Libro, Capítulo

 1    1,    XVII|            Salomón a Dios: 97 ¡Oh, Padre, cuya providencia gobierna
 2  III,   XXIII|        llevan atrasado. Acaeció al Padre Alonso Sánchez (de quien
 3   IV,      II|           sabio que lo que hace un padre con una hija fea para casarla,
 4   IV,  XXXVII|           Felipe nuestro Señor, su padre, y mirándolas Su Majestad,
 5   IV,     XLI|            india y me dijo: Ponte, padre, esto en los ojos y estarás
 6    V,      VI|           sucedió que sintiendo el padre amargamente la muerte del
 7    V,     VII|          murió Guainacapa, que fué padre de Atagualpa, en cuyo tiempo
 8    V,      IX|       acudían a estos oráculos del padre de las mentiras; y cual
 9    V,      XI|       acordare, como el demonio es padre de la mentira, según la
10    V,     XII|   manifiestamente ha enmudecido el padre de las mentiras, como de
11    V,      XV|        Iglesia se hermosea, así el padre de la mentira ha procurado,
12    V,      XV|          se mantenían. ~ ~A ningún padre era lícito negar sus hijas
13    V,   XVIII|          eso es sacrificio, así el padre de la mentira ha inventado
14    V,     XIX|       quisiese quitar la vida a su padre. Semejante crueldad a la
15    V,    XXII|            propósito me contaba un Padre grave en la Nueva España,
16    V,    XXII|      Respondió el indio: no creas, padre, que tomamos la ley de Cristo
17    V,    XXIV|      espíritu homicida e inmundo y padre de mentira.~ ~
18    V,     XXV|           confesión quiso el mismo padre de mentira remedar, y de
19    V,     XXV|     muriese primero el hijo que el padre; y a éstos tales, cuando
20    V,  XXVIII|         sol y las tres del trueno, padre, hijo y hermano, que decían
21    V,  XXVIII|   Inticuaoquí, que quiere decir el padre y señor sol, el hijo sol,
22    V,    XXXI|            su perdición, instar al Padre de misericordia que les
23    V,    XXXI|         Jesucristo, el cual con el Padre y con el Espíritu Santo,
24    6,       V|            Tanto, que nos decía el padre Alonso Sánchez, que el tiempo
25    6,   XVIII|         hermanas, aunque fuesen de padre y madre; pero la verdad
26    6,   XVIII|      tiempo de Topa Inga Yupangui, padre de Guaynacapa y abuelo de
27    6,   XVIII|             su hermana de parte de padre; y éste mandó que sólo los
28    6,   XVIII|      pudiesen casar con hermana de padre, y no otros ningunos. Así
29    6,   XVIII|           hijos suyos, hermanos de padre y madre, se casasen, y que
30    6,   XVIII|            mujeres sus hermanas de padre. Y como aquel matrimonio
31    6,     XXI|           el señorío en vida de su padre y con su voluntad administraba
32    6,     XXI|           hizo señor, y quitó a su padre y a su hermano el señorío,
33    7,      VI|        engaño al rey de Culhuacún, padre de la moza, que viniese
34    7,     VII|           llegado el tiempo que el padre de las mentiras cumpliese
35    7,     VII| Vitzilipuztli, que en todo les era padre y siempre les había dicho
36    7,       X|        viudas y huérfanos, y fuese padre de la república, porque
37    7,      XI|          madre, y que la parte del padre había de tirar de él más.
38    7,     XII|          quiero, que si perdísteis padre, aquí hallaréis padre y
39    7,     XII|   perdísteis padre, aquí hallaréis padre y madre. Haced cuenta, ¡
40    7,    XVII|          salió muy diferente de su padre y antecesor, porque le notaron
41    7,   XVIII|         parecerle que perdía en él padre y padre de su patria; Tlacaellel
42    7,   XVIII|           que perdía en él padre y padre de su patria; Tlacaellel
43    7,   XVIII|            las preeminencias de su padre, de que el viejo quedó tan
44    7,     XIX|        librería vaticana, donde un padre de nuestra Compañía, que
45    7,      XX|        firme en que estribes, será padre y amparo de que te socorras,
46    7,   XXIII|           que aunque el demonio es padre de la mentira; pero a su
47    7,  XXVIII|          el gran rey Guaynacapa su padre, esa dió la entrada al marqués
48    7,  XXVIII|      llegar hasta el tiempo que el Padre de nuestro Señor Jesucristo