Libro, Capítulo

 1    1,     XXI|          bajeles también grandes, quedaron atónitos: y como nunca pudieron
 2    1,    XXIV|        algunas costumbres que les quedaron de su patria primera.~ ~
 3  III,      XI|           más lejos de la tierra, quedaron admirados; de donde infirieron (
 4  III,   XXIII|         poblar allí; y después se quedaron sin el Dorado (que nunca
 5    V,    XXII|           sacrificios de hombres, quedaron con determinación de hacer
 6    6,    XXII|           las tripas y el corazón quedaron en Quito, por haberlo él
 7    7,     III|           de su deforme grandeza. Quedaron, pues, con esta victoria
 8    7,      IV|   desamparados de los compañeros, quedaron muy sentidos y quejosos,
 9    7,       X|    súbditos y estar en su tierra. Quedaron con esto muy aliviados y
10    7,      XI|          la determinación con que quedaron, tuvo tanto sentimiento
11    7,     XII| considerar, que si mataron a uno, quedaron otros que podrán suplir
12    7,    XIII|           esto los de Azcapuzalco quedaron tan pobres, que ni aun sementera
13    7,      XV|          de esta cualidad usaban. Quedaron los muchachos muy honrados
14    7,   XXIII|         tornaron a hallar, de que quedaron muy confusos y espantados.~ ~
15    7,    XXIV|         era el que decían, de que quedaron muy contentos, viéndose
16    7,    XXIV|       jamás vista por los indios, quedaron tan atemorizados, como si
17    7,   XXVII|         tres compañeros que solos quedaron de una armada, en que pasaron
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