Victor Hugo
Cromwell

Acto primero

Escena X

«»

Enlaces a las concordancias:  Normales En evidencia

Link to concordances are always highlighted on mouse hover

Escena X

Los mismos y RICARDO CROMWELL vestido de caballero. Cuando entra, todos los

puritanos se desembozan y se quitan los sombreros.

   RICARDO.-No he visto nunca tabuco tan bien guardado; ni que fuera una fortaleza. Buenos días, caballeros. ¿Por quién brindáis? Unid a vuestro brindis el mío.

   CLIFFORD.-Querido Ricardo estábamos aquí diciendo...

   ROCHESTER.- (Riendo.) Que el cielo os bendiga.

   RICARDO. - ¿Os ocupabais de mí? Os doy las gracias.

   BAREBONE.- (Que el infierno apague su fuego en tu garganta.)

   RICARDO. - ¿No os molesto?

   ROSEBERRY. - ¡Vos. Al contrario.... tenemos a gran dicha veros entre nosotros. ¿Os trae aquí algún asunto?

   RICARDO.-Me trae aquí el mismo motivo que a vosotros.

   CARR.- (¿Estará metido en el complot?)

   WILLIS.- (¡Ricardo Cromwell también!)

   RICARDO.- (Levantando la voz.) Sedley, Roseberry, Downie, Clifford, os acuso de ser unos felones.

   ROSEBERRY.- (Asustado.) ¡Qué decís!

   CLIFFORD.- (Turbado.) Querido Ricardo...

   RICARDO.-Oídme hasta el fin; después os justificaréis si os es posible.

   ROSEBERRY.- (Nos ha descubierto.)

   RICARDO.-Hace cerca de diez años que somos amigos, siendo comunes entre nosotros la caza, los bailes, los placeres y hasta los pesares, todo, la bolsa y las queridas. Aunque mi apellido simboliza un partido contrario, como un hermano siempre he vivido entre vosotros, y a pesar de vivir siempre de acuerdo, ocultáis un secreto a Ricardo.

   ROSEBERRY.- (Todo se ha perdido.)

   RICARDO.-Interrogad a vuestra conciencia y ella os contestará que habéis procedido infamemente conmigo.

   ROSEBERRY.-ES verdad: de vuestra amistad hemos recibido grandes pruebas; pero...

   RICARDO.-Correspondéis a esa amistad haciendo traición.

   LAMBERT.- (¿Traición?)

   CLIFFORD.- (¡Traición!)

   CARR.- (¿Qué significa esto?)

   RICARDO.-Me hacéis la traición de venir aquí a beber sin decírmelo.

   ROSEBERRY.- (Respiro.) Creed, querido Ricardo...

   RICARDO.-Es delito de alta traición venir aquí a beber sin avisármelo. ¿Qué os he hecho para que me tratéis así? Ya sabéis que duelos, festines alegres y dar cintarazos, son cosas que me placen; ¿en qué os he faltado?

   SEDLEY.-En nada.

   RICARDO.-Es preciso que me lo digáis.

   ROSEBERRY. - ¡Ricardo!

   RICARDO.-Sin duda me hacéis la justicia de creer que odio a estos puritanos malditos tanto como vosotros.

   BAREBONE. - ¡Como nosotros!

   RICARDO.-Como os lo digo. No es posible soportar a esos estúpidos sectarios, que con comentarios sangrientos ensucian los libros santos y las alabanzas de Dios, y después del sermón se dedican al juego.

   CARR.- (Entre dientes.) Los santos no juegan, eso es mentira.

   RICARDO.-Iba a copiarles dirigiéndoles una jeremiada, pero estad tranquilos; no diré ya nada más. Para probaros, amigos míos, que no temo comprometerme con vosotros, y hasta qué punto uno mi causa a vuestra causa. (Llena un vaso de vino y lo lleva a sus labios.) ¡Brindo a la salud del rey Carlos!

   LOS CONJURADOS.- (Sorprendidos.) ¡A la salud del rey!

   RICARDO.-Estando aquí sólo nosotros, ¿por qué os sobresaltáis?

   WILLIS.- (Es muy imprudente el hijo de Cromwellestá comprometido en la sublevación.)

   (Oyese el sonido de una trompeta a la parte de fuera. Reina en la escena otro silencio de asombro y de inquietud.)

   UNA VOZ.- (Desde fuera.) ¡En nombre del Parlamento, abrid la taberna!

   (Movimiento de terror entre los conjurados.)

   ROCHESTER.- (A Davenant.) Nos cogieron en la cueva como a Caco.

   LAMBERT.- (Bajo a Joyce.) Cromwell viene a arrestarnos.

   JOYCE.-Sin duda lo sabe todo.

   OVERTON.-Pues bien, nos abriremos paso con las espadas.

   LAMBERT.-Habrán tomado la plaza las tropas.

   (Óyese otra vez el sonido de la trompeta.)

   RICARDO. - ¡Diablo! ¡Venir a incomodarnos ahora!

   LA VOZ.- (Desde fuera.) ¡En nombre del Parlamento, abrid la taberna!

   BAREBONE.-Obedezcamos. (Va a abrir.)

   LAMBERT.- (No tengo ya segura la cabeza sobre los hombros.)

   (Barebone abre la puerta de la taberna, que debe ser muy grande, para que a través de ella se vea el mercado de vinos lleno de gente. En medio de él se ve al Pregonero rodeado de cuatro guardias de la ciudad, de uniforme y con picas, y detrás de éstos una escolta de arqueros y de alabarderos. El Pregonero lleva una trompeta en una mano y un pergamino desplegado en la otra.)




«»

Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License