Libro, Capítulo

 1    1,      IX|        noche continuada que dure seis meses, lo cual para la vida
 2    1,     XXI|          islas, dijo que obra de seis u ocho leguas a lo más,
 3    1,     XXV|         por una ventana salieron seis, o no  cuantos hombres,
 4  III,       V|         doscientos y cincuenta y seis; y finalmente, ir multiplicando
 5  III,      XI|          hallaron en cincuenta y seis grados, y viendo que no
 6  III,     XIV|        tiempo, que son solamente seis horas.~ ~
 7  III,   XXIII|        de ella es en cincuenta y seis grados, como está arriba
 8  III,   XXIII|   respecto de España, van más de seis horas traseros, de modo
 9  III,    XXIV|   diciembre del año de ochenta y seis pasado sucedió caer cuasi
10  III,    XXIV|       algunas personas. Había ya seis meses que de noche ni de
11  III,    XXVI|     Después, el año de ochenta y seis, a nueve de julio, fué el
12   IV,      IV|         mil y ciento cincuenta y seis marcos de oro. Esto sólo
13   IV,      VI|       minas de Perco, que está a seis leguas. La causa debió de
14   IV,     VII|        valían al rey los quintos seis mil pesos al día. Hay otra
15   IV,     VII|      halló, que fueron setenta y seis millones hasta el dicho
16   IV,    VIII|          de ancho por donde más, seis pies; por donde menos, un
17   IV,    VIII|       tan hondas, les falta otro seis tanto hasta su raíz y fondo,
18   IV,    VIII|       mil quinientos cincuenta y seis, que fueron once después
19   IV,      IX|         o tres pesos, o cinco, o seis, o no mucho más: éste ordinariamente
20   IV,      IX|        cumbres y collados más de seis mil guayras, que son aquellos
21   IV,      XI|        Perú, el año de sesenta y seis y sesenta y siete se descubrieron
22   IV,     XII|         los metales en Potosí de seis a siete mil quintales por
23   IV,     XII|          espacio de cinco días o seis el azogue incorpora en sí
24   IV,     XII|      sesenta y cinco o sesenta y seis marcos, y así se lleva a
25   IV,    XIII|        de agua, dura la molienda seis o siete meses, de modo que
26   IV,    XIII|       que unos ingenios tienen a seis mazos, otros a doce y catorce.
27   IV,      XV|          buzos, los cuales bajan seis y nueve y aun doce brazas
28   IV,    XXII|        contado a cuatro pesos, y seis tomines, y a cinco pesos
29   IV,     XXX|        lo han probado, acaece en seis días caminar una legua y
30   IV,   XXXII|         Iglesias son hoy cinco y seis tanto de lo que eran ahora
31   IV,   XXXII|          botija o arroba cinco o seis ducados, y si es de España,
32   IV,  XXXIII|        los valuaron en noventa y seis mil y quinientos y treinta
33   IV,   XXXVI|       que con la creación de los seis días dejara Dios el mundo
34   IV,     XLI|        de éstos será de cuatro a seis arrobas, y siendo viaje
35   IV,     XLI|    carnero de éstos de la tierra seis y siete pesos ensayados
36    V,       X|         un año y en otras era de seis meses y en otras de menos,
37    V,      XV|         doncellas sino de uno de seis barrios, que estaban nombrados
38    V,     XVI|        de cuatro en cuatro, y de seis en seis, muy mortificados,
39    V,     XVI|          en cuatro, y de seis en seis, muy mortificados, a pedir
40    V,     XIX|  sacrificar niños de cuatro o de seis años hasta diez; y lo más
41    V,      XX|      lugar del sacrificio salían seis sacrificadores constituídos
42    V,      XX|      piedra azul.~ ~Venían estos seis sacrificadores el rostro
43    V,      XX|       una culebra. Puestos todos seis ante el ídolo hacían su
44    V,      XX|       cada uno por su orden, los seis sacrificadores lo tomaban,
45    V,    XXVI|       unas trenzas de algodón de seis dedos en ancho. El humo
46    6,    VIII|         en tal pueblo, le dieron seis huevos, y no los pagó, y
47    6,     XII|          tomaba un niño de hasta seis u ocho años en las manos,
48    6,     XIV|      ancho, y el grueso sería de seis pies; y en la muralla de
49    6,     XIX|          extendió más de cinco o seis leguas al derredor del Cuzco.~ ~
50    6,      XX|          dista del Cuzco cinco o seis leguas. Este dicen, que
51    7,     III|      Capítulo III~ ~ ~ ~Cómo los seis linajes Navatlacas poblaron
52    7,     III|          Méjico año de ochenta y seis, toparon un gigante de éstos
53    7,     III| conservaron entre sí amistad las seis generaciones forasteras,
54    7,      IV|   trescientos y dos años que los seis linajes referidos salieron
55    7,      IV|         habían poblado las otras seis naciones; que les daría
56    7,      IV|         prolijidad que las otras seis naciones, poblando, sembrando
57    7,     XVI|        al rey de Tacuba. A estos seis juntó Tlacaellel, como quien
58    7,    XXVI|  garrotes en que tienen cuatro o seis navajas agudísimas, y tales,
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