Capitulo

 1         I|           la inmarcesible aureola cuyo nimbo rodea las sienes del
 2         I|       como la palabra reforma, en cuyo fondo ponen unos los perfeccionamientos
 3        II|           suyo el sol en torno de cuyo disco había por tantos siglos
 4        II|        toda costa que Austria, en cuyo seno habitan los cheques,
 5        II|   germánicos una estrecha alianza cuyo principal objeto es asegurar
 6        II|           proferir esas fórmulas, cuyo texto liga lo eterno, el
 7        II|         diputado por Macerata, de cuyo nombre no queremos acordarnos,
 8       III|          menos casual, pero sobre cuyo triste origen se ha guardado
 9       III|       juvenil de una mujer amada, cuyo recuerdo ha pasado a fervoroso
10        IV|           nuevas revoluciones, de cuyo seno surgirían la democracia
11        IV|           las pavorosas crisis, a cuyo término se halla necesariamente
12        IV|        conservación verdadera, en cuyo seno se halla implícitamente
13        IV|        política de movimiento, en cuyo seno se halla implícitamente
14        IV|         dirigió las elecciones de cuyo seno ha salido la Cámara
15         V|           los amigos de Gambetta, cuyo error consistió en una revisión
16         V|        Monsieur de Clemençeau, en cuyo espíritu late, como en todos
17         V|    enflaquecimiento necesarios, a cuyo término se halla la debilidad,
18         V|        que las guerras civiles, a cuyo término tendréis que someteros,
19        VI|         todas las confabulaciones cuyo triste objeto ha sido recabar
20       VII|          despojadlo de todo esto, cuyo conjunto constituye la plenitud
21      VIII|           de Velázquez y de Goya, cuyo realismo le recordaba la
22      VIII|      nuestro compatriota Calzado, cuyo hogar, lleno de niños preciosos,
23      VIII|          cuadro de Velázquez, por cuyo plano cabalga el príncipe
24      VIII|           las formas de gobierno, cuyo error condújole, como de
25      VIII|          cosa más que la llama en cuyo ardor se dora la diadema
26      VIII| maravillas; y al ver las aguas en cuyo seno va disuelta la luz
27      VIII|            El manto de armiño, en cuyo centro campean las águilas
28        XI|        infelices Duques de Berry, cuyo amor le trasmitió, con la
29        XI|           y sí de otro caballero, cuyo nombre no recuerdo en este
30       XII|   salvarse la soberanía nacional, cuyo inapelable y supremo fallo
31      XIII|         devora la flor de lis, en cuyo cáliz se hallaban condensados
32      XIII|         el buen Blacas, desolado, cuyo padre asistiera también
33       XIV|           continente; coaliciones cuyo nefasto poder nos llevó,
34       XIV|        luz se han esclarecido y a cuyo calor se han cristalizado
35       XIV|          a pueblos como Alemania, cuyo Emperador cree reinar por
36        XV|         de esa gran República, en cuyo desarrollo pacífico están
37        XV|     guerra con otra enemiga raza, cuyo exterminio le reclamaban
38       XVI|      nombres de primera magnitud, cuyo resplandor se dilata por
39       XVI|        Francia la política firme, cuyo logro queríamos con impaciencia
40       XVI|   presidido por un Consistorio, a cuyo frente se hallaba todo un
41       XVI|         ante la Virgen bizantina, cuyo rostro se halla metido en
42      XVII|         ejércitos hoy existentes, cuyo gravísimo peso abruma todos
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