Libro, Capítulo

 1    1,      II|       de ver en el cielo cuando estaba en Europa, y acá, en este
 2    1,    VIII|       mundo, que hasta entonces estaba descubierto y conocido.
 3    1,     XII|          y era aquella isla que estaba entonces junto a la boca
 4    1,     XII|       toda la tierra firme, que estaba frontero de ellas, cercada
 5    1,    XXII|        mucha lama, y que así lo estaba en su tiempo; pero que después
 6   II,      IX|   encarecen de la tórrida zona, estaba persuadido que, cuando llegase
 7   II,    XIII|        que el paraíso terrestre estaba debajo de la equinoccial,
 8  III,      VI|       pero en el Perú, donde yo estaba a la sazón, bien me acuerdo,
 9  III,      VI|      oriente, porque cada noche estaba más oriental, como lo hace
10  III,      VI|        a cabo de algunas noches estaba más conjunto a signos septentrionales.
11  III,   XXIII|      que el Dorado que buscaban estaba adelante, no quisieron poblar
12   IV,      VI|        que no tocasen allí, que estaba aquel cerro guardado para
13   IV,      VI|         tan empinado y entonces estaba mucha parte cubierto de
14   IV,      VI|   forzoso asirse a una rama que estaba nacida en la veta, que tomó
15   IV,      VI|         de aquel asiento, y que estaba mejorado en los atavíos
16   IV,      VI|  también había descubierto, que estaba cerca de la Rica, y es la
17   IV,      VI|       se descubrió, se dice que estaba el metal una lanza en alto,
18   IV,       X|      yéndose todo él al oro que estaba en el estómago, y saliendo
19   IV,     XII|       hasta que se entendía que estaba ya incorporado el azogue
20   IV,  XXXVII|       Otro cuadro mayor, en que estaba retratado San Francisco
21   IV,   XXXIX|         de un árbol a otro, que estaba a la otra banda del río,
22    V,      IV|       en el cielo, a cuyo cargo estaba su procreación y aumento;
23    V,      IX|          el escaño denotaba que estaba sentado en el cielo. El
24    V,      IX|  vestido y aderezado ricamente, estaba puesto en un altar muy alto
25    V,      IX|         llámanle Quetzaalcoatl. Estaba ese ídolo en una gran plaza,
26    V,       X|     gente para adorarle. Cuando estaba de sazón y bien gordo, llegaba
27    V,       X|       ver la manera que Satanás estaba apoderado de esta gente,
28    V,     XII|    hablaban en los ídolos, como estaba mucho antes profetizado
29    V,     XII|    dioses.~ ~En esta misma casa estaba el Punchao, que era un ídolo
30    V,    XIII|       medio de la laguna, donde estaba fundada la ciudad de Méjico,
31    V,    XIII|       las dividía una calle que estaba entre la cerca del patio
32    V,    XIII|       altura de cinco palmos, y estaba puesta para los sacrificios
33    V,     XIV|    incensario, y entrando donde estaba el ídolo, incensaba con
34    V,     XVI|        se apagase la lumbre que estaba delante del altar; administraban
35    V,     XIX|       general, y era que cuando estaba enfermo algún indio principal
36    V,      XX|         Tlascala, que tan cerca estaba? Respondió a esto Motezuma
37    V,      XX|   encima de una gran piedra que estaba fijada en un muy alto humilladero
38    V,      XX|        por una escalerilla, que estaba enfrente del humilladero,
39    V,      XX|         y bajando por otra, que estaba de la otra parte, siempre
40    V,      XX|          que arriba se dijo que estaba frontero de la puerta de
41    V,      XX|         mucha facilidad, porque estaba la piedra puesta tan junto
42    V,     XXI|       en la misma piedra en que estaba atado le sacrificaban.~ ~
43    V,    XXIV|     tiempo que subían al ídolo, estaba todo el pueblo en el patio
44    V,     XXV|      trabajos; y cuando el Inga estaba enfermo se confesaban todas
45    V,    XXVI|       el brasero del templo que estaba delante del altar, hasta
46    V,   XXVII|         y Méjico, donde satanás estaba como en su Roma o Jerusalén,
47    V,    XXIX|         Toda la demás gente que estaba en el patio, volviéndose
48    V,    XXIX|         al ídolo de todo lo que estaba dedicado a él para su comida,
49    V,    XXIX|      unos agujerillos que tenía estaba toda llena de flores, y
50    V,    XXIX|      subían hasta el patio, que estaba antes de la puerta del oratorio,
51    V,     XXX|        en la forma que el ídolo estaba vestido. Estaba muy reverenciado
52    V,     XXX|        el ídolo estaba vestido. Estaba muy reverenciado en estos
53    V,     XXX| lavábanles la sangre humana que estaba en ellas pegada de los sacrificios
54    V,     XXX|          y así el templo en que estaba era de mucha autoridad,
55    6,    XIII|      otra suerte. Todo el reino estaba dividido en cuatro partes,
56    6,    XIII|       algo, o traer al Inga, ya estaba declarado cuánta parte de
57    6,      XV|         cuando no era menester, estaba guardado diez y doce años,
58    6,      XX|        fama del gran tesoro que estaba enterrado con él, buscó
59    6,     XXI|    saber que en el cielo, donde estaba, le llamaban Viracocha Pachayachachic,
60    6,     XXI|     esto era verdad, que aunque estaba solo no dudase de hacer
61    6,     XXI|       la parroquia de San Blas. Estaba el cuerpo tan entero y bien
62    6,     XXI|        dieron en cierta guerra. Estaba cano y no le faltaba cabello,
63    6,    XXIV|  mejicanos, pareciéndole que le estaba a la república mejor tener
64    6,    XXVI|  etcétera. La demás gente común estaba abajo, en sus aposentos
65    7,      IV|        arriba, y el demonio que estaba en aquel ídolo hablaba y
66    7,      VI|         a adorar a su hija, que estaba ya consagrada diosa; y viniendo
67    7,      VI|   metiéronle a la capilla donde estaba su ídolo, que era muy oscura,
68    7,      VI|       sacrificio a su hija, que estaba allí; mas acaeció encenderse
69    7,     VII|   nacido de una piedra, y en él estaba un águila real, abiertas
70    7,    VIII|    visto el negocio y que no le estaba mal aliarse con los mejicanos,
71    7,     XII|       de Tezcuco, porque su rey estaba casado con una hermana de
72    7,     XII|     había de guardar?; que allí estaba, que le mandase lo que fuese
73    7,    XVII|       debelar una provincia que estaba alzada, y en la jornada
74    7,   XVIII|        el nuevo rey, que aún no estaba coronado, y derramando muchas
75    7,     XIX|       poca agua y que la laguna estaba muy cenagosa, y determinó
76    7,      XX|         era temido y respetado. Estaba de ordinario recogido en
77    7,      XX|   gravedad, que todos decían le estaba bien su nombre de Motezuma,
78    7,    XXII|       ver, si por no pensar que estaba presente, se dejaba de hacerse
79    7,   XXIII|          Lleváronla a Motezuma; estaba a la sazón en los palacios
80    7,   XXIII|    tenía para tiempo de pena; y estaba en él con muy grande, por
81    7,   XXIII|      que, pues vía cuán dormido estaba aquel rey, que le fuese
82    7,    XXIV|        Cuando llegaron a Méjico estaba Motezuma en la casa de Audiencia,
83    7,    XXIV|       su tierra. Todo el pueblo estaba en grandísima tristeza y
84    7,   XXVII|     cosa, porque una Señora que estaba en lo alto, apagaba el fuego
85    7,  XXVIII|    estas gentes, y tanto tiempo estaba, al parecer, olvidado de
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