Libro, Capítulo

 1    1,      IV|      Jesucristo de una vez por su sangre, y de aquí infiere que hay
 2  III,      IX|        otra verde, llegué a echar sangre, de la violencia que el
 3  III,    XVII|        Perú de color rojo como de sangre, por donde le llaman el
 4   IV,     XVI|       grueso y cálido, y engendra sangre; por donde los que de nuevo
 5   IV,     XLI|         recién muerta y corriendo sangre. En poniéndome aquella medicina
 6   IV,    XLII|        Indias, como de hijada, de sangre, de leche y de madre, y
 7    V,     VII|      especialmente niños, y de su sangre hacían una raya de oreja
 8    V,     XIV|            hiriéndose y sacándose sangre en el modo que se dirá,
 9    V,      XV|          la parte de arriba: y la sangre que sacaban poníansela en
10    V,      XV|          donde se lavaban aquella sangre. Vivían con honestidad y
11    V,     XVI|           sacrificaban, sacándose sangre de los molledos con unas
12    V,     XVI|       puntas duras y agudas; y la sangre que así sacaban se la ponían
13    V,    XVII|      lancetas se herían y sacaban sangre; y como los que al sucio
14    V,    XVII|        espinilla, sacándose mucha sangre, con la cual se untaban
15    V,    XVII|      sienes, bañando con la demás sangre las puyas o lancetas, y
16    V,    XVII|         pueblo. Lavábanse de esta sangre en una laguna diputada para
17    V,    XVII|    llamada Ezapán, que es agua de sangre; y había gran número de
18    V,     XIX|          los degollaban, y con su sangre se untaban de oreja a oreja.
19    V,     XIX|   contento, y todo anda revuelto, sangre, muertes, hurtos, engaños,
20    V,     XIX|      adorado con derramamiento de sangre humana, y por este camino
21    V,      XX|          las cuales se bañaban en sangre; lo cual para que se entienda
22    V,     XXI|     rostro, untándole con aquella sangre que tenía cuajada; duraba
23    V,     XXI|         vías era infinita cosa la sangre humana que se vertía en
24    V,    XXII|        crueldad en derramar tanta sangre de hombres, y el tributo
25    V,   XXIII|         maíz, teñida y amasada en sangre sacada de carneros blancos,
26    V,   XXVII|          matar hombres v derramar sangre; o eran sucias y asquerosas,
27    V,  XXVIII|          los viejos y untaban con sangre el rostro, todo en señal
28    V,  XXVIII|       aquellos bollos de maíz con sangre del sacrificio, que comían
29    V,  XXVIII|     cantidad de bollos hechos con sangre de sacrificios, y a cada
30    V,    XXIX|         eran más baratas; pero de sangre humana, sin comparación,
31    V,     XXX|       sacrificio, y lavábanles la sangre humana que estaba en ellas
32    6,      XI|           Perú era por herencia y sangre, como en los reinos de España
33    6,      XX|         que quiere decir lloro de sangre, porque habiendo una vez
34    6,      XX|     enemigos, de puro dolor lloró sangre: éste se enterró en un pueblo
35    6,     XXV| Ezuahuacatl, que es derramador de sangre, no como quiera, sino arañando;
36    7,     VII|     blanca, sino bermeja, como de sangre; y partiéndose en dos arroyos,
37    7,    VIII|         tener rey que fuese de su sangre mejicana, de cuya generación
38    7,    VIII|       entrañas y de las vuestras, sangre nuestra y vuestra. Entre
39    7,      XI|    Chimalpopoca, aunque era de su sangre, era por vía de madre, y
40    7,      XI|         se acabó en él la ilustre sangre de los mejicanos. Hijos
41    7,     XII|         de Méjico, ni se acabó la sangre real. Volved los ojos, y
42    7,      XV|     comiendo de ella, y sacándose sangre de las espinillas con las
43    7,      XV|           guerra, sin que hubiese sangre ni heridas de una y otra
44    7,     XVI|         rey a su ídolo, sacándose sangre de las orejas, de los molledos
45    7,    XVII|           no siempre sacan con la sangre el valor de los padres,
46    7,   XVIII|        sino que, pues eran de una sangre y un pueblo, se juntasen
47    7,     XIX|       codornices y untando con su sangre el borde del caño; otros,
48    7,      XX|        sus sacrificios, sacándose sangre de orejas, molledos y espinillas,
49    7,    XXIV|        número de hombre, y con la sangre de los sacrificados rociar
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