó a los bermejinos,
 53      6|           rezó con él nunca, porque era la veracidad en persona.
 54      6|             una cosa.~ ~ -¿Qué cosa era esa? -le preguntamos.~ ~ -
 55      7|            de las once, que en 1794 era ya mucho velar. Dos o tres
 56      7|        atención de D. Fadrique, que era harto distraído. Necesitaba
 57      7|              Don Carlos, en efecto, era un morenito muy salado de
 58      7|            la última moda de París. Era todo un petimetre. Parecía
 59      7|            parte de los distraídos, era muy observador, y prestaba
 60      7|           atinaba él a deslindar si era meramente literaria, o reconocía
 61      7|          por primera vez, y vio que era rubia, blanca, con ojos
 62      7|        alegrarse, como buen tío que era; pero hizo, o creyó haber
 63      7|            que ha oído decir que yo era viejo, y, con estos datos,
 64      7|             fuese V. a creer que yo era Clori y que sin razón de
 65      8|         jaquecazo, enfermedad a que era muy propensa. Tuvo, pues,
 66      8|         Lucía; pero, como el mal no era de cuidado, y ya Lucía tenía
 67      8|          extraordinaria curiosidad. Era una niña de poco más de
 68      8|            como el morado lirio.~ ~ Era Doña Clara más alta que
 69      8|            El cabello de Doña Clara era negrísimo, las manos y el
 70      8|            bien más moza que Lucía, era más reflexiva y grave, sintió
 71      8|           metió en la cabeza que él era el viejo rabadán y que yo
 72      8|           el viejo rabadán y que yo era Clori. Además, mi tío es
 73      8|            ya no se acuerda. Cuando era ella chiquirritita, tal
 74      8|      escribirán versos en el mundo, era D. Carlos aficionadísimo
 75      8|             menor duda de que Clara era Clori, la duda se hubiera
 76      8|           tan seria, y su expresión era tan simpática y noble, que,
 77      8|             No lo dudo, sobrina; ya era como tú la describes cuando
 78      8|     despegar los labios. Lucía, que era aficionada a hablar, soltó
 79      9|           El aspecto de Doña Blanca era noble y distinguido. Vestida
 80      9|          lleno de gravedad austera, era muy hermoso. Las facciones,
 81      9|            perfecta regularidad.~ ~ Era Doña Blanca alta y delgada.
 82      9|             mandaba que hablase.~ ~ Era D. Valentín un virtuoso
 83      9|          hija, todo dependía y todo era dirigido y gobernado por
 84      9|           El aspecto de D. Valentín era insignificante y neutral.~ ~
 85      9|          amigo. No te negaré yo que era algo esprit fort en su mocedad
 86      9|       repito: el Comendador Mendoza era un impío y un libertino,
 87     10|        salud o muy ocupada y que le era imposible salir.~ ~ Lucía
 88     10|       visita en casa de D. Valentín era su cercano pariente D. Casimiro.~ ~
 89     10|    Acuérdate de David, mancebo, que era un pastorcillo sin fuerzas,
 90     11|   caballeros. Esto no había de ser: era imposible... Nada que más
 91     12|               Don Carlos, aunque no era tímido ni torpe, no había
 92     12|             Bien sabía el galán que era falso, de puro modesto,
 93     12|             que su pasión por Clara era verdadera y profunda. Del
 94     12|           por toda aquella comarca. Era igualmente celebrado por
 95     12|           función, el padre Jacinto era otro hombre: echaba muchos
 96     12|           su mérito como predicador era quizás lo de menos. Su gran
 97     12|         confesión entre el señorío. Era además hombre de consejo
 98     12|              En suma, el P. Jacinto era un gran médico de almas,
 99     12|             autoridad y discreción; era tan ameno en su trato y
100     12|          popularidad entre ellas, y era fervorosamente reverenciado,
101     13|         distaba pocos pasos, y como era la hora de la siesta, halló
102     13|            completo el retrato, que era alto y seco; que veía y
103     14|         Sobre la mesa o bufete, que era de nogal, había recado de
104     14|            mal Cristo mucha sangre, era la única pintura que adornaba
105     14|             éste sacó el vino y que era bastante capaz, servía de
106     14|        siete años antes Doña Blanca era muy otra, y que además la
107     14|            Se me antojó que Clarita era una muñeca para mi diversión.
108     14|        gravedad de la situación, no era ninguna salida de tono,
109     15|            regla de su sobrina, que era la muchacha más curiosa
110     16|             a caballo. El camino no era camino, sino vereda, abierta
111     16|             se hacía intransitable: era lo que llaman en Andalucía
112     16|           Blanca, donde tan difícil era entrar para el vulgo de
113     16|              Clara y el Comendador, era el viejo rabadán. Veamos
114     16|             su corporal retrato.~ ~ Era alto, flaco de brazos y
115     16|            no cesaba de tomar rapé, era un primor artístico, por
116     16|           muy entonada; pero su voz era ronca y desapacible, asegurándose
117     16|            conocería al momento que era falso y, de relumbrón, y
118     16|            pero el padre Jacinto no era hombre que cejaba una vez
119     16|            mirada. El padre, que no era tímido, se cortó un poco
120     16|           Escrituras. Por lo demás, era tan claro el sentido de
121     16|          solapado.~ ~ El P. Jacinto era fresco de veras; pero con
122     16|           su inusitada timidez, que era sólo el recelo de perjudicar
123     17|         enervada flaqueza. Mi deber era, pues, callar; hacer lo
124     17|        Fadrique López de Mendoza no era de los que condenan todo
125     17|             dicho que el Comendador era optimista por filosofía
126     18|             dicho que el Comendador era descreído) no podían ser
127     18|            podían ser muy piadosas. Era también el Comendador alegre,
128     18|          Uno de estos tres extremos era inevitable, a no causar
129     18|           salvo que para tenerla no era menester mostrarse tan hosca
130     18|             el político. Este ideal era que toda riqueza, todos
131     18|        mejor modo de acercarse a él era el de hacer todo negocio
132     18|          atormentaba a Doña Blanca, era como si no fuese, dejándolos
133     18|            vendárselos y remedar fe era una infamia. D. Fadrique,
134     18|        mentira.~ ~ Como D. Fadrique era persona de mucho seso y
135     18|      porvenir la aurora de ese día, era dar buen ejemplo en contra.
136     18|            la idea de Doña Blanca. ¿Era el remedio peor que el mal?
137     18|         peor que el mal? El remedio era duro; pero D. Fadrique comprendía
138     18|          Fadrique comprendía que no era peor que la enfermedad,
139     18|            que la enfermedad, y que era menester aplicarle no habiendo
140     18|            con D. Casimiro, y, esto era fácil, o haciéndola tomar
141     18|          impío y anti-religioso que era D. Fadrique, le parecía
142     18|             sin saber ella por qué, era necesario que alguien le
143     18|         meditaciones de D. Fadrique era siempre el mismo, por cuantas
144     18|           lo que le constaba que no era suyo; no la quería mujer
145     18|            con afrentoso desengaño. Era, pues, indispensable que
146     18|             querido y que tan digno era de serlo?~ ~ Suponiéndose
147     18|     dificultad que había que vencer era la de pasar a poder de D.
148     18|         hacer valer y constar, como era justo, este sacrificio cerca
149     19|             explicarse Doña Blanca, era que aquel virtuoso varón,
150     19|              que ya hemos dicho que era muy desvergonzado - ; no
151     19|             demás, el padre Jacinto era leal y no abusó de su derecho
152     20|           delirio. La carta a Lucía era la señal alarmante que Clara
153     20|              La sinceridad de Clara era evidente. De súbito, sin
154     20|          Comendador esta resolución era funesta; pero en virtud
155     20|           virtud de esta resolución era casi seguro que D. Casimiro
156     20|          súbita vocación de su hija era sincera y profunda, tuvo
157     20|          con tan medrosos síntomas, era para todos un misterio.
158     21|          con economía y juicio, que era un señor acaudalado para
159     21|           de su amor propio, que no era flojo, había hallado, allá
160     21|             menos terrible; pero él era encogido y muy torpe para
161     21|           por quien Clara le dejaba era Dios mismo; pero D. Casimiro
162     21|             Nicolasa, en efecto, lo era. Hija del tío Gorico de
163     21|       segunda mujer del tío Gorico, era la propia dulzura, sometida
164     21|         incesantes adoraciones. Tal era el hijo del maestro herrador,
165     21|            no se crea que Tomasuelo era canijo, ruin y tonto. Tomasuelo
166     21|             ruin y tonto. Tomasuelo era listo, despejado y fuerte:
167     21| pretendiente se acercaba a Nicolasa era respetado por Tomasuelo,
168     21|             que por cualquier causa era despedido definitivamente
169     21|         primero que tenía que hacer era como impetrar el beneplácito
170     21|         ímpetu del despechado. Ella era harto discreta para no conocer
171     21|           Nada. Lo que yo codiciaba era tu cariño.~ ~ -¿Y no lo
172     21|           llevaban al paraíso y que era el más feliz de los mortales.~ ~
173     22|            le hablase.~ ~ Con Lucía era Clara más expansiva, y Lucía
174     22|            tardó mucho en venir.~ ~ Era muy de mañana cuando trajo
175     23|        respondido que mi resolución era irrevocable. He persuadido,
176     23|          melancólico que venía, que era portador de malas nuevas.~ ~
177     24|           menos ocasionado a males, era que se viesen ambos cómplices,
178     24|             fisonomía, mostraba que era un caballero respetuoso,
179     24|        comprendió que lo menos malo era oírle; que no podía echarle,
180     24|       condición, se ha figurado que era presa de impuras pasiones,
181     24|             advertí que ni siquiera era V. capaz del bajo y criminal
182     24|           eso le parecí insufrible. Era V. dueño de mi alma; pero,
183     25|       agasajaban mucho.~ ~ Don José era un señor excelente, que
184     25|            esmero, cosía y bordaba. Era buena cristiana, iba a misa
185     25|             de Lucena (Doña Antonia era lucentina), prefiriéndola
186     25|            lo mismo, francamente no era gran prueba de sumisión
187     25|         Virgen de Araceli. Lucía no era muy devota, y careciendo
188     25|           única causa de disidencia era, pues, el P. Jacinto, en
189     25|           cabo, como buena hija que era, y a fin de contentar a
190     25|      infería Lucía que el capuchino era mejor director espiritual
191     25|           las faenas de la matanza. Era un prodigio de tino en el
192     25|             visos de fundamento que era su novio, y ya en la casa
193     25|        novio de la señorita.~ ~ Tal era la situación de cada uno
194     25|            mujeres guapas cuando yo era mozo, a quienes cuesta tan
195     25|         como creí que la gazmoñería era sal y pimienta que haría
196     25|           mal propósito; antes bien era espuela con que aguijoneaba
197     25|            atrevía a decidir que no era tan gran mal el que tenía
198     25|  ocultármelo? Procedí con villanía. Era yo tan bajo y tan vil, que
199     25|           merecerlo había excitado. Era yo como salvaje que, sin
200     26|          parecía otro del que antes era. Mostrábase preocupado;
201     27|        alegre carácter como su tío. Era, por naturaleza, tan optimista
202     27|              al contrario de Lucía, era melancólica, vehemente y
203     27|         condición del carácter, que era ingénita en ella, la educación
204     27|             y mansedumbre.~ ~ Clara era mil veces más amante que
205     27|         marido cuidaba de ella y no era un hombre sin entrañas.~ ~
206     27|        solas.~ ~ Aunque Doña Blanca era buena cristiana, estos raptos
207     27|            un hombre cuya serenidad era el perpetuo sarcasmo de
208     27|           que D. Valentín la sufría era odiosa a Doña Blanca, cual
209     27|          reflexivamente conocía que era su deber: Doña Blanca no
210     27|       silenciosa.~ ~ Clara, si bien era una criatura de singular
211     27|        inclinó a creer que este mal era pequeño, a fin de no tener
212     27|            se estremecieron. Aunque era imposible que Doña Blanca
213     28|           el fondo del corazón, que era bueno, se arrepentía ella
214     28|            que en su vivir estimaba era el de cumplir un deber terrible:
215     28|             voluntad de Doña Blanca era de hierro: pocas personas
216     28|           ser primero, porque ya no era posible, porque su alma
217     28|      convinieron en que su dolencia era de cuidado. Ambos reconocieron
218     28|       excesivo desarrollo. El pulso era vibrante y duro. El lado
219     28|       faenas y cuidados; pero ya no era ocasión propicia para volver
220     28|       concierto. Lo que más repetía era:~ ~ -Vete, Valentín. Déjame,
221     29|            completo; pero su estado era digno de lástima: la respiración,
222     29|          tenía que perdonar; que él era el culpado, pues no había
223     29|             se creyó peor de lo que era, tuvo miedo del diablo;
224     30|             y el flujo. D. Valentín era un mar de lágrimas dos o
225     30|            aseguraba que la promesa era nula.~ ~ Clarita al cabo
226     30|             como un becerro.~ ~ Así era la verdad, según hemos sabido
227     30|            un toro.~ ~ Don Casimiro era el varón más bienaventurado
228     30|            Lo que a él le importaba era que su pura y hermosa hija
229     30|           distraída en sus amores y era muy dichosa, no consolaba
230     30|           su rubia sobrina.~ ~ Ésta era la que llamaba al Comendador
231     30|             explicase su tío lo que era la vida y lo que era el
232     30|            que era la vida y lo que era el organismo, y aquí el
233     30|         inteligente como Clara, que era todo cuanto él podía encarecer
234     30|           Comendador, que al fin no era una criatura inexperta,
235     30|         amaba a Lucía y que de ella era amado; pero, pensando en
236     30|             Este otro inconveniente era su pobreza; pero Lucía,
237     30|            le contestaba que porque era viejo, Lucía le aseguraba
238     30|              Lucía le aseguraba que era mozo o que estaba mejor
239     30|           tío contestaba que porque era pobre, Lucía afirmaba que
240     30|            paga de oficial retirado era más que suficiente; que
241     30|         tránsito de una casa a otra era cortísimo; pero, sin reflexionar,
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License