Libro, Capítulo

 1    1,      IV|           tabernáculo antiguo de la ley, y a ese propósito dijo
 2    1,      IV|            que el tabernáculo de la ley nueva de gracia es el cielo,
 3    1,   XXIII|            guardar siquiera allí su ley, la cual no habían guardado
 4    1,   XXIII|         haya olvidado su linaje, su ley, sus ceremonias, su Mesías,
 5    1,   XXIII|            guardar sus ceremonias y ley; mas los indios son dados
 6    1,    XXIV|           poblarla, no teniendo más ley que un poco de luz natural,
 7   IV,      IV|              porque llega a toda la ley, que son veintitrés quilates
 8   IV,      IV|        comúnmente es bajo y de poca ley.~ ~Hállase el oro mezclado
 9   IV,      VI|            las varas que concede la ley a los que hallan mina, o
10   IV,    VIII|            y no puede tener más por ley ninguna; la menor tiene
11   IV,      XI|         aunque sea pobre, y de poca ley, y seca, lo cual no hace
12   IV,     XII|            trescientos y ochenta de ley; y es tan excelente, que
13   IV,     XII|            los plateros la bajen de ley echándole liga o mezcla,
14   IV,    XIII|            rey puestos, para dar su ley a cada pieza.~ ~Llévanse
15   IV,    XIII|           peso, porque la que es de ley subida merma poco, y la
16   IV,    XIII|          merma poco, y la que es de ley baja, mucho. Y así, conforme
17   IV,    XIII|            lo que ha mermado, ve la ley que tiene, y esa asienta,
18   IV,     XVI|            sora, y es prohibido por ley, por los graves daños que
19   IV,     XVI|    emborrachando bravamente; mas la ley sirve de poco, que así como
20    V,       V|        haber querido sujetarse a la ley de su verdadero Dios y Criador,
21    V,      VI|           este yerro canonizado por ley; y así por mandato de los
22    V,      XI|         nuestro Dios y señor, en su ley evangélica, que en alguna
23    V,   XVIII|          claramente competir con la ley antigua, y en muchas cosas
24    V,    XXII|            les dieron noticia de la ley de Cristo, porque sin duda
25    V,    XXII|           ninguna les pareció buena ley y buen Dios, el que así
26    V,    XXII|       habían recibido tan presto la ley de Jesucristo, y dejado
27    V,    XXII|        creas, padre, que tomamos la ley de Cristo tan inconsideradamente
28    V,    XXII|            de dejarlos y tomar otra ley. Y como la que vosotros
29    V,    XXII|     entendimos que era la verdadera ley, y así la recibimos con
30    V,    XXII|      pidiéndole que les enviasen su ley, y quien se la declarase,
31    V,    XXII|            Señor en comunicalles su ley mansa, justa y toda agradable.~ ~
32    V,    XXIV|            en voz alta predicaba su ley y ceremonias. ¿A quién no
33    V,    XXVI|             de sus hechiceros En la ley antigua ordenó Dios el modo
34    V,    XXVI|           otros sacerdotes; y en la ley evangélica también tenemos
35    V,    XXVI|         Cristo. También había en la ley antigua cierta composición
36    V,   XXVII|          hay semejanza de las de la ley antigua de Moysén; en otras
37    V,   XXVII|      algunas tiran algo a las de la ley evangélica, como los lavatorios
38    V,    XXXI|         cristianos y maestros de la ley de Cristo sepan los errores
39    V,    XXXI|           es habernos dado su santa ley, la cual toda es justa,
40    V,    XXXI|   competencia con él y con su santa ley; y por otra mezcla tantas
41    6,       I|          tenían cuando vivían en su ley, en la cual, aunque tenían
42    6,       I|             que no contradicen a la ley de Cristo y de su santa
43    6,     XVI|        otras mil diferencias. Y era ley inviolable no mudar cada
44    6,   XVIII|    matrimonio fué ilícito, y contra ley natural, así ordenó Dios
45    6,     XIX|           bárbaro, y son indios sin ley, ni rey, ni asiento, sino
46    6,     XXV|            ritos y ceremonias de su ley.~ ~Por donde dijo bien y
47    6,     XXV|         cristianos, ni aprendían la ley de Dios. Pongan - dijo él -
48    6,     XXV|        buenos cristianos, porque la ley de Jesucristo es mucho mejor,
49    7,       I|             quien comunicó su santa ley evangélica.~ ~
50    7,     III|    sementera, ni ganado, ni rey, ni ley, ni Dios, ni razón. Después,
51    7,     XVI|            aquel día quedó esto por ley.~ ~Así, fué Motezuma a la
52    7,     XVI|            obervancia extraña en su ley y vana superstición. Edificó
53    7,   XXIII|       superstición prohibida por la ley de nuestro Dios, mas en
54    7,   XXIII| maravillosas muestras, que según la ley de su eterna sabiduría tiene
55    7,   XXIII|      anuncios, de que su reino y su ley habían de acabarse presto.~ ~
56    7,     XXV|          que quisieran, y darles la ley de Cristo con gran satisfacción
57    7,  XXVIII|          mundo nuevo, y así como la ley de Cristo vino, cuando la
58    7,  XXVIII|          recibir los indios bien la ley de Cristo, la gran sujeción
59    7,  XXVIII|             entre sí de buscar otra ley y otros dioses a quien servir.
60    7,  XXVIII|            les pareció, y parece la ley de Cristo justa, suave,
61    7,  XXVIII|         tiene dificultad en nuestra ley, que es creer misterios
62    7,  XXVIII|          cosas que hurtó de nuestra ley evangélica como su modo
63    7,  XXVIII|           la venida de la verdadera ley, del poder de Cristo y del
64    7,  XXVIII|          gente, como Cristo les dió ley, y yugo suave, y carga ligera,
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