Acto,  Escena

 1         1,          2| decirlo. Porque yo tengo buen corazón, aunque esto sea alabanza
 2         1,          7|      se quedan aquí..., en el corazón!~ ~CARLOS.-Mal se conoce.~ ~
 3         1,          7|   entre mis brazos, contra mi corazón, por siempre y para siempre, ¡
 4         1,          9|       un hombre de honor y un corazón nobilísimo. Me quiere con
 5         1,         10|   Pronto, hijo mío, ábreme tu corazón!~ ~CARLOS. -¡Padre mío!~ ~
 6         1,         10|    quien su padre hiere en el corazón, se deja herir y abre los
 7         1,         10|      pies..., y pisotearme el corazón...~ ~ANSELMO. -¡No, hijo
 8         1,         12|  hasta el último latido de mi corazón..., todo tuyo!... ¿Verdad,
 9         2,          2|    abre de par en par las del corazón a los asaltos de la impureza.~ ~
10         2,          4|       la espina siempre en el corazón, el castigo, al fin, para
11         2,          6|     voy a apretaros contra mi corazón, decía yo, subiendo por
12         2,          6| camino más corto para ir a su corazón y arrancárselo!... ¿Lo dices
13         2,          6|    está!... ¡Y el camino a su corazón es bien corto..., y yo lo
14         2,          6| CARLOS.-Porque le partiría el corazón sin pedírsela. Pero eres
15         2,          7|   CARLOS. - (Con arranque del corazón.) ¡Fue defenderte, Adelina!~ ~
16         2,          8|   enloquece, o ha caído en mi corazón y lo ahoga. Mira que cuanto
17         3,          2|        que aún conserva mucho corazón y buenos puños. ¿Va usted
18         3,          5|       echarla entera sobre tu corazón. Mientras no teníamos más
19         3,          5|       la misma ingratitud del corazón, la misma podredumbre del
20         3,          5|       de eso que repugna a mi corazón como hijo.~ ~ADELINA.-Yo
21         3,          5|      o con furia..., mi pobre corazón! ¡Cuántos..., cuántos!... ¡
22         3,          6|         Yo se lo pido de todo corazón! ¡Pero, al menos, ya no
23         3,          7|    ojos! ¡Para penetrar en su corazón! Yo no necesito leer esos
24         3,          8|   palabra suya pesa más en tu corazón que todas las lágrimas de