Libro, Capítulo

 1  Ded         |          estas de acá, a quien su divina y alta Providencia las tiene
 2  Ded         | afectuosamente lo suplicamos a su Divina Majestad. Amén. En Sevilla,
 3    1,       I|        redondo, y parécele que la divina Escritura2 quiere dar a
 4    1,       I|       contraria y repugnante a la divina Escritura.~ ~Pero que sientan
 5    1,       I|           Autor soberano, como la divina Sabiduría lo advierte; 10
 6    1,     III|     parezca que es contrario a la divina Escritura poner la tierra
 7    1,     III|        con cuánta gracia habla la divina Escritura, para causarnos
 8    1,     III|        Mas en otro lugar la misma divina Escritura, 27 para significarnos
 9    1,     III|        satisface en otra parte la divina Escritura, 29 causando mayor
10    1,     III|  Realmente tienen las obras de la divina arte un no sé qué de gracia
11    1,     III|         copioso y magnífico de la divina sabiduría, que allí de callada,
12    1,      VI|          océano grande, que en la divina Escritura se suele llamar
13    1,    VIII|          ninguna manera engaña la divina Escritura, cuya verdad en
14    1,     XIV|            las mías son que en la divina Escritura los vocablos de
15    1,     XVI|           podemos negar lo que la divina Escritura claramente enseña, 88
16    1,     XVI|         acaece. Mayormente que la divina Escritura refiere90 que
17    1,   XVIII|           lo da así a entender la divina Escritura cuando refiere
18    1,      XX|          de Indias. Pues la misma divina Escritura también nos dice, 104
19    1,     XXV|           universal que cuenta la divina Escritura, o si fué algún
20  III,       V|   conformándose con él también la divina Escritura, señala cuatro
21  III,    XXVI|          a vista alguaciles de la divina justicia, para temer a Dios,
22   IV,      IV|           de Indias, ordenando la divina providencia que unos reinos
23   IV,      VI|    descubrió Potosí, ordenando la divina Providencia, para felicidad
24   IV,     VII|       entienda la potencia que la Divina Majestad ha sido servida
25   IV,     XII|           participar de su pureza divina.~ ~
26   IV,    XIII|           también se aprovecha la divina Escritura en diversas partes, 169
27   IV,     XIV|    abundancia que hay. Celebra la divina Escritura175 las esmeraldas
28   IV,   XXXIV|         nuevo. Pues conforme a la divina Escritura187 todos estos
29    V,     Pro|         ver en qué modo ordenó la divina providencia que la luz de
30    V,       I|          vida es capaz de la vida divina y eterna. Y así, por todas
31    V,     XII|           antes profetizado en la divina Escritura.~ ~El modo que
32    V,      XV|          acepta en los ojos de la divina Majestad, y con que tanto
33    V,     XIX|       cruel sacrificio refiere la divina Escritura haberse usado
34    V,    XXVI|          y así la llamaban comida divina.~ ~Con esta unción se volvían
35    V,    XXVI|           llamaban todos medicina divina, y así acudían de todas
36    V,    XXVI|         les aplicasen la medicina divina, y ellos les untaban con
37    V,    XXVI|     efecto de sanidad y de virtud divina, acudiendo a estos sacerdotes
38    V,    XXIX|          comían de aquella comida divina (que así la llamaban) todo
39    6,    XXII|          alteza de la providencia divina, cómo dispuso la entrada
40    7,       I|          que salga a gloria de su divina grandeza y alguna utilidad
41    7,      IV|   mejicanos refieren, a lo que la divina Escritura cuenta de los
42    7,       V|    demonio, y permite la justicia divina muchas veces que sean entregados
43    7,       X|           una unción que llamaban divina, porque era la misma con
44    7,   XXIII|    fenecerse su imperio Aunque la Divina Escritura239 nos veda el
45    7,   XXIII|          apariciones leemos en la divina Escritura248 haberlas tenido
46    7,  XXVIII|          De la disposición que la divina providencia ordenó en Indias
47    7,  XXVIII|     excelente disposición para la divina Sabiduría, que de los mismos
48    7,  XXVIII|      supliquen ahincadamente a la Divina Majestad que se digne por