2.5. En la comunión

La Iglesia, también local, es una, es un todo, aunque haya en ella estamentos distintos, carismas diversos. Es un todo y hay en ella complementariedad. Al valorar las identidades específicas propias es necesario también intensificar la colaboración, sobre todo para responder a los retos más urgentes.

Hoy uno de estos retos es la formación del clero diocesano, de los miembros locales de los Institutos diocesanos o internacionales, de los laicos. Sobre todo, mediante una formación sólida se construye el futuro. Muchos Institutos han inscrito en su DNA carismático esta formación, que tienen que promover en comunión con la Iglesia local.

Otra aportación de los Institutos de vida consagrada es la creación de centros de espiritualidad (cfr VC 39,93), más aún toda comunidad de vida consagrada tendría que ser una irradiación de espiritualidad (cfr VC 55,57), de misionariedad (cfr VC 42,47) y de comunión (cfr VC 5,41-42) con el testimonio y con las obras (cfr VC 76).