III - Cambios en la
Vida Consagrada
Estos cambios socio-psicológicos
y eclesiásticos que hemos visto en el mundo y que coinciden con cambios
geográficos o con los del período alrededor del Concilio Vaticano II van
acompañados de los efectos de los cambios ocurridos en los Institutos de Vida Consagrada
y en las Sociedades de Vida Apostólica.
En primer lugar, la vitalidad
estupenda que muchos Institutos han conocido y siguen conociendo frente a las
nuevas realidades de este nuevo mundo con renovada esperanza y determinación, a
pesar de que en un 'primer momento', frente a la aparición de estos cambios
inesperados y muy numerosos que ocurrieron de repente, a veces no supieron cómo
afrontarlos.
Entre los problemas más urgentes
que las Conferencias de Superiores Mayores o Superiores Mayores individuales
han tratado en sus reuniones, podríamos mencionar:
La
preocupación de responder a las diferentes formas de pobreza en el mundo
de hoy en nuestros territorios. Ejemplos de esto podrían
ser el deseo de religiosos coreanos y japoneses de recorrer un camino
concreto de reconciliación entre estas realidades, superando la aversión
más o menos instintiva que los coreanos sienten hacia los japoneses como
resultado de las situaciones experimentadas durante la ocupación de Corea
por Japón. De nuevo, hay un compromiso a favor de la promoción humana y,
sobre todo, a favor de la reconciliación en países donde hay conflictos de
varios tipos como, por ejemplo, en la Región de los Grandes Lagos de
Africa o en Sudan, Angola, Mozambique, Liberia, Sierra Leona, Kosovo, Bosnia-Erzegovina,
etc. De nuevo existe la determinación de parte de religiosos y religiosas
en nuestros territorios de llegar a una promoción verdadera y auténtica de
las mujeres en Asia y Africa. Y la búsqueda de una formación más completa
y olística a todos los niveles que responda a las necesidades del tiempo y
del lugar que las poblaciones de estos Continentes deben y desean tener.
Preparación
del liderazgo local. Es necesario preparar al
liderazgo local de los territorios de misión capaz de responder a las
necesidades de la vida consagrada y a los carismas de los Institutos
presentes en esos territorios. De hecho tenemos muchas demandas de
personas o cursos para responder a esta necesidad acuciante. (formación de
formadores)
Inculturación
de los votos. De nuevo notamos que hay en nuestros días
una búsqueda constante para mantener y retener los verdaderos valores del
Evangelio en los intentos de inculturación, inclusive la inculturación que
se desea llevar a la vida consagrada (es decir, a la práctica de los
votos, especialmente la pobreza, la oración, la vida comunitaria, las
ceremonias litúrgicas, los ritos de profesión o investidura, las
relaciones de miembros con sus familias, especialmente las que necesitan
ayuda, etc.). Es un campo extremadamente delicado que puede experimentar
fracasos y éxitos. Y es precisamente en ese campo donde las Conferencias
de Superiores Mayores podrían ser de ayuda válida a la vida de la Iglesia,
trabajando, naturalmente, con las Conferencias de Obispos de los países interesados.
Relaciones
entre Obispos y Miembros de la Vida Consagrada. El
aumento del número de miembros de las Conferencias de Superiores Mayores
en los territorios de misión ha aumentado la capacidad de los miembros de
Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica para hablar como un
grupo de expatriados y miembros autóctonos, sea respecto a sus propias
situaciones y problemas internos que afectan sus carismas y estructuras,
sea respecto a la actividad pastoral en las diócesis donde están trabajando.
Van proporcionando cada vez más a estos Institutos la oportunidad de
llegar a relaciones de mayor comunión y diálogo con los miembros de la
jerarquía, especialmente a través de Comités Mixtos de miembros de las
Conferencias Episcopales y miembros de las Conferencias de Superiores
Mayores. Cuando estos grupos funcionan correctamente pueden fomentar una
planificación pastoral que responda mejor a la actividad apostólica y una
mejor coordinación de estas actividades para el bien de la vida de las
Iglesias locales.
Estas Conferencias de los
Superiores Mayores sirven también de foro para hablar y proponer sugerencias a
las Conferencias Episcopales respecto a problemas que los Institutos están
afrontando en el país, o con los miembros de la jerarquía (por ejemplo:
contractos, respeto de sus carismas, remuneración financiera, relación con
pastores y otros sacerdotes, cursos de formación inicial y continua, etc.)
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