Capitulo

 1         I|      quiere darles concreción y luz. Pero nadie tampoco, en
 2         I|         magnitud, derramando la luz de las grandes inspiraciones
 3        II|         aplacar temores como la luz vertida por los debates
 4       III|     éther con su color y con su luz, se perdiera y encerrara
 5       III|        sumergiéndose allá en la luz eterna, que así como no
 6       III|      espléndidas regiones de la luz descendieran a los abismos,
 7       III|         de la justicia y con su luz le basta para vivificar
 8       III|    voluntad, y en el segundo la luz de su inteligencia. Las
 9       III|         lanza tanta cantidad de luz y de calor sobre un pueblo;
10       III|        con sus fajas y colas de luz incierta los cerúleos espacios.
11       III|      hijo de Provenza, donde la luz aviva el estro y caldea
12        IV|      ojos se cierren a la clara luz de la historia! ¡Oh! La
13         V|   indispensable a todos como la luz o como el aire, y cambiarla
14        VI|      para vivir en el mar de la luz y de las ideas, en el Mediterráneo,
15       VII| extensión reducida en que vi la luz primera. Una revelación
16       VII|       alumbran y vivifican a la luz y al calor del mismo cielo,
17      VIII|    color claro de su banda a la luz vivísima de Madrid, la cual,
18      VIII|    llevando a las inteligencias luz y a los ánimos calor, en
19      VIII|     cual penetraba, como aire y luz del espíritu, en los abismos
20      VIII|        cuyo seno va disuelta la luz oriental y las montañas
21        IX|         con su corona, donde la luz reverbera con reflejos sobrenaturales
22         X|        autor de la vida y de la luz, aceptó las lobregueces
23         X|     ideas, rayos de fecundadora luz en la victoria y rayos de
24       XIV|         del Nuevo Mundo, a cuya luz se han esclarecido y a cuyo
25       XVI|  prestarme de nuevo su benéfica luz perdida, si no me urgiese
26       XVI|        el espíritu moderno, esa luz etérea y vivificadora por
27       XVI|        las inteligencias con la luz y con el calor del Verbo
28       XVI|  pertenece a esas almas que dan luz de sus inteligencias sin
29       XVI|     acariciadora como una suave luz o como una melancólica melodía,
30       XVI|    perdido ese foco de increada luz, y honremos la memoria de
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