256. Aquel que decide un
caso con parcialidad no es justo. El sabio debe investigar imparcialmente tanto
lo correcto como lo incorrecto.
257. Está establecido verdaderamente
en la buena ley aquel sabio que, guiado por ella, decide lo justo y lo injusto
con imparcialidad.
258. No se vuelve uno
sabio tan sólo con hablar mucho. Aquel que es apacible, libre de odio y miedo
(y no causa miedo), es llamado un hombre sabio.
259. No está uno versado
en la Doctrina por hablar mucho. Aquel que habiendo escuchado la Doctrina no la
ignora y la observa, ese tal es uno versado en la Doctrina.
260. No se es un Thera
(venerable) únicamente porque se tenga el cabello canoso. Ese tal puede ser
sólo maduro en edad, y de él se dirá que «es un hombre que ha envejecido en
balde».
261. En aquel que hay
verdad, perfecto comportamiento, no violencia, abstinencia y autocontrol, ese
sabio que ha descartado las impurezas, sí es llamado un venerable.
262. Si un hombre es
celoso, avaro y mentiroso, no es a través de las meras palabras, el aspecto y
la belleza como se volverá un hombre de buena voluntad.
263. Pero el que ha
superado y eliminado esas contaminaciones y se ha convertido en un hombre
sabio, liberado de odio, ése, por supuesto, es un hombre de buena voluntad.
264. No por afeitarse la
cabeza, un hombre indisciplinado y mentiroso se vuelve un asceta. ¿Cómo podría
ser un asceta si está lleno de anhelo y deseo ?
265. El que logra
sojuzgar todo mal, pequeño o grande, ése es un monje, porque ha superado todo
mal.
266. No es meramente un
monje el que vive de la caridad de los otros, sino aquel que observa el código
de conducta y por ello se hace merecedor de tal condición.
267. El que ha
trascendido tanto el mérito como el demérito, que sigue la noble vida pura y
vive con comprensión en este mundo, a ése verdaderamente se le denomina monje.
268. Observando (voto de)
silencio, el hombre no educado y necio no se vuelve un sabio. Pero el hombre
sabio que, como si sostuviera una báscula, escoge lo que es bueno y descarta lo
malo, es un verdadero sabio.
269. Por esta misma razón
es un sabio. El que comprende el mundo (su naturaleza) por dentro y por fuera,
es llamado un sabio.
270. No es un hombre
noble, un santo, si daña seres sintientes. El que cultiva el amor benevolente
hacia todos los seres es llamado noble .
271-272. No es sólo
por la mera moralidad y la austeridad, ni por la erudición, ni por el
desarrollo mental de la concentración, ni viviendo en retire, ni pensando «gozo
de la bendición de la renuncia negada a las personas mundanas», como uno debe
sentirse satisfecho, sino que el monje debe conseguir la extinción de todas las
contaminaciones .
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