Libro, Capítulo

  1 Prom         |            fin de los siglos traer gente tan ciega, el que alumbra
  2    1,       V|   comúnmente los portugueses, como gente que tiene más curso de navegar,
  3    1,      XV|    convertido a Cristo, y esto por gente española. 83 A este propósito
  4    1,      XV|       también hay para entender la gente española, por la transmigración
  5    1,     XXI|       debían ser algunos dioses, o gente de allá del cielo. Donde
  6    1,     XXI|     queriendo favorecer a la pobre gente de los indios.~ ~De todos
  7    1,   XXIII|         para ir a ella, y que esta gente es naturalmente pacífica.
  8    1,   XXIII|         qué se han de llamar éstos gente pacífica, siendo verdad,
  9    1,    XXIV|       salvajes y cazadores, que no gente de república, y pulida;
 10    1,     XXV|            de qué tierras y de qué gente pasaron a la tierra en que
 11   II,      VI|         ellos que, preguntados qué gente eran, respondieron que ellos
 12   II,      IX|        sino también muy poblada de gente y de animales.~ ~De lo cual
 13   II,      XI|            terribles calores, y la gente que allí nace es toda negra,
 14   II,      XI|         calores furiosos y toda la gente también es negra. Debajo
 15   II,      XI|           a frío que a calor, y la gente que crían es blanca. La
 16  III,    XIII|           de haber pasado por allí gente de Europa. Los indios saludaron
 17  III,      XV|          del Hacedor de todo dar a gente tan flaca como indios habilidad
 18  III,    XVII|             según la opinión de la gente, está en el lugar más alto
 19  III,   XVIII|          muerto él, y amotinada la gente, otros capitanes prosiguieron
 20  III,   XXIII|      Méjico, donde dicen hay mucha gente y hablan la lengua mejicana.~ ~
 21  III,    XXVI| misericordia del Señor prevenir la gente con un ruido grande, que
 22  III,    XXVI|         maltrató mucho; pero de la gente sólo refieren haber muerto
 23   IV,      II|           apartadas y habitadas de gente menos política, y allí pusiese
 24   IV,    VIII|      beneficiarse por conservar la gente. De España los traían, y
 25   IV,    XXII|          suyo y ocupación de tanta gente. Los señores Ingas usaban
 26   IV,    XXXI|         avellana va de España para gente regalada. Tampoco  que
 27   IV,  XXXIII|          en aquella tierra para la gente pobre, porque la ropa de
 28   IV,     XLI|          un mismo animal, y como a gente pobre quiso que ninguna
 29    V,      VI|       excelentes. Y el vulgo de la gente, llevado de la apariencia
 30    V,     VII|           misma costumbre de matar gente, que fuese en compañía y
 31    V,    VIII|        hacían lo mismo con toda la gente y atavíos que le daban para
 32    V,      IX|          aparejada para caza, y la gente muy dada a ella, y así hacían
 33    V,      IX|         ellos grandísimo número de gente, a una sierra alta, donde
 34    V,      IX|      rodaban, otros daban sobre la gente y otros sobre el altar,
 35    V,       X|            por las calles salía la gente a adorarle y todos le ofrecían
 36    V,       X|            con que se apercibía la gente para adorarle. Cuando estaba
 37    V,       X|           estaba apoderado de esta gente, y lo está hoy día de muchas,
 38    V,      XI|            religiosos y profetas y gente dedicada a su divino culto
 39    V,      XI|           su modo de sacramentos y gente dedicada a recogimiento
 40    V,    XIII|         desventura de la miserable gente, que con tanta costa de
 41    V,     XIV|            También predicaban a la gente en ciertas fiestas, como
 42    V,      XV|          codicia de ser servido de gente que guarda limpieza, no
 43    V,     XVI|           todo y son peores que la gente común. Los religiosos de
 44    V,     XVI|           con que despertaban a la gente. Velaban el ídolo por sus
 45    V,    XVII|       extrañas, que esta miserable gente hacía por persuasión del
 46    V,    XVII|            grande, ayunaba toda la gente dos días, en los cuales
 47    V,    XVII|         algunas partes, esta ciega gente, por persuasión de el demonio,
 48    V,   XVIII|        para este sacrificio tenían gente diputada, y ganado que no
 49    V,   XVIII|           carne a cierto género de gente. También hacían este sacrificio
 50    V,     XIX|          desventura de esta triste gente es el vasallaje que pagaban
 51    V,      XX|            en que tenía ciega esta gente el demonio, referiré por
 52    V,      XX|           al pie de ella con mucha gente de guardia, que los cercaba.
 53    V,      XX| sacrificados, y muy acompañados de gente de guardia, subíanlos en
 54    V,     XXI|            lo mismo hacía la demás gente. De noche le metían en una
 55    V,     XXI|          tanto que apercibiesen su gente para un día señalado, enviando
 56    V,    XXII|        disposición hallasen a este gente los primeros que les dieron
 57    V,    XXIV|       todos los señores y viejos y gente principal respondían bailando
 58    V,    XXVI|           es una yerba de que esta gente usa para amortiguar la carne
 59    V,   XXVII|       rodelilla. A los hijos de la gente vulgar les ponían las insignias
 60    V,  XXVIII|          Para ella ayunaba toda la gente dos días, en los cuales
 61    V,    XXIX|           suspiros y gemidos, como gente que se dolía sus culpas
 62    V,    XXIX|           a lo alto. Toda la demás gente que estaba en el patio,
 63    V,    XXIX|            luego gran cuantidad de gente con flores aderezadas de
 64    V,    XXIX|          solemne ofrenda, íbase la gente a comer a sus lugares y
 65    V,    XXIX|     escarneciendo de ellas, como a gente que se iba del servicio
 66    V,     XXX|       Quetzaalcoatl, y era dios de gente rica, tenía particular veneración
 67    V,     XXX|           cumplida, con otra mucha gente que lo acompañaba, y salían
 68    V,     XXX|        mercados, y recogiéndose la gente, con que quedaba todo en
 69    V,     XXX|        comido, se juntaban toda la gente. Salían los representantes,
 70    6,       I|            tiene de ellos, como de gente bruta y bestial y sin entendimiento,
 71    6,      II|          en los cuales no hacía la gente cosa alguna, ni acudían
 72    6,      VI|         con sus noches, sin faltar gente en el tablado, ni quien
 73    6,     XII|      reverencia y afición que esta gente tenía a sus Ingas, sin que
 74    6,     XIV|          se hacía a poder de mucha gente y con gran sufrimiento en
 75    6,     XIV|      número que había de acudir de gente para labrar piedras y edificios,
 76    6,     XVI|             A la verdad, ellos son gente poco codiciosa, ni regalada,
 77    6,   XVIII|            casasen, y que la demás gente principal pudiesen tomar
 78    6,     XXI|    desbaratado, se retiró con poca gente.~ ~Visto esto el hermano
 79    6,     XXI|            solo no dudase de hacer gente con este título, que, aunque
 80    6,     XXI|          señor, porque le enviaría gente que, sin que fuese vista,
 81    6,     XXI|           apellido comenzó a hacer gente y juntó mucha cuantidad,
 82    6,    XXII|        señor, él enviase del cielo gente que le sacase de prisión.~ ~
 83    6,    XXII|            vino nueva, como cierta gente que vino por la mar había
 84    6,    XXII|           así, por ser tan poca la gente española que prendió a Atahualpa
 85    6,    XXII|       Viracochas, creyendo que era gente enviada de Dios, y así se
 86    6,    XXII|          acertado en decir que era gente enviada de Dios.~ ~Y es
 87    6,    XXII|          de los cristianos como de gente del cielo, obliga, cierto,
 88    6,     XXV|         sus grados a los señores y gente noble, para que entre ellos
 89    6,    XXVI|         Pardos, etcétera. La demás gente común estaba abajo, en sus
 90    6,   XXVII|    hiciesen al trabajo y no fuesen gente regalada.~ ~Fuera del común
 91    6,   XXVII|           otros hijos de señores y gente noble, y éstos tenían más
 92    6,   XXVII|        ordinario eran los hijos de gente noble y valerosa, conseguían
 93    6,  XXVIII|            muy necesario para esta gente. En el Perú llamaban estos
 94    6,  XXVIII|            se hacían dos ruedas de gente; en medio, donde estaban
 95    6,  XXVIII|            los ancianos, señores y gente más grave, y allí cuasi
 96    7,       I|        unos aprenden otros. No hay gente tan bárbara, que no tenga
 97    7,       I|    narración de los hechos de esta gente.~ ~Trataré, pues, con ayuda
 98    7,      II|           España de este género de gente, que viven de su arco y
 99    7,      II|     vinieron de fuera, que por ser gente política, la llaman Navatlaca,
100    7,      II|        Navatlaca, que quiere decir gente que se explica y habla claro,
101    7,      II|             dejando todavía alguna gente, mayormente viejos y enfermos
102    7,      II|     mayormente viejos y enfermos y gente cansada; dejando también
103    7,     III|      Suchimilcos, que quiere decir gente de sementeras de flores.
104    7,     III|    llamados Chalcas, que significa gente de las bocas, y también
105    7,     III|        Tepanecas, que quiere decir gente de la puente, y también
106    7,     III|           Culhua, que quiere decir gente corva, porque en su tierra
107    7,     III|          Tlatluícas, que significa gente de la sierra; éstos eran
108    7,     III|     Tlascaltecas, que quiere decir gente de pan, pasaron la serranía
109    7,     III|            gran comida, y teniendo gente puesta en celada, cuando
110    7,     III|           y tratando ya con esotra gente, y con la comunicación perdiéndoles
111    7,      IV|          de Aztlán y Teuculhuacan, gente política y cortesana y muy
112    7,      IV|            los viejos y enfermos y gente cansada que iban dejando
113    7,      IV|           trato y sujeción de esta gente remedar lo que el altísimo
114    7,      IV|         les permitiese dejar de su gente allí, que poblasen tan buena
115    7,       V|          por los muchos enfermos y gente cansada que iban dejando,
116    7,      VI|         dando voces, y con toda su gente dió en los mejicanos con
117    7,    VIII|         ventaja que merecían, como gente agraviada, ellos, sus parientes
118    7,    VIII|           suerte, y de toda esotra gente comarcana, a quien has de
119    7,      IX|       cuales pagaban tributo, como gente que había venido de fuera
120    7,      IX|          del demonio, a quien esta gente adoraba. Mas, en realidad
121    7,      IX|            a los suyos que aquella gente tenía gran dios, que todo
122    7,       X|            difunto, los ancianos y gente principal, y alguna parte
123    7,       X|            laguna, apercibiendo la gente para lo que andaban tramando
124    7,      XI|        aquélla, o de qué presumían gente fugitiva y metida entre
125    7,      XI|            a ellos con sus armas y gente, sino que estuviesen de
126    7,     XII|        hijos, que son los pobres y gente popular, que están confiados
127    7,     XII|         destruir su pobre ciudad y gente. Preguntados, pues, qué
128    7,     XII|   Tepanecas, descubrió de entre la gente un mozo de gentil brío,
129    7,     XII|         rey de Azcapuzalco y de su gente, teniendo por mejor aventurar
130    7,     XII|         quitar la vida a él y a su gente. Y aunque el rey de Azcapuzalco
131    7,     XII|          porque le aguardaba mucha gente para hacelle pedazos, sino
132    7,     XII|        ellos, y viendo que cargaba gente, se retiró gallardamente
133    7,    XIII|            cual hizo dos partes su gente, y a los más valerosos y
134    7,    XIII|        Tlacaellel mandó retirar su gente y cesar de la batalla, otorgándoles
135    7,    XIII|          echáronlos por ahí como a gente cobarde.~ ~Señalaron también
136    7,     XIV|         que no salían a ello, como gente del todo quebrantada, trataron
137    7,     XIV|           mujeres y enfermar mucha gente. En fin, paró la cosa en
138    7,      XV|          general Tlacaellel con su gente, y vinieron a darse la batalla
139    7,      XV|       términos. La cual, aunque en gente y aderezos no era muy desigual
140    7,      XV|   rindiéndose a sí y a su ciudad y gente, y con esto cesó el hacerles
141    7,      XV|            los ojos a los Tezcuco, gente principal y muy sabia para
142    7,     XVI|    provincia de Chalco, que era de gente belicosa. Este día de la
143    7,     XVI|        acabaron a lanzadas, como a gente fiera y inexorable, diciendo
144    7,    XVII|     jornada perdió mucho más de su gente que cautivó de sus enemigos;
145    7,   XVIII|           el primero que guiaba su gente y acometía a sus enemigos,
146    7,   XVIII|      persona, y luego apercibió su gente, mandando a una parte de
147    7,   XVIII|          su contrario, repartió su gente y, dando parte a su general,
148    7,   XVIII|        otra parte, con el resto de gente, por paso no usado, fué
149    7,     XIX|         dificultad en allanar esta gente, porque se habían puesto
150    7,     XIX|         Con esta obra pudo él y su gente pasar a sus enemigos y darles
151    7,     XIX|         los capitanes y soldados y gente que le servía, según los
152    7,      XX|          arduo que era regir tanta gente, fuese (como yo más creo)
153    7,      XX|           tierra, para acudir a su gente? ¿Quién duda que el gran
154    7,     XXI|            que todos los señores y gente ilustre estuviese en su
155    7,     XXI|      apartar de sí todo el vulgo y gente plebeya, y ni aun mirarle
156    7,     XXI|       consigo a ella la flor de su gente, y todos muy lucidos y bien
157    7,     XXI|             se pasó a ella toda la gente española. En efecto, aquellos
158    7,    XXII|          propósito, y toda la otra gente por defuera del parque a
159    7,   XXIII|      cautiverio de la desventurada gente, que con tanta razón tuvo
160    7,   XXIII|     Quezalcoalt, anunció que venía gente extraña a poseer aquellos
161    7,   XXIII|          Yendo a traerla muchísima gente con sus maromas y recaudo,
162    7,   XXIII|            las veces que salía, la gente daba grandes gritos, como
163    7,   XXIII|          guardas, acudió muchísima gente con agua, y nada bastó,
164    7,   XXIII|        aquel espejo, vio que venía gente de guerra de hacia oriente,
165    7,    XXIV|          del norte unos navíos con gente, de que los moradores de
166    7,    XXIV|         era por bien ganar aquella gente, parece que se había ofrecido
167    7,    XXIV|           capitana los capitanes y gente principal de la flota, y
168    7,    XXIV|            y valientes con aquella gente; y que así, aunque eran
169    7,    XXIV| información de la forma de navíos, gente y armas, quedó del todo
170    7,    XXIV|            el hacer volver aquella gente a su tierra, y para esto
171    7,    XXVI|            sí la mayor parte de su gente, vino a grandes jornadas
172    7,    XXVI|            pasado gran parte de la gente la primera acequia, antes
173    7,  XXVIII|            la Nueva España se hace gente, y va contra los Chichimecos,
174    7,  XXVIII|          grande aparato de armas y gente como vimos? ¿Qué hizo? ¿
175    7,  XXVIII|      sembró. Es llano, que ninguna gente de las Indias occidentales
176    7,  XXVIII|        nombre.~ ~Cierto, si a esta gente, como Cristo les dió ley,
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