Libro, Capítulo

  1 Prom         |            Ultra de eso podrá cada uno para sí sacar también algún
  2    1,      VI|    diversidad de mares, llamándose uno el Euxino, otro el Caspio,
  3    1,      VI|          en realidad de verdad sea uno, pero en muchas diferencias
  4    1,      VI|            y de toda la América es uno el que llaman mar del Norte,
  5    1,      VI|            Y en la India Oriental, uno es el mar Indico, otro el
  6    1,      XI|              Ser de otra suerte lo uno y lo otro, ya está asaz
  7    1,    XIII|       creerse más de lo que a cada uno le parece.~ ~ ~ ~
  8    1,     XIV|          dichos vocablos, teniendo uno aspiración y otro no, sino
  9    1,     XIV|            Ofir y a Tarsis; que lo uno y lo otro afirma expresamente
 10    1,     XVI|             examinemos por sí cada uno de los tres modos que pusimos;
 11    1,    XVII|            que no me acuerdo bien. Uno de estos es el paraje de
 12    1,     XIX|           naufragios se navegó, el uno desde España hasta el mar
 13    1,     XXV|            dos familias o linajes, uno de Hanan Cuzco, otro de
 14   II,     III|          tórrida zona, que todo es uno, cuando el sol se aleja,
 15   II,      VI|          río, que, si se juntan en uno el Nilo y Ganges, y Eúfrates
 16   II,     VII|     aparejada, hace ambos efectos, uno de levantar vapores arriba,
 17   II,     VII|        aunque parece repugnante lo uno a lo otro, pero bien mirado
 18   II,      IX|          era seca y caliente, y lo uno y lo otro en mucho exceso;
 19   II,      XI|           y, finalmente, no siendo uno el temple de la tórrida
 20   II,    XIII|         viento de mar, que todo es uno, que comienza a sentirse
 21  III,      II|           entre sí, y acaece ir el uno por lo alto y el otro por
 22  III,      II|       cierzo, o norte, que todo es uno, ser frío y seco y deshacer
 23  III,      II|          aunque, como he dicho, lo uno y lo otro es verdad; pero
 24  III,     III|         sur (que por ahora todo es uno) sopla desde el otro polo
 25  III,     III|           primeras propiedades, el uno de ser caliente y húmedo,
 26  III,       V|           Mediterráneo, gregal, de uno hace mención en la navegación
 27  III,      VI|         fundamentos verdaderos: el uno es, que el movimiento del
 28  III,      IX|      solamente quiero referir dos: uno, que con dar angustias más
 29  III,      IX|         aunque íbamos muchos, cada uno apresuraba el paso, sin
 30  III,      IX|            mí, que aquel paraje es uno de los lugares de la tierra
 31  III,      IX|            todos, cayéndose un día uno y otro día otro amortecidos,
 32  III,      IX|           otros, y, entre ellos, a uno que era de la Compañía y
 33  III,       X|             y éste dividen en dos: uno, que llaman Mar del Norte;
 34  III,       X|         dos mares se allegan tanto uno al otro, que no distan más
 35  III,     XIV|           del mar océano en Indias Uno de los secretos admirables
 36  III,      XV|         con razón cuando vi que de uno que habían tomado en el
 37  III,      XV|            que yo iba voló o saltó uno, y vi la facción que digo
 38  III,      XV|         porque eran muchos, y cada uno en su balsilla caballero,
 39  III,     XVI|          de pescado en abundancia; uno llaman suches, que es grande
 40  III,    XVII|            de notar, que tan cerca uno de otro haya manantiales
 41  III,    XVII|         ríos muy caudalosos; va el uno al Collao a la gran laguna
 42  III,     XXI|      algunos. Podrá discurrir cada uno como mejor le pareciere.
 43  III,     XXI|        suelen ver dos como cielos, uno claro y sereno en lo alto,
 44  III,   XXIII|            cosas maravillosas.~ ~A uno de nuestra Compañía, persona
 45  III,    XXVI|           en cierta forma tiene lo uno con lo otro mucha semejanza,
 46  III,    XXVI|           me acuerdo qué año, hubo uno terribilísimo que trastornó
 47  III,    XXVI|           raro el año de ochenta y uno, y fué caer de repente un
 48  III,   XXVII|           poco a poco, dando lugar uno a otro. En partes cada uno
 49  III,   XXVII|         uno a otro. En partes cada uno de ellos tiene al juntarse
 50   IV,      IV|           conquistadores fueron al uno y otro reino, fueron inmensas
 51   IV,      VI|     pedernal. Después, a treinta y uno de agosto del mismo año
 52   IV,      IX|           porque hay en esto mismo uno muy rico que llaman cacilla,
 53   IV,      XI|          bien, el año de setenta y uno se comenzó en Potosí a beneficiar
 54   IV,     XIV|         esmeraldas, que tenía cada uno de ellos por lo menos cuatro
 55   IV,      XV|            un banquete, dió a cada uno de los convidados una perla
 56   IV,     XVI|        como también en los trigos; uno es grueso y sustancioso;
 57   IV,    XVII|          trigo. De este cazavi hay uno más delicado, que es hecho
 58   IV,    XVII|          sementera al mismo tiempo uno está en berza, otro en espiga,
 59   IV,    XVII|        otro en espiga, otro brota; uno está alto, otro bajo; uno
 60   IV,    XVII|          uno está alto, otro bajo; uno es todo hierba, otro grana.
 61   IV,     XIX|        raíz y dura años, y da cada uno melones, y la podan como
 62   IV,      XX|           colorado y amarillo; hay uno bravo, que llaman caribe,
 63   IV,      XX|     traerán más experiencias de lo uno que de lo otro; así que
 64   IV,      XX|            sí muy contrarios, y el uno al otro se enfrenan; usan
 65   IV,     XXI|         han visto por acá, y yo vi uno en Sevilla en la huerta
 66   IV,     XXI|         sin estar asido ni trabado uno de otro.~ ~Cada pimpollo
 67   IV,     XXI|       contado trescientos: es cada uno de un palmo de largo, y
 68   IV,     XXI|       brotando pimpollos, y cuando uno acaba, otro comienza a dar
 69   IV,     XXI|        porque no da más ninguno de uno, y una vez; pero la cepa,
 70   IV,    XXII|        entre los españoles, que es uno de los ricos y gruesos tratos
 71   IV,   XXIII|           y hacen ropa de ello. Es uno de los mayores beneficios
 72   IV,   XXIII|         lonas o velas de naos. Hay uno vasto y grosero; otro delicado
 73   IV,    XXIV|      melocotones y mayores; tienen uno o dos huesos dentro; es
 74   IV,    XXVI|         tan recios, que para abrir uno es menester darle con piedra
 75   IV,  XXVIII|       destila. Y como en aquél hay uno puro, que se llama opobálsamo,
 76   IV,  XXVIII|           el bálsamo de Indias hay uno puro que sale así del árbol,
 77   IV,  XXVIII|      Cartagena o Tolú, que todo es uno. No he hallado que en tiempos
 78   IV,    XXIX|           ducados. De la cual hizo uno como extracto el doctor
 79   IV,     XXX|      enorme grandeza; sólo diré de uno que está en Tlacochabaya,
 80   IV,    XXXI|       aunque en diversas partes de uno más que de otro, y en algunas
 81   IV,  XXXIII|           hallo animales en Indias uno, que han sido llevados de
 82   IV,  XXXIII|           hay pastos propios: cada uno apacienta do quiere. Por
 83   IV,  XXXIII|            de esto en dos maneras: uno ganado manso, y que anda
 84   IV,  XXXIII|       cabritos, de lecho, etc., es uno muy principal el sebo, con
 85   IV,   XXXIX|            maña graciosa de asirse uno a la cola del otro y hacer
 86   IV,   XXXIX|          llegan asidos, como dije, uno a la cola del otro.~ ~Las
 87   IV,   XXXIX|           de entendimiento humano. Uno vi en Cartagena en casa
 88   IV,     XLI|            en el Perú, de decir de uno que se ha empacado, para
 89    V,       I|           principalmente, son dos. Uno es el que está tocado de
 90    V,       I|            el demonio al idólatra: uno, que niega a su Dios, según
 91    V,     III|           y a Bernabé, llamando al uno Júpiter y al otro Mercurio,
 92    V,     III|           ni otra deidad hay, sino uno; y que todo lo demás no
 93    V,      IV|          besa, y pedir lo que cada uno quería, y ofrecerle sacrificio.
 94    V,      IV|          señores particulares cada uno en su casa, y que eran intercesores
 95    V,       V|           entenderla. Refiérese de uno de los reyes Ingas, hombre
 96    V,      VI|            Ingas en el Cuzco, cada uno en su capilla y adoratorio,
 97    V,      VI|            tez y tan enteros. Cada uno de estos reyes Ingas dejaba
 98    V,    XIII|       puestos en hilera, una braza uno de otro; estos maderos eran
 99    V,     XIV|         solos los sacerdotes, cada uno conforme a su grado y dignidad.
100    V,      XV|            en cada provincia había uno, en el cual estaban dos
101    V,      XV|        admitidas doncellas sino de uno de seis barrios, que estaban
102    V,     XVI|          como arriba se ha tocado: uno de doncellas, de que se
103    V,    XVII|           sentaban; y tomando cada uno una puya de manguey, que
104    V,      XX|       mostrando aquel ídolo a cada uno en particular; y diciéndoles:
105    V,      XX|      ministros; y en llegando cada uno por su orden, los seis sacrificadores
106    V,      XX|         sacrificadores lo tomaban, uno de un pie, y otro del otro;
107    V,      XX|           un pie, y otro del otro; uno de una mano, y otro de otra,
108    V,      XX|  sacrificaban todos los que había, uno por uno, y, después de muertos,
109    V,      XX|       todos los que había, uno por uno, y, después de muertos,
110    V,   XXIII|       Lluquiyupangui, daban a cada uno un bocado de aquellos bollos,
111    V,    XXIV|          dignidad y oficio de cada uno, con guirnaldas en las cabezas
112    V,     XXV|            eran: lo primero, matar uno a otro fuera de la guerra;
113    V,     XXV|          de este bastón esta asido uno como peso, cuyas balanzas
114    V,     XXV|           entren estos peregrinos, uno por uno, sin que quede ninguno,
115    V,     XXV|          estos peregrinos, uno por uno, sin que quede ninguno,
116    V,     XXV|           aire, y asentado en ella uno de los Xamabúxis. Y como
117    V,     XXV|         pasan todos. Contaba esto, uno de los japones después de
118    V,     XXV|      llegan, y el peligro que cada uno ve al ojo, de caer de aquella
119    V,   XXVII|           dioses, y gran banquete, uno en casa de ella y otro en
120    V,   XXVII|             conforme a lo que cada uno de ellos trajo, dándoles
121    V,   XXVII|         dándoles libertad que cada uno se casase con quien quisiese,
122    V,  XXVIII|            de entender que en cada uno de los doce meses del año
123    V,  XXVIII|           ídolo, que decían que en uno eran tres, y en tres uno;
124    V,  XXVIII|           uno eran tres, y en tres uno; y admirándole aquel sacerdote
125    V,  XXVIII|           también ofrecían en cada uno de sus cien carneros negros
126    V,  XXVIII|         con la solemnidad que cada uno puede, y hacen otra pirua
127    V,  XXVIII|            arroyos y fuentes, cada uno en su acequia o pertenencia,
128    V,  XXVIII|           de sacrificios, y a cada uno de los forasteros daban
129    V,  XXVIII|         sus atambores y sin hablar uno con otro. Duraba esto un
130    V,    XXIX|      comidas y frutas ofrecía cada uno según su posibilidad, las
131    V,     XXX|     cualquiera templo, servía cada uno una semana sin salir de
132    V,     XXX|          oficios; y volviendo cada uno por sí, tocaban algunas
133    6,       I|       gobierno, para dos fines: el uno, deshacer la falsa opinión
134    6,       I|         ellos. De estos autores es uno, Polo Ondegardo, a quien
135    6,      II|           indios mejicanos.~ ~Cada uno de los dieciocho meses que
136    6,      II|           y luego volvían a contar uno, dos, etc. Partían también
137    6,      II|      pedernal, significado en cada uno su año, y al lado pintaban
138    6,     III|          en cada mes señalaba cada uno, donde salía el sol, y donde
139    6,      IV|  pensamientos de los hombres; y lo uno y lo otro (digo las letras
140    6,      VI|          ingenio o estudio de cada uno; en las matemáticas por
141    6,     VII|         dignas de consideración.~ ~Uno de los de nuestra Compañía
142    6,     VII|          confesarse, pintando cada uno de los diez mandamientos
143    6,    VIII|        indios sus granos y pondrán uno aquí, tres acullá, ocho
144    6,    VIII|        razón de lo que cabe a cada uno de pagar o dar, que sabremos
145    6,     XII|       llamaban Coya, y ésta, desde uno que se llamó Inga Yupangui,
146    6,     XII|        Perú había, procurando cada uno de los Ingas aventajar su
147    6,    XIII|            cada diez indios ponían uno que tuviese cuenta con ellos,
148    6,    XIII|           los indios lo que a cada uno le cabía.~ ~
149    6,      XV|           santuarios tuviesen cada uno sus tierras propias; el
150    6,      XV|       repartían cada año, y a cada uno se le señalaba el pedazo
151    6,      XV|   determinadas. De esto que a cada uno se le repartía no daban
152    6,      XV|          el ganado, y daban a cada uno a hilar y tejer su ropa
153    6,      XV|        vestidos, sino los que cada uno señalaba. La lana que sobraba
154    6,     XVI|        Perú, que es enseñarse cada uno desde muchacho en todos
155    6,     XVI|       menester en su casa, sin que uno pagase a otro para esto;
156    6,     XVI|           inviolable no mudar cada uno el traje y hábito de su
157    6,   XVIII|          una plaza, y daban a cada uno su mujer; y con la ceremonia
158    6,    XXII|          rico o valeroso, y fué lo uno y lo otro más que ninguno
159    6,  XXVIII|            vez cantar todos, yendo uno o dos diciendo sus poesías
160    6,  XXVIII|            patio dos instrumentos: uno de hechura de atambor y
161    6,  XXVIII|    concierto, que no discrepaba el uno del otro, yendo todos a
162    6,  XXVIII|     diversas joyas, según que cada uno podía. Tenían en esto gran
163    7,       V|            ídolo habló en sueños a uno de aquellos viejos que llevaban
164    7,     VII| partiéndose en dos arroyos, era el uno azul espesísimo, cosa que
165    7,     VII|       Hecho esto, habló el ídolo a uno de sus sacerdotes, una noche,
166    7,     VII|          dividan los señores, cada uno con sus parientes y amigos
167    7,    VIII|            reyes, luego se levantó uno de aquellos ancianos y retóricos,
168    7,      IX|           solía), los conhortó por uno de los suyos y dijo que
169    7,     XII|       considerar, que si mataron a uno, quedaron otros que podrán
170    7,     XII|       mejicana puesta en orden, no uno, ni dos, sino muchos y muy
171    7,    XIII|          barrios de Méjico, a cada uno las suyas, para que con
172    7,     XVI|          dando aullidos tristes el uno al otro, con que los de
173    7,    XVII|    Alejandro y Julio César, que al uno se le hizo poco mandar un
174    7,   XVIII|    obedecido el mandato, partieron uno contra otro animosamente,
175    7,   XVIII|            Fué este rey tenido por uno de los muy buenos; reinó
176    7,     XIX|           quien les parecía, había uno de grandes partes llamado
177    7,     XIX|           méritos y hechos de cada uno.~ ~Fué también Autzol gran
178    7,    XXII|          señores de su compaña por uno como parque hecho de propósito,
179    7,    XXII|           por defuera del parque a uno y otro lado: jamás se vestía
180    7,   XXIII|        mismo, entre los cuales fué uno, que muy en particular le
181    7,   XXIII|           vencen dos muy extraños: uno fué, que los pescadores
182    7,     XXV|          aparecióles Tezcatlipuca, uno de sus principales dioses,
183    7,    XXVI|         cada cuatro días descansar uno, con maña y esfuerzo entró,
184    7,   XXVII|        hombres de vida común, y el uno de ellos un negro.~ ~Lancero
185    7,  XXVIII|       queriéndolos por amigos cada uno de ellos, y estando ocupados
186    7,  XXVIII|            en hacerse la guerra el uno al otro. En la Nueva España
187    7,  XXVIII|             y adoración de tres en uno, y otras tales, a pesar
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