Capitulo

1       III| dictadura plebeya. No podía, no, llamarse nadie ya entonces a engaño.
2        VI|          República francesa debe llamarse verdadera temeridad. Ningún
3        VI|          grandes partidos. Puede llamarse al uno celto-americano y
4      VIII|           españoles todos, puede llamarse allá en París templo erigido
5        XI|  desgraciado Delfín que había de llamarse Luis XVII si la catástrofe
6        XI|       Celeste Imperio. Si quiere llamarse dueño y soberano de Anam,
7       XVI|  satisfacerse con la dignidad de llamarse ciudadanos en tan grande
8      XVII|          Y en tal secta no puede llamarse él, con toda su aparente
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