Capítulo

 1       I|          las cosas de este mundo son tales, que la vivacidad
 2     III|          con las personas que le son queridas? Semejantes a esos
 3     VII|      molestaran las visitas, que son muy raras en las alturas
 4   XVIII|       amistad, las horas del día son siempre cortas cuando se
 5   XXIII|          que me inspiran las que son dichosas. Esta disposición
 6    XXIV|         de Vesta. ¡Si los dioses son tan bárbaros como los hombres,
 7   XXXII|       siempre que los montañeses son, entre todos los pueblos,
 8  XXXVII|    porvenir ¿tiene más realidad? Son dos nadas, entre las cuales
 9  XXXVII|     reloj -; si ya lo sé; sé que son las doce; de sobra que lo
10 XXXVIII| recuerdos de la felicidad pasada son las arrugas del alma. Cuando
11 XXXVIII|      hombros, nuestros esfuerzos son igualmente vanos y en nada
12   XXXIX|          a tener con los hombres son mucho más peligrosas. ¡Cuántas