José de Acosta
Historia natural y moral de las Indias

Libro cuarto

Capítulo IX

«»

Enlaces a las concordancias:  Normales En evidencia

Link to concordances are always highlighted on mouse hover

Capítulo IX

 

Cómo se beneficia el metal de plata La veta en que hemos dicho que se halla la plata, va de ordinario entre dos peñas que llaman la caja, y la una de ellas suele ser durísima como pedernal: la otra blanda, y más fácil de romper: el metal va en medio, no todo igual, ni de un valor, porque hay en esto mismo uno muy rico que llaman cacilla, o tacana, de donde se saca mucha plata: hay otro pobre, de donde se saca poca. El metal rico de este cerro es de color de ámbar, y otro toca en más negro: hay otro que es de color como rojo: otro como ceniciento, y en efecto tiene diversos colores, y a quien no sabe lo que es, todo ello le parece piedra de por ahí; mas los mineros en las pintas, y vetillas, y en ciertas señales conocen luego su fineza.

Todo este metal que sacan de las minas se trae en carneros del Perú, que sirven de jumentos, y se lleva a las moliendas. El que es metal rico se beneficia por fundición en aquellos hornillos que llaman guayras: éste es el metal que es más plomoso, y el plomo le hace derretir; y aún para mejor derretirlo, echan los indios el que llaman soroche que es un metal muy plomizo. Con el fuego la escoria corre abajo, el plomo y la plata se derriten, y la plata anda nadando sobre el plomo hasta que se apura: tornan después a refinar más y más la plata. Suelen salir de un quintal de metal treinta, cuarenta y cincuenta pesos de plata por fundición. A mí me dieron para muestra metales de que salían por fundición más de doscientos pesos, y de doscientos y cincuenta por quintal; riqueza rara y cuasi increíble, si no lo testificara el fuego con manifiesta experiencia, pero semejantes metales son muy raros.

El metal pobre es el que de un quintal da dos, o tres pesos, o cinco, o seis, o no mucho más: éste ordinariamente no es plomizo, sino seco; y así por fuego no se puede beneficiar. A cuya causa gran tiempo estuvo en Potosí inmensa suma de estos metales pobres, que eran desechos, y como granzas de los buenos metales, hasta que se introdujo el beneficio de los azogues, con los cuales aquellos desechos, o desmontes que llamaban, fueron de inmensa riqueza, porque el azogue con extraña y maravillosa propiedad apura la plata, y sirve para estos metales secos y pobres, y se gasta y consume menos azogue en ellos lo cual no es en los ricos, que cuanto más lo son, tanto más azogue consumen de ordinario.

Hoy día el mayor beneficio de plata, y cuasi toda la abundancia de ella en Potosí es por el azogue, como también en las minas de las Zacatecas, y otras de la Nueva España. Había antiguamente en las laderas de Potosí, y por las cumbres y collados más de seis mil guayras, que son aquellos hornillos donde se derrite el metal, puestos al modo de luminarias, que verlos arder de noche, y dar lumbre tan lejos, y estar en sí hechos un ascua roja de fuego, era espectáculo agradable. Ahora si llegan a mil o dos mil guayras, será mucho, porque, como he dicho, la fundición es poca, y el beneficio del azogue es toda la riqueza. Y porque las propiedades del azogue con admirables, y el modo de beneficiar con él la plata muy notable, trataré de el azogue, y de sus minas y labor, lo que pareciere conveniente al propósito.


«»

Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License