Libro, Capítulo

 1   IV,    XXXV|       la carga que llevan a las espaldas; y también las llevan fácilmente
 2    V,     XII|        de noche, y entraban las espaldas vueltas al ídolo, andando
 3    V,    XIII|      porque echado un hombre de espaldas sobre ella, le hacía doblar
 4    V,     XVI|       que les descendía por las espaldas, y a manera de trenzado
 5    V,    XVII|   dándose grandes golpes en las espaldas. Para esta misma fiesta
 6    V,    XVII|      cuantidad de golpes en las espaldas. En algunas partes, esta
 7    V,      XX|      esta piedra, que echado de espaldas sobre ella el que había
 8    V,      XX|        de otra, y lo echaban de espaldas encima de aquella piedra
 9    V,     XXV|     castíganlo con darle en las espaldas cuantidad de golpes con
10    V,     XXV|    recibir recios golpes en las espaldas; y hoy día dicen los nuestros,
11    V,    XXIX|   dándose grandes golpes en las espaldas de la manera que acá se
12    V,    XXIX|   cuales pendía en medio de las espaldas una calabaza mediana, que
13    6,    XXVI| colgaban unos ramales hacia las espaldas, con unas borlas de lo mismo
14    7,    XIII|      pequeño que llevaba en las espaldas; y luego, alzando gran grita
15    7,     XIV|       rodeando vino a tomar las espaldas a los de Cuyoacán, y cargando
16    7,   XVIII|       de Tlatellulco volver las espaldas, porque el de Méjico cargaba
17    7,   XVIII|      desmayaron y volvieron las espaldas, y siguiéndoles los mejicanos,