Libro, Capítulo

1   IV,      XI|   que solían teñir con él el rostro de Júpiter los romanos,
2   IV,      XI|   gobernadores, se teñían el rostro de minio. Y que era estimado
3    V,     VII|  raya de oreja a oreja en el rostro del difunto. La misma superstición
4    V,      XX| estos seis sacrificadores el rostro y las manos untados de negro
5    V,      XX|      ídolo y arrojábaselo al rostro; y luego el cuerpo del sacrificado
6    V,     XXI|      canto del pellejo en el rostro, untándole con aquella sangre
7    V,  XXVIII|      y untaban con sangre el rostro, todo en señal que habían
8    6,     VII|      Virgen María, pintan un rostro de nuestra Señora, y medio
9    7,       X|      ojos y las barbas de su rostro; y que era necesario fuese