Capítulo

1      VI|   lado de la calle, dando al tejado la dirección que exigen
2      VI|    se elevaba por encima del tejado y constituía un precioso
3     VII| maldita pared, que sacudí el tejado de la casa; los gorriones
4    XVII|     porque la extremidad del tejado, por encima del cual se
5    XVII|  puse un pie en el borde del tejado y, agarrándome con una mano
6   XVIII|    decir, sobre el borde del tejado en que me encontraba, que
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