Capítulo

 1     III|   tiempo y me había opuesto sin razón. Un comisionista vino muy
 2       V|      estar cansados. ¡Ay! Tiene razón que le sobra. No es que
 3     XIV|               En este punto, la razón, que en mi reino no tiene
 4      XV|       estrellas predilectas. La razón es sencilla: se concebirá
 5      XV|  imagino aún otra que no habría razón para que fuese la última.
 6  XXVIII|      útil en esa edad en que la razón nos aconseja renunciar a
 7    XXIX|         nos ordena el sueño. Mi razón, que en aquel momento obraba
 8    XXIX|      sentimiento!, dice la fría razón. ¡Oh, debilidad e incertidumbre
 9    XXIX| debilidad e incertidumbre de la razón!, dice el sentimiento. ¿
10     XXX|        de la preeminencia de la razón o del sentimiento. Pero
11     XXX|      gentes están vendidas a la razón. Para decidir este punto
12     XXX|       Naturaleza igual dosis de razón y de sentimiento, y que
13     XXX|       consecuencia sublevó a mi razón; mi corazón, por su parte,
14    XXXI|         puesto en ridículo, sin razón, a un hombre que se entretenía
15 XXXVIII| misteriosa; no es ya un ente de razón, que mi pensamiento no puede
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