Libro, Capítulo

 1    1,     III|       flores, o el raudal de un río que corre furioso, y está
 2    1,      XI|         indio cálido bebe~ ~del río Araxis helado,~ ~y el persa
 3    1,    XIII|        Acá es opinión que de un río en que a los principios
 4    1,   XXIII|        pasó a la otra parte del río, y fueron trasladados a
 5    1,   XXIII|      unas entradas angostas del río Eúfrates; porque hizo el
 6    1,   XXIII|       detuvo las corrientes del río, hasta que pasasen. Porque
 7    1,   XXIII|     otra vez las corrientes del río, para que puedan pasar;
 8    1,   XXIII|    mundo. Pues las entradas del río Eúfrates, vean bien los
 9   II,      IV|          y es en el Paraguay, o Río de la Plata por otro nombre,
10   II,      VI|      sintiendo la creciente del río, antes que llegue de avenida,
11   II,      VI|         volviendo a su madre el río, también ellos vuelven a
12   II,      VI|         tal la grandeza de este río, que, si se juntan en uno
13   II,      VI|          Pues, ¿qué diremos del río grande de la Magdalena,
14   II,      VI|         con razón, le llaman el Río Grande? Cuando navegaba
15   II,      VI|      todos los demás aquel gran río, que unos llaman de las
16   II,      VI|         otros Marañón, otros el río de Orellana, al cual hallaron
17   II,      VI|       estoy en duda si le llame río o mar. Corre este río desde
18   II,      VI|     llame río o mar. Corre este río desde las sierras del Perú,
19   II,      VI|  increíble, yendo por medio del río no miran los que miran sino
20   II,      VI|      los que miran sino cielo y río; aun cerros muy altos cercanos
21   II,      VI|     encubre con la grandeza del río.~ ~La anchura y grandeza
22   II,      VI|         tan maravillosa de este río, que justamente se puede
23   II,      VI|     porque he hecho mención del río Marañón, en razón de mostrar
24   II,      VI|       consecuencia, un brazo de río que se ve entrar en la mar
25  III,      XV|       no era en mar, sino en un río, que llaman el Río Grande,
26  III,      XV|        en un río, que llaman el Río Grande, en la provincia
27  III,     XVI|      arroyo que después se hace río, y va a la mar del sur;
28  III,     XVI|    dicen que tiene principio el río famoso de Aporima, del cual
29  III,     XVI|    aquellas sierras, el ínclito río de las Amazonas, por otro
30  III,    XVII|          por donde le llaman el río Bermejo.~ ~
31  III,   XVIII|          el principado tiene el río Marañón, o de las Amazonas,
32  III,   XVIII|       arrebatados del furor del río, y asiéndose bien a las
33  III,   XVIII|       entrada hizo por el mismo río el capitán Pedro de Orsúa,
34  III,   XVIII|     leguas subían las marcas el río arriba, y que cuando viene
35  III,   XVIII|        boca. ~ ~Después de este río tiene el segundo lugar en
36  III,   XVIII|         lugar en el universo el río de la Plata, que por otro
37  III,   XVIII|      cerca de Santa Marta, y el río Grande, y el de Alvarado,
38  III,   XVIII|        a nado; esto hacen en el río de Santa del Perú. En el
39  III,     XXI|       ha visto que, quitando el río de su madre y echándole
40  III,     XXI|      pozos, hasta que volvió el río a su corriente. De parte
41  III,   XXIII|      descubrimiento por el gran río de las Amazonas o Marañón
42  III,   XXIII| angostarse la tierra, que es el río de la Plata, y después Tucumán,
43  III,    XXIV|         alto, y como vomitar un río de fuego, cuya materia,
44  III,    XXVI|       ésta, por la vecindad del río, y no mucha distancia del
45   IV,     VII|         sacar tanta, que parece río.~ ~Todas estas son palabras
46   IV,    XIII|       de Potosí, donde corre un río, y en otras partes hay otros
47   IV,      XV|       mar del norte, cerca, del río que llaman de la Hacha.
48   IV,  XXXIII|      una flota de éstas, ver el río de Sevilla y aquel arenal
49   IV,   XXXIX|      estaba a la otra banda del río, que me admiró. Ásense con
50    V,      II|         es particular, como tal río, fuente, o árbol, o monte,
51    V,     XXV|     forma, que poniéndose en un río corriente, decía estas palabras:
52    V,     XXV|         mis pecados al sol, tú, río, los recibe, llévalos a
53    6,     XIV|         para ello. Cuando en el río de Jauja vieron formar los
54    6,     XIV|         una parte y de otra del río, pasan hombres y bestias
55    6,     XIX|     Perú, pasado Quito hasta el río de Pasto hacia al norte,
56    6,    XXIV|      agua salada, y para los de río, estanques de agua dulce;
57    7,       V|       les mandó que atajasen un río muy grande, de suerte que
58    7,       V|      que quitasen la represa al río y le dejasen ir por donde
59    7,      VI|     traía. Hubieron de pasar un río, que no se pudo vadear,
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