Libro, Capítulo

  1  Ded         |         Habiéndome, la Majestad del Rey, nuestro Señor, dado licencia
  2  Ded         |            por tal medio también el Rey, nuestro Señor, huelgue
  3    1,      XI|         huyendo el dicho Eudoxo del rey de los Latiros, salió por
  4    1,    XIII|             con marineros de Hirán, rey de Tiro y Sidón, para traerle
  5    1,    XIII|        pretendiendo ir la flota del rey Josafat, padeció naufragio
  6    1,     XIV|             perdieron las naves del rey Josafat) iba por el mar
  7    1,     XVI|            vemos que, por orden del Rey y de su Consejo, se trata
  8    1,     XIX|           indios presentados por el Rey de Suevia: los cuales indios,
  9    1,   XXIII|            cautiverio en tiempo del rey Osee, al cual llevó cautivo
 10    1,   XXIII|           llevó cautivo Salmanasar, rey de los Asirios y a éstos
 11  III,       X|          con el Nilo, en tiempo del Rey Sesostris, y después del
 12  III,     XII|            haber estrecho, y que el rey le había mandado descubrirle,
 13  III,    XIII|            y allí pretendían que el rey pusiese una fuerza para
 14  III,    XIII|              cuya copia trajeron al rey a España, y llevaron a su
 15   IV,      IV|           de oro. Esto sólo para el rey, sin lo que vino para particulares
 16   IV,      VI|       labrarla por suya, pagando al rey sus quintos.~ ~En fin, el
 17   IV,     VII|           mil pesos, y le valían al rey los quintos seis mil pesos
 18   IV,     VII|            Perú y Méjico, y era del Rey cuasi la mitad, y de éstas
 19   IV,     VII|     favorecer el celo tan pío de el Rey Católico dándole próspero
 20   IV,      XI|      fundición de fuego.~ ~Tiene el Rey Católico, de la labor de
 21   IV,     XII|           mete en los almacenes del rey, y de allí se lleva por
 22   IV,    XIII|             y maestros que tiene el rey puestos, para dar su ley
 23   IV,     XIV|           esmeralda que presentó el rey de Babilonia al rey de Egipto,
 24   IV,     XIV|     presentó el rey de Babilonia al rey de Egipto, que tenía de
 25   IV,      XV|             venía de Indias para el rey, dieciocho marcos de perlas
 26   IV,     XXI|            Sevilla en la huerta del Rey, pero no medran ni valen
 27   IV,   XXVII|          don Francisco de Toledo al rey don Felipe nuestro señor.~ ~
 28   IV,  XXXVII|             su alteza las mostró al rey don Felipe nuestro Señor,
 29   IV,     XLI|           una pieza. Tenía el Inga, rey del Perú, grandes maestros
 30    V,       I|          hijos de soberbia él es el rey. Sus dañados intentos y
 31    V,     III|           haber un soberano señor y rey del cielo, lo cual los gentiles, 205
 32    V,      VI|             su culto. Porque ningún rey sucesor usurpaba los tesoros
 33    V,      VI|         hacían sus estatuas; y cada rey en vida hacía un ídolo o
 34    V,    VIII|             si fuera vivo. Y si era rey, o señor de algún pueblo,
 35    V,      IX|           profeta Baruch y el santo rey David copiosa y graciosamente
 36    V,      IX|             mejicanos, fué hija del rey de Culhuacán, que fué la
 37    V,     XIX|             que era la insignia del rey, como acá el cetro o corona,
 38    V,     XIX|         Escritura231 haber usado el rey de Moab en sacrificar su
 39    V,     XXI|             de advertir, que ningún rey era coronado, si no vencía
 40    V,   XXIII|       guardaban al sol y al Inga su rey.~ ~Esta manera de comunión
 41    V,    XXVI|            que eran de la parte del rey y de personas particulares
 42    V,   XXVII|          mismo fué en Méjico por el rey Izcoalt, que fué el cuarto
 43    V,  XXVIII|             se coronaba algún nuevo rey y cuando se comenzaba alguna
 44    6,     III|           nosotros; pero después un rey Inga, que llamaron Pachacúto,
 45    6,     XII|            Verdad es que, cuando el rey tenía hermano legítimo,
 46    6,     XII|             grande, y es que ningún rey que entraba a reinar de
 47    6,     XII|              ceremonias y culto del rey muerto, porque luego lo
 48    6,      XV|        porque con no heredar ningún rey de las haciendas y tesoro
 49    6,      XV|           lo que le daba gusto a su rey.~ ~De cada provincia le
 50    6,      XV|           su religión, otra para el rey y otra para los mismos indios,
 51    6,      XV|             la religión y las de su rey y señor.~ ~
 52    6,     XIX|            la majestad católica del rey don Felipe, nuestro Señor,
 53    6,     XIX|            y son indios sin ley, ni rey, ni asiento, sino que andan
 54    6,    XXII|            y obras notables de este rey; fundó la familia de Temebamba.
 55    6,    XXII|             de admitido por señor y rey, porque, en efecto, era
 56    6,    XXIV|           inviolablemente de elegir rey. Porque desde el primero
 57    6,    XXIV|           tiempo de Izcoatl, cuarto rey, por consejo y orden de
 58    6,    XXIV|            invenciones a recibir al rey victorioso. La corona e
 59    6,    XXIV|        arriba. Era preeminencia del rey de Tezcuco haber de coronar
 60    6,    XXIV|           coronar él por su mano al rey de Méjico.~ ~Fueron los
 61    6,    XXIV|            traición. Sólo al quinto rey, llamado Tizocic, por haber
 62    6,    XXIV|          república mejor tener otro rey.~ ~A los principios, como
 63    6,     XXV|        debía más honor. Después del rey era el grado de los cuatro
 64    6,     XXV|       cuales, después de elegido el rey, también ellos eran elegidos,
 65    6,     XXV|          parientes muy cercaros del rey.~ ~Llamaban a éstos Tlacohecalcatl,
 66    6,     XXV|        supremo, sin cuyo parecer el rey no hacía ni podía hacer
 67    6,     XXV|            importancia; y muerto el rey, había de ser elegido por
 68    6,     XXV|            había de ser elegido por rey hombre que tuviese algún
 69    6,     XXV|      príncipes, que asistían con el rey; y solos estos cuatro podían
 70    6,     XXV|   sentenciaban y determinaban, y al rey se daba a ciertos tiempos
 71    6,    XXVI|             caballeros era el mismo rey, también, y así se halla
 72    6,   XXVII|      celosas lo han comenzado, y el rey y su consejo han mostrado
 73    6,  XXVIII|            y no por fuerza, como el rey don Pedro de Aragón con
 74    7,     III|            sementera, ni ganado, ni rey, ni ley, ni Dios, ni razón.
 75    7,      VI|             traza enviar a pedir al rey de Culhuacán su hija para
 76    7,      VI|            convidaron con engaño al rey de Culhuacún, padre de la
 77    7,    VIII|           Tlatellulco, y del primer rey que eligieron los mejicanos
 78    7,    VIII|         acuerdo que era bien eligir rey a quien ellos obedeciesen
 79    7,    VIII|          tanto.~ ~Puestos en eligir rey, tomaron otro acuerdo muy
 80    7,    VIII|            y por ganar con el nuevo rey alguna de las naciones cercanas,
 81    7,    VIII|           todo, así para aplacar al rey de Culhuacán, a quien tenían
 82    7,    VIII|              como también por tener rey que fuese de su sangre mejicana,
 83    7,    VIII|             determinaron eligir por rey un mancebo llamado Acamapixli,
 84    7,    VIII|             de una señora, hija del rey de Culhuacán.~ ~Enviáronle
 85    7,    VIII|            reyes de Culhuacán.~ ~El rey, visto el negocio y que
 86    7,    VIII|            ellos. Trajeron al nuevo rey y reina con la honra posible,
 87    7,    VIII|             muy chiquitos, a ver su rey, y llevándolos a unos palacios,
 88    7,    VIII|           manera: Hijo mío, señor y rey nuestro, seas muy bien venido
 89    7,    VIII|            sus propias palabras. El rey respondió dando las gracias,
 90    7,    VIII|            le pusieron la corona de rey, que tiene semejanza a la
 91    7,    VIII|          Venecia. El nombre de este rey primero Acamapixtli, quiere
 92    7,      IX|           Fué la elección del nuevo rey tan acertada, que en poco
 93    7,      IX|             en su tierra.~ ~Pero el rey de Azcapuzalco, con recelo
 94    7,      IX|             suyos, envió a decir al rey Acamapixtli que el tributo
 95    7,      IX|             que dijese a su hijo el rey, de su parte, que no dudase
 96    7,      IX|          Así, se maravilló mucho el rey de Azcapuzalco cuando vió
 97    7,      IX|            admirado sobre manera el rey de Azcapuzalco, tornó a
 98    7,      IX|             En este tiempo acabó el rey Acamapixtli, habiendo acrecentado
 99    7,       X|        Capítulo X~ ~ ~ ~Del segundo rey y de lo que sucedió en su
100    7,       X|             Hechas las exequias del rey difunto, los ancianos y
101    7,       X|       hicieron su junta para elegir rey, donde el más anciano propuso
102    7,       X|            la resolución elegir por rey un hijo del antecesor, usando
103    7,       X|  reconocimiento.~ ~Era soltero este rey, y pareció a su consejo
104    7,       X|           bien casarle con hija del rey de Azcapuzalco, para tenerle
105    7,       X|          palabras muy comedidas, el rey de Azcapuzalco vino en ello
106    7,       X|             pidieron a su abuelo el rey de Azcapuzalco, y echando
107    7,       X|              Con el contento que el rey de Azcapuzalco mostró del
108    7,       X|            sus tributos; lo cual el rey hizo de buena gana con parecer
109    7,       X|         años, y otro año después el rey de Méjico, Vitzilovitli,
110    7,       X|      treinta.~ ~Fué tenido por buen rey, diligente en el culto de
111    7,       X|        hacía a su dios, se hacía al rey, que era su semejanza, y
112    7,      XI|       Capítulo XI~ ~ ~ ~Del tercero rey Chimalpopoca y de su cruel
113    7,      XI|           mejicanos Por sucesor del rey muerto eligieron los mejicanos,
114    7,      XI|             conservar la gracia del rey de Azcapuzalco con hacer
115    7,      XI|            de Azcapuzalco con hacer rey a su nieto, y así le pusieron
116    7,      XI|             de esto hicieron que el rey muchacho enviase a pedir
117    7,      XI|            enviaron una embajada al rey de Azcapuzalco muy resoluta,
118    7,      XI|   desbaratase.~ ~No lo supo bien al rey este recado, y mucho menos
119    7,      XI|             se salieron, dejando al rey, que lo tenían por algo
120    7,      XI|         entender que entre éstos el rey no tenía absoluto mando
121    7,      XI|             de cónsul o dux, que de rey, aunque después, con el
122    7,      XI|         nuestra historia, viendo el rey de Azcapuzalco la determinación
123    7,      XI|      primero hurtasen a su nieto el rey muchacho, y después diesen
124    7,      XI|           esto, por dar contento al rey y por tener lástima del
125    7,      XI|            vida era a Chimalpopoca, rey de Méjico, y que así prometían
126    7,      XI|           tuvo tanto sentimiento el rey de Azcapuzalco, que de pena
127    7,      XI|          noche, estando el muchacho rey de Méjico durmiendo sin
128    7,      XI|      costumbre, fueron a saludar su rey y le hallaron muerto, y
129    7,      XI|         para vengar la muerte de su rey.~ ~Ya que ellos iban furiosos
130    7,      XI|     cosiderando que, aunque vuestro rey es muerto, no se acabó en
131    7,      XI|     vuestros ánimos, elegid primero rey y señor, que os guíe, esfuerce
132    7,      XI|     haciendo las exequias a vuestro rey muerto, que presente tenéis;
133    7,      XI|            hacer las exequias de su rey convidaron a los señores
134    7,      XI|        asistiesen a la elección del rey, que querían hacer, lo cual
135    7,     XII|       Capítulo XII~ ~ ~ ~Del cuarto rey Izcoalt, y de la guerra
136    7,     XII|     excelentes príncipes, hijos del rey Acamapichtli, nuestro verdadero
137    7,     XII|            con la muerte de vuestro rey, salga luego el sol, elegid
138    7,     XII|           luego el sol, elegid otro rey, mirad a quién, adonde echáis
139    7,     XII|             la consulta elegido por rey Izcoalt, que quiere decir,
140    7,     XII|            cual era hijo del primer rey Acamapíchtli, habido en
141    7,     XII|           los de Tezcuco, porque su rey estaba casado con una hermana
142    7,     XII|             obligación que tenía el rey a su república, y del ánimo
143    7,     XII|       aparato: por lo cual el nuevo rey trató de romper la guerra,
144    7,     XII|        llenos de miedo, fuéronse al rey y con gran ahínco le pidieron
145    7,     XII|           respondieron que el nuevo rey de Azcapuzalco era piadoso,
146    7,     XII|           Azcapuzalco?, y vuelto al rey le dijo: ¿Cómo, señor, permites
147    7,     XII|       Tlacaellel, sobrino del mismo rey, y fué el más valeroso capitán,
148    7,     XII|      temeridad el hecho, todavía el rey se resolvió en enviarle,
149    7,     XII|          voluntad y disposición del rey de Azcapuzalco y de su gente,
150    7,     XII|      persuadió le dejasen entrar al rey; el cual se maravilló de
151    7,     XII|             guardas de volver.~ ~El rey de Méjico, agradeciéndole
152    7,     XII|             guerra, le mandó dar al rey de Azcapuzalco ciertas armas
153    7,     XII|             a su gente. Y aunque el rey de Azcapuzalco quisiera
154    7,     XII|      mensajero, hizo todo lo que su rey le había mandado, declarando
155    7,     XII|             de dar armas y untar al rey con la unción de muertos,
156    7,     XII|         muertos, que de parte de su rey le desafiaba. Por lo cual
157    7,     XII|       remedio, y los Tepanecas y su rey quedaban desafiados.~ ~
158    7,    XIII|  acostumbrada cobardía acudieron al rey, pidiéndole licencia, que
159    7,    XIII|             cierta su perdición. El rey los consoló y animó, prometiéndoles
160    7,    XIII|            como lo prometieron), el rey nombró por su capitán general
161    7,    XIII|           se estuviese quedo con el rey Izcoalt, hasta que viesen
162    7,    XIII|              donde, por mandado del rey, no perdonaron a hombre,
163    7,    XIII|         Méjico.~ ~Otro día mandó el rey juntar los principales y
164    7,    XIII|             principal parte cupo al rey; luego a Tlacaellel; después,
165    7,    XIII|          más recio fué quitalles su rey y el poder tener otro, sino
166    7,    XIII|            tener otro, sino sólo al rey de Méjico.~ ~
167    7,     XIV|        maltratar, por donde vedó el rey de Méjico que ninguno de
168    7,     XIV|       Tlacaellel, porque dejando al rey Izcoalt peleando con los
169    7,      XV|              entendido por Izcoalt, rey de Méjico, envió su general
170    7,      XV|            alegría que usaban, y el rey con ellos, todos se fueron
171    7,      XV|             El día siguiente fué el rey Izcoalt a la ciudad de Suchimilco
172    7,      XV|      Suchimilco y se hizo jurar por rey de los Suchimilcos, y por
173    7,      XV|           dichosos en haber trocado rey y república.~ ~No escarmentaron,
174    7,      XV|       Méjico; lo cual, visto por el rey, quisiera que su ejército
175    7,      XV|        abrazándoles y besándoles el rey, y sus deudos y parientes
176    7,      XV|        parecer se debían sujetar al rey de Méjico y convidalle con
177    7,      XV|    convidalle con su ciudad, fué el rey de Tezcuco, y con aprobación
178    7,      XV|            parte. Con esto quedó el rey de Méjico por supremo señor
179    7,      XV|        Tezcuco, y no quitándoles su rey, sino haciéndole del supremo
180    7,     XVI|       Capítulo XVI~ ~ ~ ~Del quinto rey de Méjico, llamado Motezuma,
181    7,     XVI|        nombre La elección del nuevo rey tocaba a los cuatro electores
182    7,     XVI|             especial privilegio, al rey de Tezcuco y al rey de Tacuba.
183    7,     XVI|              al rey de Tezcuco y al rey de Tacuba. A estos seis
184    7,     XVI|             trono real y atavíos de rey; allí, con unas pautas de
185    7,     XVI|           esto tenían, sacrificó el rey a su ídolo, sacándose sangre
186    7,     XVI|       introdújose en tiempo de este rey, que para la fiesta de su
187    7,     XVI|             ciudad los tributos del rey con gran orden y aparato,
188    7,     XVI|           señores enviaban al nuevo rey.~ ~Venía todo el tributo
189    7,     XVI|           demás fiesta. Coronado el rey, dióse a conquistar diversas
190    7,     XVI| pretendieron los Chalcas hacerle su rey, y para ello le enviaron
191    7,     XVI|          efecto querían alzarle por rey, levantasen en la plaza
192    7,     XVI|          Estos me quieren alzar por rey suyo; mas no permitan los
193    7,     XVI|          los dioses que yo, por ser rey, haga traición a mi patria;
194    7,     XVI|      destruídos.~ ~Y fué así que el rey Motezuma vino en persona
195    7,     XVI|            que se hizo poderosísimo rey; todo esto con el ayuda
196    7,     XVI|         tomados en guerra.~ ~A este rey Motezuma, o por mejor decir,
197    7,     XVI|      floridas de Europa. Este mismo rey puso su casa real en gran
198    7,    XVII|             Tlacaellel no quiso ser rey, y de la elección y sucesos
199    7,    XVII|     procedieron a hacer elección de rey, y encaminando todos sus
200    7,    XVII|            república que otro fuese rey y él fuese su ejecutor y
201    7,    XVII|         sobre él solo, pues sin ser rey era cierto que había de
202    7,    XVII|            pareciéndole que sin ser rey lo era, pues cuasi mandaba
203    7,    XVII|             o villano, y deja el de rey o capitán a otro que lo
204    7,    XVII|           dió su voto a un hijo del rey muerto, harto muchacho,
205    7,    XVII|            mejicanos se denota este rey por la nariz horadada.~ ~
206    7,    XVII|    mejicanos, descontentos de tener rey poco animoso y guerrero,
207    7,   XVIII|         hazañas de Ajayaca, séptimo rey de Méjico Ya era muy viejo
208    7,   XVIII|              y visitándole el nuevo rey, que aún no estaba coronado,
209    7,   XVIII|        guerras que había tenido. El rey le prometió de mirar por
210    7,   XVIII|            de su campo fué el mismo rey, desafiando a sus contrarios,
211    7,   XVIII|         obediencia. Envió, pues, el rey Ajayaca a requerilles no
212    7,   XVIII|          juntasen y reconociesen al rey de Méjico. A este recado
213    7,   XVIII|             soberbia, desafiando al rey de Méjico para combatir
214    7,   XVIII|          cantares donosos. Gustó el rey Ajayaca de la fiesta, y
215    7,   XVIII|        volvieron a Méjico. Fué este rey tenido por uno de los muy
216    7,     XIX|            hechos de Autzol, octavo rey de Méjico Entre los cuatro
217    7,     XIX|             ciudad. Pareciéndole al rey eran excusas para no hacer
218    7,     XIX|       venían aquellos ministros del rey, les mandó entrar y púsose
219    7,     XIX|            mucho más. Amostazado el rey de estos embustes, envió
220    7,      XX|           del gran Motezuma, último rey de Méjico En el tiempo que
221    7,      XX|             de este nombre y último rey de los mejicanos; digo último,
222    7,      XX|           extenso las cosas de este rey.~ ~Era Motezuma de suyo
223    7,      XX|             donde, aun antes de ser rey, era temido y respetado.
224    7,      XX|           Pusiéronle sus atavíos de rey y horadándole las narices
225    7,      XX|       artificio. La primera hizo el rey de Tezcuco, que, por haberse
226    7,      XX|            suyos. Tienes por cierto rey que no tomará ocasión con
227    7,      XX|        regocijes y alientes con tal rey. Y tú, ¡oh generosísimo
228    7,      XX|          años y buenos.~ ~Estuvo el rey Motezuma muy atento a este
229    7,      XX|            ciego estuviera yo, buey rey de Tezcuco, si no viera
230    7,     XXI|           elección, luego, viéndose rey, comenzó a descubrir sus
231    7,     XXI|            así ellos, como el mismo rey, entraban en ellas, y hacían
232    7,    XXII|      grandezas de Motezuma Dió este rey en hacerse respetar, y aun
233    7,   XXIII|            todos de indicio, que el rey de los cielos tiene cuenta
234    7,   XXIII|          pero a su pesar le hace el Rey de gloria confesar la verdad
235    7,   XXIII|          poseer aquellos reinos. El rey de Tezcuco, que era gran
236    7,   XXIII|           llevándolos delante de el rey desaparecían.~ ~A todos
237    7,   XXIII|        Señor, éste parece a nuestro rey Motezuma. Tornó a sonar
238    7,   XXIII|            que todos tenían a aquel rey. Mas tornó a decir la voz:
239    7,   XXIII|            sin comparación, que ese rey; yo le puedo destruir y
240    7,   XXIII|            el pebete de la mano del rey, pegóselo ardiendo al muslo,
241    7,   XXIII|           cuán dormido estaba aquel rey, que le fuese a despertar
242    7,   XXIII|           infiel), para castigo del rey. Pues semejantes apariciones
243    7,    XXIV|           españoles de quién era su rey y de su gran potencia, les
244    7,    XXIV|           Quedó con este mensaje el rey Motezuma muy pensativo,
245    7,    XXIV|       diciendo que allí no venía su rey y señor Topilcin, sino dioses
246    7,    XXIV|          cristianos, volvieron a su rey diciendo que aquéllos eran
247    7,    XXIV|            preguntaban mucho por el rey y por su modo de proceder
248    7,     XXV|           Lo cual, percibido por el rey y los demás señores mejicanos,
249    7,     XXV|             con facilidad hacer del rey y reino lo que quisieran,
250    7,     XXV|       asegurarse con echar mano del rey Motezuma y prenderle y echarle
251    7,    XXVI|         trataban de levantar por su rey, dijo a voces a Motezuma
252    7,    XXVI|    sacrificados ante sus ídolos. Al rey Motezuma hallaron los mejicanos
253    7,    XXVI|       quisieron hacerle exequias de rey, ni aun de hombre común,
254    7,    XXVI|           de tanta desventura de un rey, temido y adorado antes
255    7,    XXVI|       veinte y un años.~ ~El último rey de los mejicanos, habiendo
256    7,  XXVIII|      Guáscar, recién muerto el gran rey Guaynacapa su padre, esa
257    7,  XXVIII|       términos de la tierra. Sea al Rey de los siglos gloria, y
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