C. Una espiritualidad basada en un amor con dimensión social

Un aspecto fundamental de toda espiritualidad cristiana es la vivencia del amor, síntesis de la ley y los profetas (cf Mt 22,37-40). Este se ha ido comprendiendo en la espiritualidad misionera no sólo en su dimensión individual, asistencial y promocional, sino también en su dimensión social.

Esta nueva dimensión del amor cristiano ha hecho comprender que si bien la liberación cristiana no puede reducirse a las dimensiones de un proyecto puramente temporal, tampoco se puede "circunscribir al solo terreno religioso, desinteresándose de los problemas temporales del hombre". Los vínculos antropológicos, teológicos y evangélicos que existen entre evangelización y promoción humana, desarrollo, liberación , han hecho aprender a la Iglesia "que su misión evangelizadora tiene como parte indispensable la acción de la justicia y las tareas de promoción del hombre".