2.2. Puesta en marcha concreta
2.2.1. Lugares
Es el momento en que nos movemos
hacia regiones que pueden considerarse de primera evangelización. Expulsados de China, vamos a América
latina: Haití, Guatemala, República Dominica y Brasil. Se trata de
cristiandades más antiguas cuya situación exige volver a emprender la actividad
misionera. Concretamente, en estos países, los misioneros reemplazan la falta
de sacerdotes en zonas generalmente desfavorecidas.
2.2.2. Métodos
En la práctica misionera, allí donde décadas de
evangelización han dado sus frutos, la actividad misionera asume paulatinamente
la forma de una aportación a la plantación y organización de la Iglesia local.
La tarea esencial del misionero era la de anunciar a
Jesucristo y fundar nuevas misiones. Este anuncio consistía sobre todo en la
transmisión oral de una doctrina. La fe era asentimiento intelectual a
un conjunto de verdades. La misión se identificaba por consiguiente con la
proclamación explícita del Evangelio, y la salvación en Jesucristo dependía de
un mínimo de conocimientos intelectuales. Por
consiguiente misión y conocimientos religiosos iban estrechamente unidos.
Plantar la Iglesia, quería decir
multiplicar los puestos de misión con vistas a crear parroquias, construir
iglesias, fundar comunidades de hermanas, crear escuelas y organizar algunas
obras de caridad. A pesar de su buena voluntad, los misioneros trasplantaron
sobre todo estructuras, tomando como modelos las Iglesias de Europa, más que
dando testimonio de un estilo de vida particular.
Esto no significa que no ejercieron ninguna influencia sobre
la vida cotidiana de la gente. Por el contrario, a veces intervinieron
enérgicamente para erradicar la idolatría y las supersticiones. A
menudo, se les ha reprochado destruir las culturas locales. En realidad, esta
afirmación debe ser matizada. Numerosos misioneros han estudiado las lenguas
indígenas y las culturas para poder transmitir la Buena Nueva de manera
adecuada. En Africa central, por ejemplo, han llamado a Dios con los nombres
que le da la religión tradicional. Han defendido a menudo a los autóctonos en
contra de los abusos de algunos administradores coloniales, se han ocupado de
los huérfanos, de los enfermos, de los pobres. Pero sus obras de caridad y las escuelas eran
consideradas como medios para atraer a la gente hacia la Iglesia.
2.2.3. Compromisos
Se hace un esfuerzo particular con vista a la promoción de
las vocaciones diocesanas, esfuerzo que se prolongará, después del Concilio,
por medio de la formación del laicado y la catequesis de adultos.
La urbanización empieza a desarrollarse rápidamente (en
Kinshasa había sólo 40.000 habitantes en 1940). Se crea un nuevo estilo de parroquias
urbanas, más integrado. Al ser el clero local a menudo insuficiente, en
particular en los centros urbanos, la presencia misionera toma la forma de un
reemplazo.
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