Xavier de Maistre
Expedición nocturna alrededor de mi cuarto

Capítulo XX

«»

Enlaces a las concordancias:  Normales En evidencia

Link to concordances are always highlighted on mouse hover

Capítulo XX

 

Un fuego fatuo atravesó en estos momentos el cielo y desapareció en seguida. Mis ojos, que la claridad del meteoro habían apartado un instante, volvieron al balcón y no vieron más que la pequeñísima zapatilla. Mi vecina, en su precipitada retirada, se había olvidado de recogerla. Contemplé largo rato aquella linda sandalia de un pie digno del cincel de Praxíteles con una emoción de la cual no me atrevería a confesar toda la fuerza; pero lo que podría parecer harto extraño, y que no me sabría explicar a mí mismo, es que un encanto irresistible me impedía apartar de ella los ojos, a pesar de todos los esfuerzos que hacía para llevarlos hacia otros objetos.

 

Dicen que cuando una serpiente clava su mirada en un ruiseñor, el infortunado pájaro, víctima de un encanto irresistible, se siente obligado a acercarse al reptil voraz. Sus alas rápidas no le sirven más que para llevarle a su pérdida, y cada esfuerzo que hace para alejarse le acerca al enemigo que le persigue con su mirada fatal.

 

Tal era sobre mí el efecto de aquella zapatilla, sin que, no obstante, pueda decir con certeza cuál de los dos, la zapatilla o yo, era la serpiente; pero según las leyes de la Física, la atracción debía ser recíproca. Es bien seguro que esta influencia funesta no era en modo alguno una ilusión de mi imaginación. Me sentía tan realmente y tan fuertemente atraído, que estuve dos veces a punto de soltar su mano y dejarme caer. Sin embargo, como el balcón al cual quería ir no estaba exactamente debajo de mi ventana, sino un poco ladeado, vi perfectamente que por la fuerza de gravitación, descubierta por Newton, combinada con la atracción oblicua de la zapatilla, habría seguido yo en mi caída una diagonal y habría venido a caer sobre una garita que no me parecía más grande que un huevo desde la altura en que me encontraba; de suerte que mi objetivo no lo habría conseguido... Me agarré, pues, con más fuerza todavía a la ventana y, haciendo un esfuerzo de resolución, logré levantar los ojos y mirar al cielo.

 

 

 

 


«»

Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License