Libro, Capítulo

 1    1,       X| tienen de quemazón bermejo el suelo.~ ~Y el mismo poeta en otro
 2   II,      VI|        así del cielo como del suelo, tiene copiosísimas aguas.~ ~ ~ ~
 3   II,     VII| grosura y corre y gotea en el suelo, y es la causa que la gran
 4  III,      IX|       de la cabalgadura en el suelo; y porque aunque íbamos
 5  III,      IX|     vi yo que se echaba en el suelo y daba gritos del rabioso
 6   IV,      VI|       de Porco, y halló en el suelo, junto a la veta, unos pedazos
 7   IV,     XII|    pesada, hace asiento en el suelo de la tina. El metal que
 8   IV,     XXX|       humedad del cielo y del suelo es tanta, de ahí proviene
 9   IV,   XXXII|       viñas, del cielo ni del suelo, y dan en grande abundancia,
10    V,     XVI|     muy bajas, los ojos en el suelo, sin osar alzarlos a mirarlas;
11    V,    XXIV|  pueblo; y tomando tierra del suelo se la ponían en la cabeza,
12    V,    XXIX|     oían, ponía el dedo en el suelo y, cogiendo tierra con él,
13    7,     XII|     que andan gateando por el suelo, los cuales perecerán, si
14    7,    XXII|     jamás puso sus pies en el suelo, sino siempre llevado en
15    7,   XXIII|  cerca de ella cayeron por el suelo. A este tiempo dicen se
16    7,   XXIII|    que está ahí tendido en el suelo?, y mirando al suelo vió
17    7,   XXIII|       el suelo?, y mirando al suelo vió un hombre adormecido,
18    7,     XXV| palabra, mirando pensativo al suelo; pasado aquel tiempo, dijo: ¿