Capítulo

 1      VI|        océano, no ven más que el cielo y el mar, yo no veía más
 2      VI|       mar, yo no veía más que el cielo y mi cuarto, y los objetos
 3      VI|        relación inmediata con el cielo y daba a mis pensamientos
 4      VI|   escalón no veía aún más que el cielo; no tardaba en aparecer
 5       X|  Fontenay. Las veía atravesar el cielo de nube en nube. «¡Ah, qué
 6       X|        elevar sus ramas hacia el cielo? Y a ti que vas andando
 7    XIII|          ligera nube, cruzaba el cielo; un suave rayo irradiaba
 8    XIII|          renovada, contemplar el cielo estrellado, y no tengo que
 9    XIII|       instante los ojos hacia el cielo y los vuelve a cerrar para
10    XIII|       desde todos los puntos del cielo y desde los confines del
11     XIV|       espectáculo sublime que el cielo muestra inútilmente a los
12     XIV|     donde sea, sin pensar que el cielo existe... ¡Qué cosa más
13     XIV|         en este caso, estando el cielo cubierto...» «Muy bien,
14   XVIII|   llegaban a sus labios... Pero ¡cielo santo! ¡Cuál fue mi sorpresa
15      XX|    atravesó en estos momentos el cielo y desapareció en seguida.
16      XX|     levantar los ojos y mirar al cielo.~ ~ ~ ~
17     XXI|   aspecto de la Vía láctea y del cielo estrellado. Sin embargo,
18     XXI|        este efecto, escogí en el cielo la constelación más aparente.
19     XXI|        poco antes el aspecto del cielo estrellado no existía más
20     XXX|      comunica por un lado con el cielo y disfruta del imponente
21     XXX|           Esperad, en nombre del cielo, todavía un instante, y
22    XXXI|     Levantando mis ojos hacia el cielo, advertí la estrella polar
23    XXXI|          permitían contemplar el cielo, he dejado de buscarte entre
24    XXXI|      vivamente y recrearse en el cielo, invitándome a acercarme
25   XXXIV| sobrenatural.~ ~ ~ ~Vi bajar del cielo una nube brillante, que
26   XXXIV|        puede obtener más que del Cielo.» Al decir esto, el meteoro
27   XXXVI|         un quinto piso, entre el Cielo y la Tierra, envuelto en
28   XXXVI|       entrevisto su imagen en el Cielo! ¡Querida Sofía: ¡si hubiera
29 XXXVIII|   tristemente, y del aire, y del cielo, y del río, cuyo sordo murmullo
30 XXXVIII|        lo perciben. Le veo en el cielo, llevando delante de él
31   XXXIX|        familiar con la noche, el cielo y los meteoros y saber sacar
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