Capítulo

 1      IV|          Y puesto que tal es la naturaleza de los hombres que la felicidad
 2       X| iluminaba mi alma. Creía ver la Naturaleza por primera vez. Oía con
 3     XII|  disfrutar de lo apacible de la Naturaleza.~ ~ ~ ~
 4     XXI|         dos sensaciones eran de naturaleza completamente diferente:
 5    XXIX|      vez de seguir la voz de la Naturaleza, que nos ordena el sueño.
 6     XXX|     imponente espectáculo de la Naturaleza: los meteoros y los astros
 7     XXX|      que hubiese recibido de la Naturaleza igual dosis de razón y de
 8     XXX|        el término fijado por la Naturaleza. Unos conquistadores, arrastrados
 9   XXXII|   embargo, los monumentos de la Naturaleza tienen más poder sobre el
10  XXXVII|        inevitable? ¿No sería la Naturaleza bienhechora misma la que