Acto,  Escena

 1         1,          1|        dices (Incomodada.) ¡Y qué niña! ¡Un ángel, hermano, un
 2         1,          2|     tristísima herencia la de esa niña.~ ~ANSELMO. -¿Heredó algo?~ ~
 3         1,          2|          hija! Y en fin, la pobre niña que hubiera ido al Hospicio
 4         1,          2|          eso, no; pero la infeliz niña tiene un pasado lastimoso.~ ~
 5         1,          2|     ocurrirá a nadie culpar a una niña inocente por los antiquísimos
 6         1,          2|        míos. No se abandona a esa niña, pero se la aleja. Algo
 7         1,          2|          es tan dulce, y la pobre niña es tan dócil.~ ~PRUDENCIO.-
 8         1,          2| funestísimos para nuestra querida niña. Pero, entrando en otro
 9         1,          2|         conocimiento de una pobre niña que la vamos a sacrificar
10         1,          3|   severidad.) Vamos, vamos... Una niña bien educada no pregunta
11         1,          3|    ustedes... (Aparte.) ¡Oh, esta niña..., esta niña!~ ~
12         1,          3|            Oh, esta niña..., esta niña!~ ~
13         1,          4|          con juicio. ¡Vaya con la niña! Que me has dado un rato
14         1,          5|         señores, ¡llorar como una niña! Y todo, ¿por qué? Ya te
15         1,          7|        como tú; más que tú, pobre niña. Don Prudencio acaba de
16         1,          7|      porque tú, gimiendo como una niña, me mandas un adiós, muy
17         1,          9|        quienes ya pesaba la pobre niña... Vaya, no lo nieguen;
18         1,         11|           ANSELMO.-Valerosa es la niña. Casi me va gustando. (Aparte.)~ ~
19         2,          1|         señora!~ ~NICOMEDES.-A la niña hemos tenido que mandarla
20         2,          2|          a los antecedentes de la niña y de la madre, y a ver qué
21         3,          4|             Qué más da! Desde muy niña estoy acostumbrada a sufrir.