FORMACIÓN
EN LA MISIÓN
1.- La "Formación en la Misión" se encuadra en el período de la
formación inicial.
Sin embargo, para que ésta se desarrolle eficazmente y ofrezca resultados
concretos es necesario que sea tenida en cuenta en los programas de formación
permanente y en la acción pastoral del servicio de gobierno, sobre todo -en los
Institutos menos centralizados - en la acción pastoral de los Consejos
Provinciales.
Una inicial "Formación en la Misión" que no vaya acompañada de un
suficiente "envío en misión" crea frustración en los jóvenes frailes
que se encuentran pastoralmente condicionados por sus respectivas Provincias y
por una Reestructuración siempre en acto.
La dimensión "ad
gentes" recordada por el magisterio de la Iglesia es parte integral de la
espiritualidad y de la historia. En el pasado la dimensión misionera quedaba
resuelta con la pregunta dirigida solamente a algunos frailes. Hoy estamos
tomando conciencia de que la vocación a la Orden implica la misionaridad como parte
integrante de la Profesión religiosa. Algunos ejemplos, además de los
que se pueden deducir de las Constituciones.
la fórmula
de la Profesión religiosa:
Una re-lectura de la marianidad:
Formación en la Misión significa, pues, considerar la
"dimensión misionera" como parte integrante de la espiritualidad y
del crecimiento vocacional de cada fraile.
2.- El Secretariado General para la Formación y los Estudios
ha preparado hace ya algunos años un documento titulado: "La dimensión
misionera en la formación institucional" (motivaciones,
objetivos, medios, actividades para las diversas etapas del prenoviciado,
noviciado, profesado).
El Secretariado General para la Animación Misionera ha
publicado un fascículo ("Siervos en Misión")con el objetivo de
que "los jóvenes frailes se dejen interrogar por la propuesta vocacional
de la misión servita ad gentes".
En resumen: se trata de facilitar
la comprensión de la propia misionaridad, el conocimiento de las misiones y de
hacer experiencia de misionaridad. Los jóvenes frailes participan en la
redacción de la revista misionera ("Le Missioni dei Servi di
Maria") y trabajan, p.e., en la animación misionera de la Familia
Servita en Roma.
3.- La presencia estable de
frailes misioneros -que vuelven, p.e., por motivos de salud o por períodos
sabáticos prolongados - en las comunidades de formación contribuye
sensiblemente a la atención misionera en la formación. Es de gran ayuda
permanecer en contacto con frailes felices y plenamente realizados en su
servicio misionero.
La tarea indicada en la Redemptoris
missio, n. 83, de "seguir los programas de enseñanza teológica para
que se traten los temas mencionados (misión universal de la Iglesia,
ecumenismo, estudio de las grandes religiones, misiología)" es más
difícil. De hecho, en la mayor parte de los casos los estudiantes frecuentan
centros de estudio en donde su voz académica es débil. Sin embargo, en los
centros sobre los cuales compartimos la responsabilidad, se puede fácilmente
dar espacio a la citada exigencia a través de una atención a los programas, al
intercambio de profesores procedentes de otras Facultades, la colaboración
entre Institutos, la organización de las Bibliotecas, la interacción entre
formación y enseñanza teológica.
4.- La Misión se presenta como un fuerte valor formativo y
enriquece y purifica la motivación vocacional.
La "Misión" conlleva
actitudes y valores formativos, p.e.:
5.- La "Formación en la
Misión" transforma los lugares, los modelos y los contenidos formativos:
6.- La "Formación en la
Misión" exige un nuevo modelo de comunicación: por una parte los
formandos se sienten atraídos por grandes testigos, por los
"mártires" de ayer y de hoy; sin embargo, lo que se les ofrece con
frecuencia son imágenes de grandes asambleas, la grandiosidad de obras,
proyectos e intervenciones. Por esta razón los formandos encuentran mayor dificultad debido a la no
acogida de la propuesta evangelizadora, de la no realización, de la
insignificancia, de la lenta maduración de la semilla. La mayor parte del
servicio misionero permanece invisible.
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