1519-enojo | enorm-queda | quede-zumbi
     Acto, Escena

1 I, I| de la moda castellana de 1519. La vieja retrocede con 2 Per | ingentes~ ~9 de marzo de 1830.~ ~ ~ ~ 3 IV, III| ni alemán.~ ~ CONJURADO .- ¡Si los electores le nombrasen 4 IV, III| emperador!...~ ~ CONJURADO .- No lo creo.~ ~ GIL TÉLLEZ.- 5 Per | minœque murorum ingentes~ ~9 de marzo de 1830.~ ~ ~ ~ 6 IV, I| Pero también dicen que el abad Juan Triteno ha prometido 7 III, IV| que me recuerde, todo me abandona; es preciso ya que te llegue 8 I, II| el infeliz a quien todos abandonan y rechazan?~ ~ SOL.- ¡Ah!... ¡ 9 III, VII| Sal y elige. D. Carlos abandonó ya el castillo. Ajustaremos 10 IV, IV| Ea, levantad las frentes abatidas, que aquí está Carlos V. 11 V, VI| RUY.- El sepulcro está ya abierto y yo no puedo esperar.~ ~ 12 IV, I| CARLOS se queda solo, se abisma en meditación profunda. 13 V, VI| concedió una vida rodeada de abismos y llena de espectros, pero 14 Per | a los hombres llenos de abnegación, que tratan de dotar a su 15 I, III| degradado la nobleza, hubiera abofeteado sus blasones con la vaina 16 I, IV| instante indeciso entre amar y aborrecer. Mi corazón no era bastante 17 III, IV| vida mía!~ ~ SOL.- No puedo aborrecerte.... pero moriré.~ ~ HERNANI.- ¡ 18 III, IV| felicidad; ¡si huyo de él no me aborrezcas, vida mía!~ ~ SOL.- No puedo 19 V, VI| quiero ser brava, la fuerza aborta en mi corazón y flaqueo. 20 IV, IV| orden. (Lo levanta y le abraza.) Pero tú posees collar 21 IV, IV| puñal.)~ ~ RUY. (Mirando abrazados a DOÑA SOL y a HERNANI)- ( 22 V, VI| Dame un solo beso.~ ~Se abrazan.~ ~ RUY.- (¡Oh, rabia!)~ ~ 23 III, IV| tan desgraciado!~ ~ SOL. (Abrazándole.)- ¡Oh! No; tú eres el león 24 II, IV| huir solo!~ ~Después de abrazarla se separa de ella bruscamente.~ ~ 25 II, II| SOL da un grito y corre a abrazarle.~ ~ ~ ~ 26 III, I| para ser mi esposa y podré abrazarte como marido. ¿Me has perdonado 27 I, II| UNA VOZ FUERA.- ¡Doña Sol, ábreme!~ ~La dueña va a abrir y 28 III, V| precipitadamente el velo. Ábrese de par en par la puerta 29 V, III| volví a encender el hogar, abrí las ventanas, arrasé la 30 I, II| esta jugada!~ ~ D. CARLOS.- Abrid la puerta. (A JOSEFA.)~ ~ 31 III, V| abrir la puerta.~ ~ RUY.- Abrídsela. (Vase el paje.)~ ~ SOL.- (¡ 32 II, III| orgullo. Sois insensato si abrigáis la más mínima esperanza. ( 33 I, IV| era bastante capaz para abrigaros a ella y a ti; amándola, 34 III, I| mujer pura vele por él, lo abrigue y se digne sufrir al inútil 35 I, III| Por qué tardar tanto en abrirme la puerta?~ ~ D. CARLOS.- 36 V, III| creí cerrada y que vuelve a abrirse. (Alejémosla de aquí.) Sol 37 IV, IV| Qué idea siniestra os absorbe?...~ ~ D. CARLOS.- Vamos; 38 III, IV| profundas heridas.~ ~ SOL. (Absorbida y sin oírle.)- ¡Creerme 39 V, IV| en profunda y convulsiva abstracción; después se yergue bruscamente.~ ~ 40 IV, IV| REY DE BOHEMIA.- Nuestros abuelos, Carlos, eran amigos; nuestros 41 Per | combatiremos el sinnúmero de abusos que caracterizan a esa especie 42 I, I| Contesta.~ ~ JOSEFA.- Me acabáis de prohibir hablar bajo 43 Per | líneas hace algún tiempo que acaban de realizarse.~ ~ Había 44 I, II| la puerta del armario.)- ¿Acabaréis de referir vuestra historia? ¿ 45 V, I| cuidado me daría a mí Lutero. Acabaría con él muy pronto con cuatro 46 I, III| dispuesto que el duque de Arcos acabe con ellos.~ ~ RUY.- ¿Pero 47 V, VI| descansar de tan ruda carrera acariciando a la mujer querida.~ ~ RUY.- ¡ 48 III, IV| loco furioso, que no sabe acariciar hasta después de haber ofendido, 49 III, IV| Ingrato.~ ~ HERNANI.- ¡Acarreo la desgracia a todo lo que 50 II, II| os avergonzáis de vuestra acción. ¿Estas son las hazañas 51 II, I| de espera! ¡Quién pudiera acelerar las horas! ¡Maldito balcón! ¿ 52 Per | rechazase lo que el primero aceptaba; pero no ha sucedido así. 53 Per | literaria, comprendido y aceptado por los que leen y meditan, 54 II, IV| Veo que estás resuelta a aceptar mi desgracia y a compartir 55 IV, IV| más digno, no ha querido aceptarlo. Venid, pues, a recibir 56 II, III| defendeos.~ ~ D. CARLOS.- No acepto el duelo. Asesinadme.~ ~ 57 IV, III| III~ ~LOS CONJURADOS~ ~Se acercan unos a otros y se dan las 58 V, VI| Vamos!~ ~HERNANI vuelve a acercar el pomo a los labios; DOÑA 59 I, II| adversarios envainan los aceros. D. CARLOS se cala el sombrero 60 I, II| asilo seguro, y Cataluña me acogió como una madre. Crecí entre 61 III, II| ese nombre me basta. Te acojo, seas quien fueres, que 62 I, III| CARLOS.- Veníais demasiado acompañado... Cuando un secreto de 63 II, II| obligaros a venir conmigo me acompañan tres hombres de mi séquito.~ ~ 64 V, V| tumba y necesito que me acompañes.~ ~ HERNANI.- Pues me libraré 65 III, VI| desterró del reino por haber aconsejado mal al rey. El cuarto es 66 IV, II| será mi guía? ¿Quién me aconsejará? ¡Tú, Carlomagno, tú! (Cae 67 V, I| emperador.~ ~ SANCHO.- ¿Os acordáis, marqués, de cierta noche 68 V, VI| Nos amamos y nos hemos acostado: aquí se celebra nuestra 69 V, VI| Juan; ese veneno es muy activo y engendra en el corazón 70 Per | de un poeta:~ ~ .. En los actuales momentos de lucha y de borrasca 71 I, II| hago resonar esta bocina, acudirán a ayudarme en son de guerra 72 Per | Luis XIV, que tan bien se adaptaba a su monarquía, llegará 73 Per | revolución todo movimiento hace adelantar. La verdad y la libertad 74 III, IV| encanta, me enamora, me admira vuestro traje de bodas. ( 75 III, IV| ducal preciosa..., el collar admirable..., los brazaletes bellísimos; 76 Per | Molière, que son grandes y admirables poetas. Su lectura les hará 77 Per | nuevo. La Francia actual, admirando la literatura de Luis XIV, 78 III, VI| cabeza.)- D. Ruy Gómez, os admiro; continuad.~ ~ RUY.- Éste 79 Per | enseñanza. Pero estando ya admitida la libertad en el arte, 80 I, I| recibe todas las noches, admitiendo tras él también al viejo? ¿ 81 III, II| vengan por ella!)~ ~ RUY.- ¿Adónde te diriges, peregrino?~ ~ 82 II, II| favorece, porque así le adoráis. Mientras yo vivo solo, 83 III, I| le regalo. Quiero verla adornada como una virgen, ante la 84 I, I| vieja, vestida de negro, con adornos de azabache a lo Isabel 85 I, II| estaban batiendo!~ ~Los dos adversarios envainan los aceros. D. 86 Per | cargo y riesgo, y por el afecto que profesamos a todo lo 87 Per | incompletas sus obras; de los afortunados mortales, de los que se 88 III, VI| la tuya.~ ~ RUY.- No me afrentéis, señor; mi cabeza es ilustre 89 III, IV| fuerza que impulsan, soy el agente ciego y sordo de los misterios 90 I, II| la cabeza y en el corazón agita sus tempestades, ¿qué nos 91 III, VI| le observan en silencio, agitados por emociones distintas. 92 IV, IV| que debíamos al César.~ ~Agitando el puñal.~ ~ D. CARLOS.- 93 III, VI| Rey don CARLOS, os estoy agradecido, porque queréis conseguir 94 IV, II| necesidades de las épocas se agranda, corre, se mezcla en todo, 95 II, III| rey; pero cuando un rey me agravia y además se chancea, mi 96 IV, II| los reyes se escalona y se agrupa; los dos que se sientan 97 IV, I| inclina siempre al oro como la aguja al polo. Sin embargo, entre 98 III, VI| sin perdonar rincón ni agujero.~ ~ RUY.- Mi castillo es 99 IV, I| las catacumbas; bueno es aguzar los estiletes en las piedras 100 I, II| escucharos. Pero oía muy mal y me ahogaba muy bien, y además, me chafaba 101 III, II| vas a Madrid verás cómo le ahorcan.~ ~ HERNANI.- No voy allá.~ ~ 102 V, III| que esa alegría aturde y ahuyenta la felicidad?~ ~ HERNANI.- 103 V | Máscaras vestidas de dominó, aisladas o en grupo, pasean por el 104 I, III| mientras HERNANI permanece aislado mirándole con ojos chispeantes.~ ~ 105 I, III| imperio?~ ~ D. CARLOS.- En Aix-la-Chapelle, en Spira o en Francfort.~ ~ 106 III, VII| abandonó ya el castillo. Ajustaremos pronto nuestras cuentas 107 II, II| bajo su larga capa y con el ala del sombrero levantada. 108 V, I| pajes les preceden y dos alabarderos les siguen.~ ~ ~ ~ 109 II, I| palmadas. Pero para que no se alarme viendo aquí tanta gente, 110 II, IV| Señor, los esbirros y los alcaldes desembocan en la plaza en 111 II, III| encontraré algún asilo donde no alcance vuestro poder.~ ~ D. CARLOS.- ¿ 112 IV, III| Es la primera vez que la alcanzo.~ ~ RUY.- Eres pobre, y 113 IV, I| encontró una noche en la alcoba de su señora, poco después 114 III, I| al fin murió el rebelde. Alegrémonos, hija mía. Ve a ataviarte. 115 IV, IV| D. CARLOS.- Señores, alejaos un poco de aquí, que el 116 V, III| y que vuelve a abrirse. (Alejémosla de aquí.) Sol de mi vida, 117 I, III| lástima, porque a la nobleza alemana le gusta que la hablen en 118 III, VI| envidia; Lara nos respeta y Alencastre nos odia. Tocamos a la vez 119 II, IV| desembocan en la plaza en tropel. Alerta, monseñor.~ ~HERNANI se 120 IV, II| entremos. (Ruido de pasos.) Alguien viene. ¿Quién se atreve 121 | alguno 122 III, IV| de oropel. Pero no, estas alhajas son de buena ley, son hermosas 123 IV, IV| estas bóvedas, y bastó mi aliento para apagarlas; pero si 124 | allá 125 III, I| buena gana daría yo mil almenadas torres, mi antiguo palacio 126 IV, IV| Condestable de España, almirante de Castilla, desarmadlos.~ ~ 127 III, II| damas, que llevan sobre un almohadón de terciopelo un cofrecito 128 II, I| MATÍAS CENTURIÓN, marqués de Almunia, D. RICARDO DE ROJAS, señor 129 I, III| veremos si le dejaré roer los alones.~ ~ RUY.- Con gran alegría 130 IV, I| lado hasta el monasterio de Altenheims.~ ~ D. CARLOS.- Donde Rodolfo 131 II, I| nunca testa coronada tan altiva.~ ~ SANCHO.- Decís que se 132 II, III| hacer?~ ~ D. CARLOS. (Con altivez.)- No consiento que me preguntéis.~ ~ 133 I, III| contentar con un castellano altivo, porque, creedme, duque, 134 I, II| montañeses, pobres, pero altivos y libres, y cobré tal crédito 135 IV, II| con valor para ocupar esas alturas!... ¡Qué dichoso fue el 136 IV, IV| conjurados.) También yo alumbro a mi vez. ¡Mirad cómo llamea 137 II, II| a dar un paso y DOÑA SOL alza el puñal amenazándole.~ ~ 138 I, III| ha muerto el emperador ha alzado la vista hasta el imperio. ¿ 139 V, I| hombre de buen temple y amaba a doña Sol. Sesenta años 140 I, II| oculta el pastor Hernani. Amabas a un bandido; ¿amarás también 141 IV, IV| los brazos de una mujer amada y amante. Vas a ser muy 142 II, IV| que es dulce amar y ser amados, ser dos, estar solos y 143 V, VI| dormimos..., es mi esposo. Nos amamos y nos hemos acostado: aquí 144 III, I| los caballeros jóvenes aman frívolamente; la doncella 145 I, IV| abrigaros a ella y a ti; amándola, olvidé el odio que te profeso; ¡ 146 II, IV| porque me has amado, y porque amándome has bendecido mi frente 147 III, V| Dios mío! ¡El duque!~ ~Los amantes se separan sobresaltados.~ ~ 148 V, VI| Perdonadle, señor, y os amaré también a vos.~ ~ RUY.- 149 IV, I| causa lástima su frívola ambición!)~ ~ RICARDO.- Abrigo la 150 IV, II| y venir a parar aquí! ¡Ambicionar un imperio, para ver luego 151 IV, II| indignará el zumbido de nuestras ambiciones que suena alrededor de tu 152 I, III| El rey Francisco I es un ambicioso, y en cuanto ha muerto el 153 II, II| está así! No es extraño que ame a un rebelde.~ ~Va a dar 154 II, II| Socorro!~ ~ D. CARLOS.- No te amedrentes, que no es el bandido el 155 II, II| nada me importa que no me améis; vendréis conmigo, porque 156 V, VI| Viejo insensato, cuando os amenacen mis ojos, recordad que soy 157 IV, V| imperio: todo un mundo me amenazaba y conspiraba contra mí; 158 III, I| causan miedo y parece que nos amenazan; porque los demás nos dan 159 I, II| las balas de los mosquetes amenazando vidas y anunciando muertes; 160 II, II| y DOÑA SOL alza el puñal amenazándole.~ ~ SOL.- Dad un paso más 161 III, VI| inútiles mis ruegos y mis amenazas! Entrégame a Hernani o derribo 162 I, II| No, ésta no; es otra amiga inocente y fiel. ¿Está ausente 163 III, II| collares y perlas y brillantes amontonados. HERNANI, jadeante y azorado, 164 Per | que para nuestra vergüenza amordaza aún al teatro en el siglo 165 IV, II| reyes que la pisotean y la amordazan; pero llega un día en que 166 II, II| amante, es en cambio la voz amorosa de un amante real.~ ~ SOL.- ¡ 167 Per | existir ni la etiqueta ni la anarquía, sino las leyes.~ ~ Esto 168 I, II| cargado con el peso de un anatema, que hasta a mí mismo me 169 IV, V| que tú hollaste con tus anchas sandalias? ¿Encendí mi antorcha 170 V, I| SANCHO.- Si los muertos andan, deben andar así.~ ~ GARCI. ( 171 V, III| Nada me importan ya los andrajos, que al entrar dejé a la 172 II, III| necesidad de ver a doña Sol. Anhelante y enamorado, acudo aquí 173 II, III| olvidaba de vos, sólo sentía el anhelo y la necesidad de ver a 174 IV, II| haber sido más grande que Aníbal, que Atila, tan grande como 175 V, I| baile de máscaras está muy animado; vamos a divertirnos.~ ~ 176 II, III| Pronto habéis olvidado que anoche se cruzaron nuestras espadas.~ ~ 177 III, VI| para el rey a Motril, a Antequera, Suez y Níjar, murió pobre. 178 Per | pronósticos anunciados en las anteriores líneas hace algún tiempo 179 I, III| removerá todo, por lo que debo anticiparme y partir en seguida.~ ~ 180 II, IV| perfume y me basta. Vete. Anuda tu vida a otra vida; 181 Per | parte de los pronósticos anunciados en las anteriores líneas 182 II, IV| rebato.~ ~ HERNANI.- No, anuncian nuestra boda.~ ~Arrecia 183 I, II| mosquetes amenazando vidas y anunciando muertes; vivir proscripta 184 IV, I| de Alemania, ¿qué señal anunciará a la ciudad su nombre?~ ~ 185 III, IV| mí violento y fiero, a ti apacible y limpia como blanca azucena, 186 III, VI| once torres. Del incendio apagado queda una chispa encendida, 187 IV, IV| emperador os oye.~ ~De pronto apagan todas las luces. Silencio 188 V, II| DOÑA SOL. Las luces se van apagando, y poco a poco domina el 189 IV, IV| y bastó mi aliento para apagarlas; pero si apago algunas, 190 IV, IV| para apagarlas; pero si apago algunas, enciendo otras.~ ~ 191 V, III| arde. Dile al volcán que apague sus llamas, y el volcán 192 II, II| pequeña que da a la calle, apareciendo en la escena con la lámpara 193 V, V| Llevándoselo a los labios y apartándoselo en seguida.)- Te suplico 194 III, IV| que me toca! ¡Huye de mí! Apártate de mi fatal camino.~ ~ SOL.- ¡ 195 II, III| que es generosa para vos, aplastaría en su huevo vuestra águila 196 IV, I| CARLOS.- ¡Por tres votos!... -Aplastemos antes a esa turba que conspira, 197 Per | gloria sería merecer los aplausos de esa pléyade de brillantes 198 I, II| coge la tuya, la muerte se apodera de su otra mano. Temerariamente 199 IV, IV| halcones míos, que me he apoderado del nido. (A los conjurados.) 200 III, VI| caballeros.)- Tomad las llaves y apoderaos de las puertas. (Vanse dos 201 IV, IV| A los conjurados.)- Se apoderó de nuestras cabezas y del 202 I, II| el rosario.)- ¡Santiago Apóstol, sacadnos de este apuro!~ ~ 203 III, IV| TIEMPO.- ¡Yo!~ ~ HERNANI. (Apoyando la frente en el seno de 204 IV, II| pasa dentro, levantándose y apoyándose en la punta de los pies. 205 IV, II| vértigo...! ¿En quién me apoyaré? ¡Si desfalleciera sintiendo 206 Per | imaginación del autor, y la apreciación de su conjunto es la que 207 III, I| vestida para la ceremonia? Apresúrate a engalanarte con el traje 208 II, IV| Hernani! Pues si eso es así, apresurémonos; huyamos.~ ~ HERNANI.- Ha 209 II, III| futuro César, que si yo apretara esta mano leal, que es generosa 210 II, III| Sabéis que mano es la que os aprieta? Oídme: Vuestro padre hizo 211 V, I| servicios.~ ~ GARCI.- Y en aprovecharos de sus distracciones.~ ~ 212 I, II| Apóstol, sacadnos de este apuro!~ ~Siguen llamando.~ ~ HERNANI. ( 213 V | término los remates góticos y árabes de dicho palacio, que está 214 III, V| de gentileshombres y de arcabuceros.~ ~ ~ ~ 215 I, III| Vuestro augusto padre fue archiduque de Austria, y el imperio 216 V, III| tú quieras, pero mi alma arde. Dile al volcán que apague 217 V, III| forzoso será que el volcán ardiendo florezca ante tu vista.~ ~ 218 I, II| conmigo por bosques, montes y arenales, y entre hombres parecidos 219 III, V| en el arsenal una fuerte armadura, ciñéndoos a los sesenta 220 I, III| pesaba menos el hierro de sus armaduras que a vosotros el terciopelo 221 IV, I| fortificar la profecía con algún armamento. Las predicciones del más 222 V, I| Bajo a D. SANCHO.)- No arméis contienda ahora. Me recita 223 IV, IV| Por San Esteban, duque, te armo caballero de esta orden. ( 224 V, III| su presa.)~ ~ SOL.- Esa armonía llena el corazón de júbilo. ¿ 225 V, III| dulcifica, hace que el alma sea armoniosa y despierta mil voces que 226 III, V| ciñéndoos a los sesenta años un arnés de batalla. Volved y veréis 227 III, V| las puertas cerradas y el arquero vigilando en la torre. Revisad 228 III, V| el rey con su cuerpo de arqueros, y su heraldo es el que 229 Per | ocurrió de poner, como el arquitecto de Bourges, una puerta casi 230 IV | Aquisgrán. -Grandes bóvedas de arquitectura lombarda; gruesos pilares 231 III, I| tiembla; es un cariño severo, arraigado, sólido y paternal, de madera 232 II, IV| HERNANI.- Cometería un crimen arrancando la flor al caer en el abismo. 233 I, III| al sacro imperio, y si me arrancaran algunos, remendaría mis 234 V, VI| el cielo.~ ~ SOL.- Antes arrancaréis a un tigre sus cachorros, 235 III, IV| desgarrarme el corazón, y quieres arrancármelo. ¡Ah! No me amas.~ ~ HERNANI.- 236 I, IV| relumbrón, y yo voy para arrancarte el alma del cuerpo y para 237 III, VI| duque; contéstame, o hago arrasar tus once torres. Del incendio 238 III, VI| CARLOS.- Por tanta audacia arrasaré tus torres, y en el solar 239 V, III| hogar, abrí las ventanas, arrasé la yerba que crecía en las 240 V, VI| nosotras las españolas nos arrastra el dolor a decir palabras 241 II, IV| existencia a la mía, para arrastrarte conmigo, no es tiempo aún: 242 V, VI| obra como quieras. (Le arrebata el pomo.) Ya lo tengo. ( 243 II, III| mío, y os odio; me habéis arrebatado mis bienes y mis títulos, 244 I, I| Abre y entra D. CARLOS arrebujado hasta los ojos y con el 245 II, IV| anuncian nuestra boda.~ ~Arrecia el campaneo. Se oyen murmullos 246 IV, II| los dos están sentados, y arreglan, recortan y mandan en el 247 II, III| que es mejor que los dos arreglemos nuestras cuentas. ¿Os atrevéis 248 III, VI| mío.)~ ~ RUY.- ¡No! (Se arrepiente y se arrodilla a los pies 249 IV, I| muy arriesgado; en él se arriesga la cabeza. Bien hicieron 250 IV, I| pero este juego es muy arriesgado; en él se arriesga la cabeza. 251 Per | bruscamente de auditorio, en arriesgar en el teatro tentativas 252 V, VI| rodillas ante el duque.) Vedme arrodillada a vuestros pies para pediros 253 IV, III| .- Oremos.~ ~Todos se arrodillan, menos el CONJURADO .~ ~ 254 III, I| una virgen, ante la que se arrodille el peregrino. Corre, dile 255 I, III| Toisón de Oro. (Se quita y arroja al suelo el sombrero.) Deshonrad 256 IV, III| hebreo; que tenga valor para arrostrar la rueda y las tenazas, 257 Per | que dé la literatura, irán arruinando su edificio, y sus esfuerzos 258 III, V| castillo, vestíos en el arsenal una fuerte armadura, ciñéndoos 259 V, I| de una mujer: dieron el asalto y ganó el bandido.~ ~ FRANCISCO.- 260 IV, II| lo consiguiera... ¡Pero ascender a esa cúspide, sintiéndose 261 II, I| condesa.~ ~ SANCHO.- Es que la ascenderá a duquesa y a todo lo que 262 IV, V| la oscuridad; me rodeaban asechanzas y escollos, y veinte pueblos 263 III, III| la suerte os favorece; os aseguro que soy el rebelde Hernani.~ ~ 264 II, III| CARLOS.- No acepto el duelo. Asesinadme.~ ~ HERNANI.- ¿Creéis que 265 I, IV| seguirá tan tenaz ni tan asiduamente como yo: los cortesanos 266 I, I| Socorro!~ ~ D. CARLOS. (Asiéndola por el brazo.)-.Si pronuncias 267 V, III| castillos, mi penacho, mi asiento en el Consejo de Castilla, 268 III, III| se vuelven sorprendidos y asombrados. HERNANI se desgarra el 269 IV, II| alto que sea el fin a que aspire el orgullo humano, acabar 270 Per | el doble objetivo a que aspiren los espíritus consecuentes 271 I, III| Dios que no os salten las astillas a la cara. Seguidme.~ ~ 272 IV, I| Haro, que quiere obtener a Astorga.~ ~ D. CARLOS.- Los Haros 273 II, I| doña Sol, a brillar como un astro en las tinieblas de la noche. ( 274 Per | algún día a tratar de este asunto detalladamente, y combatiremos 275 II, IV| lejos.~ ~ SOL. (Levantándose asustada,)- ¿Oyes? Tocan a rebato.~ ~ 276 I, III| harías, hijo mío, de esa isla atada al cabo de un hilo? Tu imperio 277 III, III| que os la pagarán bien. Atadme de pies y manos, aunque 278 III, III| será inútil, porque estoy atado ya por una cadena que no 279 III, I| Alegrémonos, hija mía. Ve a ataviarte. Hoy debe ser para nosotros 280 V, VI| vuestra raza, y ¡ay de vos si atentáis contra la vida de mi esposo! ( 281 II, IV| SOL.- Esos clamores me aterran. (Reteniendo a HERNANI.) 282 I, II| mi camino.~ ~ SOL.- ¡Me aterras!~ ~ HERNANI.- Voy cargado 283 IV, II| más grande que Aníbal, que Atila, tan grande como el mundo... 284 V, III| qué secreto es ese que te atormenta?~ ~ HERNANI.- Se lo he jurado.~ ~ 285 III, III| Pilar! Ora ante ella y te atraerás la felicidad. Acércate, 286 V, III| se fueron.~ ~ HERNANI. (Atrayéndosela.)- ¡Amor mío!~ ~ SOL. (Ruborizándose 287 III, III| Antes moriré yo que nadie se atreva a tocar un cabello de tu 288 II, II| la suelta y retrocede.~ ~ Atreveos ahora a dar un solo paso.~ ~ 289 III, IV| hermosas y buenas; no se atrevería a engañarte el hombre que 290 II, III| Verdaderamente es grave delito atreverse a la dama de un bandido!~ ~ 291 I, III| sus montañas levantan la atrevida frente?~ ~ D. CARLOS.- Ya 292 III, III| desgraciado soy!~ ~ RUY.- Si se atrevieran a prenderte, en vez de entregar 293 III, IV| algunas veces, jadeante, me atrevo a volver la cabeza, oigo 294 IV, I| cuanto a los planes que se le atribuyen...~ ~ D. CARLOS.- Ese duque 295 V, III| es verdad que esa alegría aturde y ahuyenta la felicidad?~ ~ 296 Per | Las antiguas reglas de Aubignac deben morir con las antiguas 297 IV, I| entre ellos vi dos muy audaces, recién llegados, un joven 298 I, III| ignoro, pero dicen que es muy audaz.~ ~ D. CARLOS.- Sólo 299 Per | en cambiar bruscamente de auditorio, en arriesgar en el teatro 300 I, III| aparecen más santos y más augustos.~ ~ D. CARLOS.- El rey Francisco 301 V, III| HERNANI.- (El tigre aúlla y reclama su presa.)~ ~ 302 II, IV| abandonar a mis amigos.~ ~Aumentan el tumulto y los gritos.~ ~ 303 III, I| modos, como se ama a la aurora, a las flores y a los cielos. 304 IV, II| debían repetir palabras austeras, y sin duda te indignará 305 IV, IV| a los dos electores, que avanzan hasta el emperador y le 306 III, I| yo sueño por mis sombrías avenidas, me digo a mí muchas veces: « 307 V, I| los dos con él en busca de aventuras? ¡Quién nos había de haber 308 II, II| duquesa.~ ~ SOL.- No me avergoncéis. Nada puede haber de común 309 III, IV| acabó para mí; llego a estar avergonzado de no haber sabido vengarme 310 II, II| bandido sois vos, que no os avergonzáis de vuestra acción. ¿Estas 311 III, I| dan celos que nos hacen avergonzar de nosotros mismos. Cuando 312 I, II| saciarnos a los dos. Queriendo averiguar, en fin, esta noche lo que 313 Per | la inmensa multitud que, ávida de las puras emociones del 314 IV, I| reverendo Vázquez, obispo de Ávila.~ ~ D. CARLOS.- ¿También 315 II, III| rebelde y traidor, y os aviso que os haré perseguir sin 316 IV, IV| Aragón, gran maestre de Aviz, que nací en el destierro, 317 Per | monárquicos, en vano se ayudarán unos a otros para reconstruir 318 I, II| esta bocina, acudirán a ayudarme en son de guerra tres mil 319 II, III| Por cada tres que vengan a ayudaros vendrán sesenta de los míos, 320 I, I| de negro, con adornos de azabache a lo Isabel la Católica. 321 III, II| amontonados. HERNANI, jadeante y azorado, mira con ojos fulgurantes 322 III, IV| azucena, a mí sombrío y azotado por tantas tempestades, 323 III, IV| apacible y limpia como blanca azucena, a mí sombrío y azotado 324 IV, IV| Al emperador.)- El manto azul de los reyes podía haceros 325 V, I| Lucifer que viene a vernos bailar, mientras llega la hora 326 V, I| así, él contará y nosotros bailaremos.~ ~ SANCHO.-(Verdaderamente 327 V, I| hora de ir al infierno, bailemos.~ ~ SANCHO.- Eso será alguna 328 V, I| marido cuenta las veces que bailo con vos.~ ~ GARCI.- Mejor 329 IV, II| sienta a la mesa, y Dios, bajando de las nubes donde brama 330 V, V| cumplir la palabra. No quiero bajar solo a la tumba y necesito 331 III, VI| levantes el puente y me bajes el rastrillo?~ ~ RUY.- Señor...~ ~ 332 IV | lombarda; gruesos pilares bajos, arcos, capiteles con relieves 333 I, IV| van tras de ti por cosas baladíes, por juguetes de relumbrón, 334 I, IV| que inclinaba la incierta balanza, la hace caer por la parte 335 I, II| los ruidos; oír silbar las balas de los mosquetes amenazando 336 V, I| se asoma esta noche a los balcones.~ ~ GARCI.- Hace bien, porque 337 IV, IV| la pared la sentencia de Baltasar. Queríamos dar al César 338 I, II| tendrás que ser la reina de mi banda, porque yo sólo soy un bandido. 339 III, VI| Calatrava: tomó trescientas banderas, ganó treinta batallas, 340 III, III| Aunque seas Hernani u otro bandolero más ruin, y en lugar de 341 III, IV| Verdaderamente es muy barato! ¡Dios mío! ¡Engañar de 342 I, III| D. RUY GÓMEZ DE SILVA. (Barba y cabellos blancos, traje 343 V, I| encanecer, y un solo día ha bastado para que encaneciera del 344 II, I| rey.~ ~ MATÍAS.- ¡Rey un bastardo! Comprendo que le haga conde, 345 II, I| quiera.~ ~ MATÍAS.- Los bastardos se reservan para los países 346 V, III| todo lo olvido; tú sola bastas para mi felicidad.~ ~ SOL.- ¡ 347 IV, IV| llameaban bajo estas bóvedas, y bastó mi aliento para apagarlas; 348 III, VI| trescientas banderas, ganó treinta batallas, y después de reconquistar 349 III, VII| batirnos.~ ~ RUY.- ¿No puedes batirte porque tienes miedo o porque 350 II, IV| lágrimas. ¡Seamos felices! Bebamos, ya que la copa está llena. 351 V, VI| enciende en fuego horrible. No bebas, que padecerás mucho.~ ~ 352 V, VI| Tómale ahora.~ ~ RUY.- ¡Ha bebido!~ ~ SOL.- Te repito que 353 V, VI| descendiente de los Sílva. Bebiendo la primera estoy ya tranquila. 354 V, I| FRANCISCO DE SOTOMAYOR, conde de Bellalcázar; D. GARCI-MÁRQUEZ DE CARVAJAL, 355 III, I| viejos; porque la gracia, la belleza y la juventud de los demás 356 V, I| SANCHO.- La novia es bellísima.~ ~ RICARDO.- Y el emperador 357 II, IV| amado, y porque amándome has bendecido mi frente maldita.~ ~ SOL.- ¡ 358 III, IV| que aunque me rechaces te bendeciré, porque has sido siempre 359 II, IV| Hernani mío!~ ~ HERNANI.- Bendita mil veces la suerte que 360 V, VI| Oh, rabia!)~ ~ HERNANI.- Bendito sea el cielo que me concedió 361 Per | las críticas severas y las benévolas, porque cree que de todas 362 IV, I| En vez de ser mi espada benigna para las facciones se la 363 I, III| En tiempos del Cid y de Bernardo, iban ambos por España honrando 364 I, III| muy bien. (Se inclina y besa la mano a D. CARLOS.) ¡Os 365 I, IV| lamen las manos y que te besan los pies te seguirá tan 366 II, IV| Esposo mío!~ ~ HERNANI.- (Besándola en la frente.)- ¡El primero!~ ~ 367 IV, IV| presenta la mano para que la besen los dos electores, que le 368 II, III| me habéis arrebatado mis bienes y mis títulos, y os odio; 369 IV, I| Rodolfo exterminó a Lotario Bieu. Repetidme otra vez, conde, 370 III, IV| ti apacible y limpia como blanca azucena, a mí sombrío y 371 I, III| SILVA. (Barba y cabellos blancos, traje negro.) -Criados 372 III, VI| doncellas. El tercero es D. Blas, que por su voluntad se 373 III, IV| él llena!~ ~ HERNANI.- He blasfemado de ti. En tu lugar yo, doña 374 I, III| hubiera abofeteado sus blasones con la vaina de su espada. 375 III, VI| moros en campaña? Me llamaré Boabdil o Mahoma y no CARLOS de 376 V, VI| Se lleva el pomo a la boca; DONA SOL le vuelve a detener.~ ~ 377 I, II| tal tesoro de ternura y de bondad, que seguramente será suficiente 378 II, IV| nacer esta preciosa flor al borde de mi abismo! No te lo digo 379 III, V| señores; he visto a Sforza, a Borgia y a Lutero, pero nunca vi 380 Per | actuales momentos de lucha y de borrasca literaria, no sabemos si 381 IV, IV| felonía que merece que se borren tus títulos del blasón. 382 V, III| Vuelvo a empezar la vida, borro mi ayer, y todo lo olvido; 383 I, II| no cabalgaba por ningún bosque.~ ~ HERNANI.- El que se 384 Per | poner, como el arquitecto de Bourges, una puerta casi morisca 385 IV | suspendida de la clave de la bóveda, alumbra esta inscripción: 386 IV, II| bajando de las nubes donde brama el trueno, les sirve el 387 Per | de este modo, y dentro de breve tiempo la libertad literaria 388 V, III| existió un Hernani, cuyos ojos brillaban como un puñal, un proscripto 389 II, I| Dios! Que esas luces que brillan en la oscuridad me parecen 390 III, I| Al verte tan pura, tan brillante y tan hermosa, sonrío de 391 V, III| mientras hablabas, el trémulo brillo de la luna y el timbre de 392 I, III| CARLOS.- El águila que va a brotar de mi cimera puede también 393 I, I| escoba en que cabalga esta bruja?) (Introduciéndose con dificultad.) ¡ 394 III, I| El mundo ve siempre con buenos ojos que cuando un hombre 395 V, I| SANCHO.- Eso será alguna bufonada.~ ~ MATÍAS.- Mañana lo sabremos.~ ~ 396 II, I| robar la paloma y matar al buitre.~ ~ D. CARLOS.- Excelente 397 I, III| preciso burlar las leyes. La Bula de Oro prohíbe que sea elegido 398 I, III| de Alemania.~ ~ RUY.- ¡Os burláis!~ ~D. CARLOS, desembozándose 399 V, V| familias castellanas se burlan de los juramentos... ¡Adiós!~ ~ 400 III, VI| D. CARLOS.- ¡Os estáis burlando!~ ~ RUY.- Éste es D. Vázquez, 401 I, III| conseguirlo era preciso burlar las leyes. La Bula de Oro 402 V, V| Mañana! ¡Mañana! ¡Te burlas de mí! ¿Y qué haría yo esta 403 V, I| ataúd?~ ~ SANCHO.- No os burléis de él, marqués; el duque 404 I, II| himeneo! Tanto mejor. Le buscaba y él se me aparece en mi 405 III, VI| no encontraréis lo que buscáis.~ ~ D. CARLOS.- ¡Son inútiles 406 V, III| y yo se lo he jurado!) (Buscando en el cinto espada o puñal, 407 IV, I| nombran emperador, corre a buscarla...; quizá me corresponda 408 III, VI| padre reunió, para ir a buscarle, seiscientos hombres de 409 I, II| padre. Por todas partes busco al rey de ambas Castillas, 410 I, I| covacha de la escoba en que cabalga esta bruja?) (Introduciéndose 411 I, II| hacía? Me parece que no cabalgaba por ningún bosque.~ ~ HERNANI.- 412 IV, I| cañones y picas, peones y caballos, prepara el camino a la 413 III, I| todas mis ruinas, por su cabaña nueva y su frente juvenil. 414 V, VI| arrancaréis a un tigre sus cachorros, que a la mujer amante el 415 III, III| porque estoy atado ya por una cadena que no puedo romper.~ ~ 416 IV, IV| perdono. (Los conjurados caen de rodillas.)~ ~ LOS CONJURADOS.- ¡ 417 II, II| emperatriz.~ ~ SOL.- No caeré en esas redes. Además, prefiero 418 V, III| vida, escucha: en aquella cajita que en días menos felices 419 I, I| los ojos y con el sombrero calado.~ ~ Buenas noches, caballero.~ ~ 420 III, VI| maestre de Santiago y de Calatrava: tomó trescientas banderas, 421 V, IV| yergue bruscamente.~ ~ Pero calla... No oigo la bocina... 422 IV, III| lejano. Todos se paran y callan. La puerta del sepulcro 423 III, III| y me entregue.~ ~ RUY.- ¡Callaos! Os pueden tomar la palabra.~ ~ 424 IV, IV| indecible tormento; debo callar y padecer en secreto.)~ ~ 425 III, II| Vacilando.)~ ~ RUY.- Puedes callártelo si quieres; yo doy hospitalidad 426 III, III| Soy Hernani!~ ~ SOL.- ¡Cállate por Dios! (Bajo a HERNANI.)~ ~ 427 I, II| un secreto fatal que me callo para revelárselo un día 428 V, III| Te ruego de rodillas que calmes mi inquietud; ¿qué secreto 429 Per | hombres en quienes se ceba la calumnia, la injuria y el odio; a 430 IV, III| otros y se dan las manos, cambiando algunas palabras en voz 431 Per | Había realmente peligro en cambiar bruscamente de auditorio, 432 II, III| La venganza es coja y camina lentamente, pero al fin 433 II, IV| Óyense tañidos de campanas desde lejos.~ ~ SOL. (Levantándose 434 II, IV| nuestra boda.~ ~Arrecia el campaneo. Se oyen murmullos confusos; 435 V, III| un pájaro que cante en el campo, ni de un ruiseñor perdido 436 IV, I| D. CARLOS.- Conque tres cañonazos, ¿eh?~ ~ RICARDO.- Sí, señor; 437 IV, I| cuando un buen ejército con cañones y picas, peones y caballos, 438 III, I| un pastor joven, mientras canta por el verde prado, y yo 439 V, III| despierta mil voces que cantan en el corazón. Oír lo que 440 V, III| nocturna, tierna y cariñosa, cantara de repente?~ ~ HERNANI.- 441 V, III| pero no de un pájaro que cante en el campo, ni de un ruiseñor 442 III, III| de oro! Tan enorme es la cantidad, que no respondo de todos 443 V, III| celeste! Tu palabra es un canto sobrehumano.~ ~ SOL.- Este 444 V, III| huías de la luz y de los cantos.~ ~ SOL.- Huía del baile, 445 II, I| sombreros gachos y embozados en capas largas, que dejan ver por 446 I, IV| corazón no era bastante capaz para abrigaros a ella y 447 IV | gruesos pilares bajos, arcos, capiteles con relieves de pájaros 448 IV, I| Limburgo, que es el custodio capitular que me la ha confiado, y 449 Per | sinnúmero de abusos que caracterizan a esa especie de inquisición 450 IV, II| revestidos de tisú de oro, cardenales envueltos en mantos de escarlata. 451 IV, IV| ser duque de Segorbe y de Cardona, marqués de Monroy, conde 452 V | disfrazados, que llevan las caretas en la mano, hablan y ríen 453 Per | parecerían minuciosos, quizá no carezcan de interés ni de enseñanza. 454 I, II| aterras!~ ~ HERNANI.- Voy cargado con el peso de un anatema, 455 II, I| un valiente, y no quiero cargar con el peso de la muerte 456 Per | libertad del teatro. A nuestro cargo y riesgo, y por el afecto 457 V, III| una voz nocturna, tierna y cariñosa, cantara de repente?~ ~ 458 V, III| Mientras todo duerme, vela cariñosamente la naturaleza por nosotros, 459 I, I| está cosiendo una cortina carmesí, escucha. Dan un segundo 460 IV | alumbra esta inscripción: CAROLUS MAGNUS. -Es de noche. -No 461 Per | lo que decía Virgilio de Cartago:~ ~ Pendent opera interrupta, 462 V, I| Bellalcázar; D. GARCI-MÁRQUEZ DE CARVAJAL, conde de Peñalver.~ ~ GARCI.- ¡ 463 III, III| HERNANI.)~ ~ HERNANI.- Aquí se casan; yo también quiero casarme, 464 III, IV| él te merece más. ¿Cómo casar tu pura frente con mi cabeza 465 III, III| casan; yo también quiero casarme, mi esposa también me espera. ( 466 I, III| será mi esposa. La creo casta y pura, pero veo que no 467 V, V| primogénitos de las familias castellanas se burlan de los juramentos... ¡ 468 I, III| tendrán que contentar con un castellano altivo, porque, creedme, 469 III, V| su propia tumba. Moros y castellanos, ¿quién es este hombre?~ ~ 470 III, V| yo soy la única culpable; castigadme a mí sola.~ ~ HERNANI.- 471 IV, IV| Yo soy aquí el único castigado.~ ~ D. CARLOS. (A D. RUY.)- 472 III, IV| por mi culpa! ¿Quién me castigará, ya que tú siempre me perdonas? 473 II, IV| desafiado cara a cara, va a castigarme porque le perdoné. Huyó 474 IV, I| contraría, conde; si por casualidad me nombran emperador, corre 475 IV, I| prosperar el aire de las catacumbas; bueno es aguzar los estiletes 476 I, II| que buscar asilo seguro, y Cataluña me acogió como una madre. 477 Per | puerta casi morisca en su catedral gótica.~ ~ Hasta entonces 478 I, I| azabache a lo Isabel la Católica. D. CARLOS. (Llaman, dando 479 III, VI| la refriega se salvó el caudillo: se salvó huyendo. Tú eres 480 III, I| juventud de los demás nos causan miedo y parece que nos amenazan; 481 III, IV| me ultrajas.~ ~ HERNANI. (Cayendo a sus pies.)- Permíteme 482 I, II| una espada y un cuerno de caza.~ ~ SOL.- ¡Hernani! (Corriendo 483 Per | los hombres en quienes se ceba la calumnia, la injuria 484 IV, III| Eres pobre, y por que me cedas ese sitio, te daré feudos, 485 IV, III| RUY. (Aparte a HERNANI.)- Cédeme tu sitio.~ ~ HERNANI.- No; 486 IV, III| que poseo.~ ~ HERNANI.- No cedo el puesto de honor.~ ~ GOTHA.- 487 I, III| SOL a HERNANI. El rey los cela.~ ~ SOL.- Mañana a medianoche 488 V, VI| hemos acostado: aquí se celebra nuestra noche de bodas. 489 Per | Invideo, decía Lutero en el cementerio de Worms, invideo quia quiescunt.~ ~ 490 IV, IV| mantos reales y las coronas ceñidas y con numeroso séquito de 491 I, III| vería el veterano del trono ceñir su corona a su ilustre nieto. ¡ 492 IV, V| Francisco I. Puñales enemigos centelleaban contra mí en la oscuridad; 493 III, IV| después menea la cabeza y le centellean los ojos.~ ~ HERNANI.- Os 494 IV, IV| y el marqués de Almuñán cercan a los conjurados y los desarman.~ ~ 495 III, I| no estás vestida para la ceremonia? Apresúrate a engalanarte 496 IV, IV| el emperador y le saludan ceremoniosamente; éste les devuelve el saludo, 497 I, I| Oigo sus pasos. Señor, cerrad pronto ese armario.~ ~ D. 498 V, III| herida antigua, que creí cerrada y que vuelve a abrirse. ( 499 III, V| Pregunta el rey por qué está cerrado el castillo y manda abrir 500 V, III| sus llamas, y el volcán cerrará el cráter y volverá a cubrir 501 IV, III| brazo no darla un golpe tan certero y tan firme.~ ~ RUY.- Si 502 I, II| Llaman a la puerta!~ ~Cesa el combate. Sale DOÑA JOSEFA 503 II, III| que os haré perseguir sin cesar. Os proscribiré del reino.~ ~ 504 IV, IV| derechos. Dios, que da los cetros y que concede el imperio 505 I, II| ahogaba muy bien, y además, me chafaba toda la ropa..., por eso 506 II, III| bandido.~ ~ HERNANI.- ¡Os chanceáis! No soy rey; pero cuando 507 III, VI| incendio apagado queda una chispa encendida, de los rebeldes 508 I, III| aislado mirándole con ojos chispeantes.~ ~ RUY.- ¿Por qué tardar 509 I, II| Partiremos mañana. No debe chocarte mi extraña audacia. No 510 II, IV| antorchas.~ ~Se oyen gritos y choques de espadas.~ ~ SOL.- Ésa 511 V, I| SANCHO - Será algún chusco de mal género.~ ~ GARCI.- 512 III, IV| impulsan, soy el agente ciego y sordo de los misterios 513 | ciertas 514 | cierto 515 I, III| águila que va a brotar de mi cimera puede también desplegar 516 III, II| terciopelo un cofrecito cincelado, que dejan sobre una mesa. 517 IV, IV| a recibir la corona, os ciñe la espada y os hace poderoso.~ ~ 518 III, V| arsenal una fuerte armadura, ciñéndoos a los sesenta años un arnés 519 IV | portezuela de bronce, baja y cintrada. Una sola lámpara, suspendida 520 IV, III| que está en el centro del círculo.~ ~ DUQUE DE GOTHA.- (Levantándose.) - 521 III, VI| Movimiento de estupor en los circunstantes. Desconcertado el rey, se 522 IV, III| todos los demás encienden cirios. Después se sientan en el 523 II, I| RICARDO.- La hora de la cita está próxima.~ ~Se ilumina 524 IV, I| todos, conde. No me has citado más que siete, y son más, 525 IV, I| Quién más?~ ~ RICARDO.- Citan también al reverendo Vázquez, 526 Per | Perdónesele al autor del drama citarse a sí mismo; como sus palabras 527 II, IV| los gritos.~ ~ SOL.- Esos clamores me aterran. (Reteniendo 528 I, III| tomaban a la mujer a la luz clara del día, tomábanla sin tacha, 529 IV, I| Debí, para brillar con más claridad mi fortuna, fortificar la 530 V, VI| encuentro mejor. Hacia nuevas claridades vamos en seguida a abrir 531 I, II| turno. Señor mío, hablemos claro. Vos amáis a doña Sol y 532 Per | actual. Los ultras de todas clases, ya sean clásicos o ya monárquicos, 533 Per | de todas clases, ya sean clásicos o ya monárquicos, en vano 534 II, III| imprudencia, eso fue una cobardía.~ ~ D. CARLOS. (Con desdén.)- 535 III, IV| sean falsas, el oro sea cobre, vidrio y plomo los diamantes, 536 I, II| pero altivos y libres, y cobré tal crédito entre ellos, 537 II, IV| tesoro de hermosura que codicia un rey, para que me sigas 538 I, III| pingüe, no es extraño que la codicie. Decía al rey Luis el emperador 539 III, IV| cofrecillo.~ ~ SOL. (Registra el cofre y saca de él un puñal.)- 540 III, II| almohadón de terciopelo un cofrecito cincelado, que dejan sobre 541 III, VI| que cuando se corte puede cogerse por los cabellos, lo que 542 III, II| corona ducal, brazaletes, collares y perlas y brillantes amontonados. 543 V, I| perdonar al rebelde Hernani, le colma de títulos y le une en matrimonio 544 II, IV| DOÑA SOL se sienta y él se coloca a sus pies.~ ~ La luz de 545 III | Entre los retratos hay colocadas grandes panoplias de varios 546 III, VI| hombrearos con el rey, el rey se colocará en su sitio y sentiréis 547 I, II| Temerariamente ha venido a colocarse entre nosotros. ¿Quién te 548 I, II| medianoche. Ven con tu gente y colócate debajo de mi ventana; da 549 V, I| mujeres y los trajes de colores, un espectro con dominó 550 V, III| puse en pie sus derribadas columnas, volví a encender el hogar, 551 I, II| suya. Nuestros padres han combatido durante treinta años sin 552 III, VI| piedra menease la cabeza. Combatió por el conde y consiguió 553 I, III| Pero a estos felones, que cometen sus fechorías durante la 554 V, V| razón?~ ~ MÁSCARA.- Vas a cometer un perjurio y un sacrilegio.~ ~ 555 II, IV| que te siga.~ ~ HERNANI.- Cometería un crimen arrancando la 556 IV, IV| GÓMEZ.)- Primo Silva, has cometido una felonía que merece que 557 I, II| historia? ¿Creéis que se está cómodamente en este escondrijo?~ ~HERNANI 558 V, VI| No sois perverso y debéis compadeceros; tocarle a él es matarme 559 V, VI| doña Sol. Mucho tiempo, compadecida de vuestros sesenta años 560 I, III| la mano a D. CARLOS.) ¡Os compadezco, señor!~ ~ D. CARLOS.- El 561 IV, IV| emperador, como el águila su compañera, en el sitio del corazón 562 I, II| de vivir entre mis rudos compañeros, que están proscriptos como 563 II, I| guardarme las espaldas. Compartamos estos amoríos; la dama para 564 II, II| la sociedad y de la ley, compartiendo su destierro y su persecución, 565 II, IV| aceptar mi desgracia y a compartir mi vida y mi muerte; noble 566 II, II| D. CARLOS.- Pues bien, compartiréis el trono conmigo; seréis 567 IV, I| confiado, y que se esfuerza por complaceros.~ ~ D. CARLOS. (Despidiéndole.)- 568 III, IV| infame. ¿Con qué habéis comprado todo esto? ¿Con un poco 569 IV, I| hablado de algunos bandidos, comprados por Tréveris y por la Francia. 570 V, VI| desgarra el corazón.)~ ~ SOL.- Comprended que tengo muchas cosas que 571 III, IV| Creerme tan olvidadiza! ¡No comprender que ningún otro hombre puede 572 Per | hombres pensadores lo van comprendiendo de este modo, y dentro de 573 I, III| a tu palacio, no es para comunicárselo a tus servidores.~ ~ RUY.- 574 III, VII| venganza, y os suplico que me concedáis esta gracia. Persigamos 575 III, VII| puñal, como queráis, pero concededme por última gracia que la 576 I, III| acercándose a HERNANI.)- Os concedí el honor de cruzar vuestra 577 II, II| sitio que merece, si Dios concediera las jerarquías midiéndolas 578 Per | el público; y bajo este concepto, una parte de los pronósticos 579 Per | de publicarlo tal como lo concibió el autor, indicando y discutiendo 580 Per | mérito, sino por ser de conciencia y de libertad, fue generosamente 581 Per | libertad como debe ser, conciliándola con el orden en el Estado 582 IV, I| libertinos, y forman un ridículo concilio de enanos que yo podría 583 IV, II| entra en la Dieta, en el Conclave, y todos ven surgir de repente 584 Per | interrumpir su trabajo antes de concluirle, sin peligro para su memoria; 585 III, VI| Silvas.~ ~ D. CARLOS.- En conclusión, duque, me has prometido 586 V, VI| has querido.~ ~ HERNANI.- ¡Condenarse a espantosa muerte!~ ~ SOL.- ¡ 587 III, I| a primera vista; no debí condenarte sin haberte oído; pero las 588 IV, IV| proscripto de un padre que condenó a muerte una sentencia del 589 IV, IV| Carlos V.~ ~ D. CARLOS.- Condestable de España, almirante de 590 I, III| mano para salir. (El rey la conduce hasta la puerta.)~ ~ HERNANI.- ( 591 III, I| RUY.- Pues yo sí; quiero confesar mi error. Nunca debí sospechar 592 III, I| marido. ¿Me has perdonado ya? Confieso que no tuve razón para ruborizarte 593 I, II| llama?~ ~ JOSEFA.- ¡Qué conflicto, Dios mío! ¡Es el duque!~ ~ 594 II, IV| campaneo. Se oyen murmullos confusos; se ven antorchas en las 595 Per | y la apreciación de su conjunto es la que ha de dar algún 596 IV, II| Senado doble y sacro que conmueve la tierra, les sirven de 597 I, II| como yo y que el verdugo ya conoce; hombres de corazón y de 598 V, VI| objeto de su cariño. No conocéis aún a doña Sol. Mucho tiempo, 599 II, III| conocíais mi jerarquía; hoy nos conocemos ambos.~ ~ HERNANI.- No importa; 600 I, II| también amo a doña Sol y deseo conocer al que he visto muchas veces 601 III, II| hombre?~ ~ RUY.- ¿No le conoces? Peor para ti, porque has 602 II, III| quién erais y porque vos no conocíais mi jerarquía; hoy nos conocemos 603 IV, I| demora, señor.~ ~ D. CARLOS.- Conque tres cañonazos, ¿eh?~ ~ 604 II, I| reservan para los países conquistados, de los que se les nombra 605 III, V| culpable; merece que le consagréis vuestro cariño, y yo merezco 606 Per | lo que hacen sus hijos es consecuencia de lo que ellos hicieron 607 IV, III| imperio.~ ~ CONJURADO .- Conseguirá la tumba.~ ~ GOTHA. (Tirando 608 IV, II| dice: «¡Lo obtendrás!» ¿Lo conseguiré?... Si lo consiguiera... ¡ 609 I, III| D. CARLOS.- Pero para conseguirlo era preciso burlar las leyes. 610 III, V| la hospitalidad es mala consejera!...~ ~ HERNANI.- Señor duque...~ ~ 611 I, III| hacían traición a nadie y conservaban el honor de su prosapia. 612 II, III| CARLOS. (Con altivez.)- No consiento que me preguntéis.~ ~ HERNANI.- 613 Per | nueva poesía; pero sí que consigna el principio de que la libertad 614 | consigo 615 IV, III| coronarán.~ ~ CONJURADO .- Si consigue el sacro imperio, será tan 616 II, II| que se verían halagadas consiguiendo vuestro cariño. Poseéis 617 IV, II| Lo conseguiré?... Si lo consiguiera... ¡Pero ascender a esa 618 I, III| con otras islas.~ ~ RUY.- Consolaos, señor; en el imperio de 619 IV, V| un mundo me amenazaba y conspiraba contra mí; tenía que castigar 620 IV, I| primero no tiene edad aún para conspirar, y el otro no la tiene ya; 621 Per | como en política, y que constituyen esa noble generación que 622 III, VI| Silvius, que fue tres veces cónsul de Roma. El segundo es Galcerán 623 III, IV| debo vivir solo. Huye de mi contagio. Que no sea para ti el amor 624 I, I| CARLOS.- Si me descubrís, contaos con los difuntos. (Cierra 625 V, I| si se divierte así, él contará y nosotros bailaremos.~ ~ 626 III, IV| Resistí cuanto pude.~ ~Se contemplan extasiados; D. RUY, que 627 IV, II| mirando tras de los vidrios y contemplando lo que pasa dentro, levantándose 628 V, III| conmigo a respirar un poco y a contemplar esta noche hermosa.~ ~Lo 629 IV, II| que, incorporándome, te contemple en tu marmóreo lecho. Aunque 630 III, VI| diga a los venideros que le contemplen: «El último Silva, hijo 631 IV, II| puedes, sepulcro sombrío, contenerle sin estallar? ¿Estás bien 632 I, III| CARLOS.- Se tendrán que contentar con un castellano altivo, 633 I, I| Estoy bien informado? Contesta.~ ~ JOSEFA.- Me acabáis 634 I, I| CARLOS.- Sólo quiero que me contestes sí o no a lo que te pregunte. ¿ 635 V, I| a D. SANCHO.)- No arméis contienda ahora. Me recita un soneto 636 III, IV| puñal.)- No has visto lo que contiene en el fondo. Este puñal, 637 III, VI| D. Ruy Gómez, os admiro; continuad.~ ~ RUY.- Éste es Ruy Gómez 638 IV, I| D. CARLOS.- Doña Sol me contraría, conde; si por casualidad 639 IV, V| al Santo Padre; eran mis contrarios Venecia, Solimán, Lutero 640 IV, I| libertino! Ésos son mis contrincantes. Al rey de Bohemia lo tengo 641 III, VI| D. Jaime el Tuerto, que contuvo él solo un día a Zamit y 642 III, VII| Tendiéndole la mano.)- Estamos convenidos.~ ~Los dos se estrechan 643 IV, V| que al ser emperador me convertí en otro hombre; ¿puedo emparejar 644 III, VI| hombre que se os acerca le convertís en ángel o en demonio; vuestros 645 III, VI| desdenes y vuestros enojos me convirtieron en tigre. Sin embargo, no 646 V, IV| Queda sumido en profunda y convulsiva abstracción; después se 647 II, IV| felices! Bebamos, ya que la copa está llena. Esta hora nos 648 IV, I| se reúne la Liga y voy a copar juntos a todos sus miembros. 649 I, II| Aragón, de paño pardo, con coraza de cuero. Lleva en el cinto 650 Per | decir, todo lo escrito por Corneille y por Molière, que son grandes 651 II, I| no he visto nunca testa coronada tan altiva.~ ~ SANCHO.- 652 III | preciosas molduras, que coronan emblemas y escudos ducales. - 653 IV, III| Hiriéndole en la cabeza no le coronarán.~ ~ CONJURADO .- Si consigue 654 IV, IV| con mantos reales y las coronas ceñidas y con numeroso séquito 655 IV, I| Otros de los subterráneos corren por este lado hasta el monasterio 656 IV, I| a buscarla...; quizá me corresponda si ve que soy César.~ ~ 657 I, III| RUY.- A vos solo os corresponde.~ ~ D. CARLOS.- Lo .~ ~ 658 II, II| conmigo; nada escucho. Si me correspondes, te doy a elegir cuatro 659 IV, II| César; todo marcha y el azar corrige el azar. De esto nace el 660 IV, II| el uno desata y el otro corta; uno representa la verdad 661 IV, I| filo de una espada, para cortar cualquier dificultad a gusto 662 I, III| construido; dame unas tijeras y cortemosGracias, Santísimo Padre, 663 Per | Cujas, y a la literatura cortesana debe suceder la literatura 664 I, I| dueña, que está cosiendo una cortina carmesí, escucha. Dan un 665 I, III| Seguidme! No es esto cosa de risa; tengo en mi casa 666 I, III| ayuda la fortuna, he de coser más de uno al sacro imperio, 667 IV, I| para ensanchar el patíbulo coseré si es preciso mi púrpura 668 I, I| derecha. La dueña, que está cosiendo una cortina carmesí, escucha. 669 Per | deben morir con las antiguas costumbres de Cujas, y a la literatura 670 I, I| escondrijo.) - (¿Será esto la covacha de la escoba en que cabalga 671 V, III| y el volcán cerrará el cráter y volverá a cubrir su falda 672 IV, III| CONJURADO .~ ~ Que el elegido crea en Dios, hiera como un romano 673 IV, II| ahí, gigante de un mundo creador, y puedes extender en tu 674 III, VI| RUY.- Prefiero, señor, ver crecer el cáñamo en el solar de 675 I, II| me acogió como una madre. Crecí entre sus montañeses, pobres, 676 V, III| ventanas, arrasé la yerba que crecía en las losas del patio y 677 I, III| castellano altivo, porque, creedme, duque, cuando la voz habla 678 III, I| sabe!~ ~ RUY.- Sin embargo, créeme; los caballeros jóvenes 679 I, III| RUY.- Pues falsas noticias creen que está aquí.~ ~ D. CARLOS.- 680 Per | transcribir. No por eso abriga la creencia de que esta obra pertenezca 681 II, III| librará de alguna puñalada; creerán que sois Hernani.~ ~ D. 682 III, IV| Absorbida y sin oírle.)- ¡Creerme tan olvidadiza! ¡No comprender 683 III, VI| las puertas del castillo? Creía que estaba más enmohecida 684 I, III| ilustre abuelo, los hubiera creído viles, los hubiera hecho 685 III, IV| suprema sabiduría, no te creó para mí. No tengo derecho 686 II, III| que, llenos de sangre y de crímenes, podréis pasar por generosos, 687 III, I| no es como un juguete de cristal, que brilla y tiembla; es 688 II, I| la dama al través de los cristales! Voy a hacer la señal que 689 V, VI| el corazón de la esposa cristiana, tú no sabes amar como ama 690 I, III| No posee a la Francia cristianísima? Como la herencia es pingüe, 691 Per | escena. Estos pormenores de crítica, que hoy parecerían minuciosos, 692 Per | de esta obra: acepta las críticas severas y las benévolas, 693 II, III| D. CARLOS.- Ayer la crucé con vos porque ignoraba 694 III, IV| debes envidiar mi destino cruel; enlázate con el duque, 695 V, VI| instante, D. Juan. ¡Sois muy crueles los dos! No os pido más 696 IV, III| juramos?~ ~ RUY.- Por esta cruz.~ ~Tomando la espada por 697 I, II| os importa. Defendeos.~ ~Cruzan las espadas; DOÑA SOL cae 698 III, VI| Ramiro.~ ~ D. CARLOS. (Cruzando los brazos y mirándole de 699 II, III| habéis olvidado que anoche se cruzaron nuestras espadas.~ ~ D. 700 III, V| D. RUY se dirige a un cuadro, que es su propio retrato, 701 V, III| siempre conmigo...~ ~ SOL.- cuál es...; ¿qué quieres que 702 | Cuántos 703 II, II| escena con la lámpara y cubierta con un manto.~ ~ ¿Hernani?~ ~ 704 IV, IV| imitan.) Si nuestras cabezas cubiertas tienen derecho a la cuchilla, 705 I, II| que yacen en la oscuridad cubiertos con el paño negro del patíbulo, 706 V, III| corazón. ¿Deseas que se cubra de flores? Pues forzoso 707 IV, IV| somos grandes de España, cubrámonos. (Se cubre, se dirige a 708 IV, IV| España, cubrámonos. (Se cubre, se dirige a los nobles 709 V, III| cerrará el cráter y volverá a cubrir su falda de verde musgo 710 IV, I| pone el sombrero.~ ~ ¿Os cubrís?~ ~ RICARDO.- Señor, me 711 IV, IV| cubiertas tienen derecho a la cuchilla, nobles de título y de raza, 712 IV, IV| libre.)- Pretendo que se me cuente entre los nobles. (A D. 713 III, V| En los largos años que cuento de existencia he visto asesinos, 714 I, II| un puñal, una espada y un cuerno de caza.~ ~ SOL.- ¡Hernani! ( 715 I, II| paño pardo, con coraza de cuero. Lleva en el cinto un puñal, 716 Per | ha resuelto la principal cuestión, y no hay por qué detenerse 717 Per | hay por qué detenerse en cuestiones secundarias. Volveremos 718 V, I| pensativo.~ ~ RICARDO.- Buen cuidado me daría a mí Lutero. Acabaría 719 Per | las antiguas costumbres de Cujas, y a la literatura cortesana 720 III, VI| vuestro amo y señor! A las cumbres más altas de los montes, 721 IV, IV| Cámara dorada, vienen a cumplimentar a la sacra majestad.~ ~ 722 V, VI| HERNANI.- ¡Ah!~ ~ RUY.- Se cumplió la fatalidad.~ ~ HERNANI. -¡ 723 V, VI| Empeñé mi palabra y debo cumplirla.~ ~ RUY.- ¡Vamos!~ ~HERNANI 724 V, V| antepasados. ¿Estás dispuesto a cumplirlo?~ ~ HERNANI.- (¡Gran Dios!)~ ~ 725 III, II| del Pilar.~ ~ RUY.- Deben cumplirse los votos hechos a los santos. 726 III, IV| los labios de una mujer curan profundas heridas.~ ~ SOL. ( 727 IV, I| conde de Limburgo, que es el custodio capitular que me la ha confiado, 728 Per | primera vista este drama, cuya verdadera clave es el Romancero 729 III, I| llama doña Sol de Silva, por cuyas venas corre pura sangre 730 Per | RUY GÓMEZ DE SILVA.~ ~ ~ ~ SOL DE SILVA.~ ~ ~ ~EL REY 731 II, I| Si viene a estorbarme dadle de estocadas, que mientras 732 V, I| todas partes, juegan con dados falsos y hacen ganar el 733 Per | público y dirigirse a él, dándole las gracias desde lo más 734 V, I| Entran HERNANI y DOÑA SOL, dándose la mano; ella viste magnífico 735 I, III| jaurías y de festines, de las danzas y de todos los placeres 736 IV, III| GOTHA.- Anciano, tu brazo no darla un golpe tan certero y tan 737 III, IV| terrible es el que me empuja, y darme la felicidad es el único 738 Per | inteligencias, cada paso que la literatura, irán arruinando 739 II, II| de las Indias.~ ~ SOL. (Debatiéndose.)- ¡Señor, tened piedad 740 I, II| SOL.- Porque Hernani debía estar ya aquí. (Óyense pasos 741 IV, II| bóvedas solitarias sólo debían repetir palabras austeras, 742 V, VI| D. Juan!~ ~ HERNANI.- He debido ocultártelo. Prometí morir 743 V, VI| Perdón, señor; soy una débil mujer, y cuando quiero ser 744 IV, IV| Luego sois hijo de padre que decapitó el mío!... Pues este título 745 V, III| te hablaba?~ ~ SOL.- Me decías...~ ~ HERNANI.- No, no te 746 I, III| D. CARLOS.- Roma se decide por mí.~ ~ RUY.- Era valiente 747 I, II| verás si soy brava y decidida.~ ~ HERNANI.- ¡Pero tú no 748 III, V| vuestro prisionero y estoy decidido a morir.~ ~Entra en el escondrijo, 749 V, V| MÁSCARA.- Acudo a tu palacio a decirte que ha llegado ya la hora, 750 II, I| tan altiva.~ ~ SANCHO.- Decís que se llama...~ ~ D. CARLOS.- 751 II, IV| la muerte se me aproxima, declaro que, aunque proscripto y 752 III | familia de SILVA; salón, cuyo decorado lo forman dichos retratos, 753 II, III| reino.~ ~ HERNANI.- Ya está decretada mi proscripción; por fortuna 754 II, II| SOL.- Rey D. CARLOS, dedicad vuestros amoríos a las mujerzuelas 755 V, IV| mi felicidad! He aquí el dedo fatal que brilla en la pared 756 III, IV| remordimiento les hice pelear por defender mis derechos y los llevé 757 V, VI| me convierte en heroína y defenderé a D. Juan contra vos y contra 758 I, II| tenéis que reclamar más defensa que la mía. (A D. CARLOS.) ¿ 759 Per | el público. Nosotros, por deferencia a dicho público, que con 760 II, III| pero no esperéis que me defienda.~ ~ HERNANI.- Pronto habéis 761 V, VI| todo el mundo.~ ~ RUY.- Defiéndele, si puedes, contra un juramento 762 III, V| vuestro. Soy culpable y no me defiendo, porque que merezco vuestra 763 Per | romanticismo, que se ha definido mal muchas veces, mirándolo 764 I, III| de rodillas, y por haber degradado la nobleza, hubiera abofeteado 765 III, V| cariño, y yo merezco que me deis una puñalada.~ ~ SOL.- Yo 766 IV, IV| Honor a Carlomagno! Dejadnos solos a los dos. (Vanse 767 II, III| CARLOS.- (¿Por qué habrán dejado pasar mis amigos a este 768 I, III| en seguida.~ ~ RUY.- ¿Nos dejáis, señor, sin purgar antes 769 III, I| día! Dentro de una hora dejarás de ser mi sobrina para ser 770 I, III| después... ya veremos si le dejaré roer los alones.~ ~ RUY.- 771 II, I| traidor, ¿cómo es que lo dejasteis partir?~ ~ D. CARLOS.- No 772 I, III| de la gavilla de que se deje exterminar?~ ~ D. CARLOS.- ¿ 773 V, III| ruborizada y pura, y que nos dejen solos a los dos, y nada 774 V, V| seguida.)- Te suplico que me dejes vivir hasta mañana. Si tienes 775 IV, II| sus manos, tal como él la dejó al morir! Un edificio con 776 III, I| retardan y los jóvenes van delante.~ ~ RUY.- No nos ocupemos 777 III, III| Basta con que uno solo me delate y me entregue.~ ~ RUY.- ¡ 778 IV, II| nada más algunas letras que deletreen los niños; y por alto que 779 IV, I| Reunido ya el Colegio, delibera en estos momentos.~ ~ D. 780 V, III| Oír lo que te digo sería delicioso.~ ~Óyese el sonido lejano 781 III, I| hermoso como tú. ¡Pero estoy delirando! Ya tengo un pie en el ataúd.»~ ~ 782 II, III| Verdaderamente es grave delito atreverse a la dama de un 783 III, I| peregrino a la puerta y os demanda hospitalidad.~ ~ RUY.- Quienquiera 784 IV, II| estrellarse en una tumba, es una demencia! Sin embargo, el imperio.... 785 III, VI| rey.~ ~ RUY.- Hasta que demolido mi castillo piedra a piedra 786 I, II| hombres parecidos a los demonios de tus sueños pavorosos; 787 II, II| vuestros propósitos, os demostraré que soy dama y que soy mujer.~ ~ 788 IV, III| pergaminos, que rollan y depositan uno tras otro en la urna 789 III, IV| recoja las lágrimas que derraman tus bellísimos ojos. Después 790 III, V| esto es infame, pero podéis derramar la sangre que por mis venas 791 V, III| Entré y puse en pie sus derribadas columnas, volví a encender 792 III, VI| castillo me estorba y lo haré derribar.~ ~ RUY.- ¿Para vengaros 793 III, VI| amenazas! Entrégame a Hernani o derribo tu cabeza y tu castillo.~ ~ 794 III, I| Que la partida ha sido derrotada. Dicen que el mismo rey 795 II, IV| HERNANI.- El rey, a quien he desafiado cara a cara, va a castigarme 796 II, III| el resto del mundo para desafiar vuestra cólera, y siempre 797 V, V| HERNANI.- Eres un hombre desalmado que me persigues hasta las 798 V, I| voy.~ ~Sigue su camino y desaparece por la escalera del fondo. 799 IV, IV| almirante de Castilla, desarmadlos.~ ~El duque de Alcalá y 800 V, III| que no lleva.) (¡Estoy desarmado!)~ ~ SOL.- ¿Pero qué es 801 IV, IV| cercan a los conjurados y los desarman.~ ~ RICARDO.- Augusto emperador...~ ~ 802 II, II| esclavo.~ ~DOÑA SOL pugna por desasirse.~ ~ SOL.- ¡Socorro!~ ~ D. 803 IV, II| sientan a la mesa, el uno desata y el otro corta; uno representa 804 II, III| la tumba.~ ~ D. CARLOS.- Desbarataré tus insolentes maquinaciones.~ ~ 805 V, VI| espectros, pero que me permitió descansar de tan ruda carrera acariciando 806 V, VI| sabes amar como ama una descendiente de los Sílva. Bebiendo la 807 V | el fondo una escalera que desciende hasta el jardín. -A la derecha 808 III, IV| destino insensato; sólo que desciendo más cada vez, sin detenerme 809 III, VI| estupor en los circunstantes. Desconcertado el rey, se aleja con cólera 810 III, VI| Sin embargo, no quedaréis descontenta de mí. (En voz alta.) Amado 811 IV, I| RICARDO.- Además está descontento Guzmán de Lara, porque desea 812 I, I| armario.~ ~ D. CARLOS.- Si me descubrís, contaos con los difuntos. ( 813 I, IV| representando a la mía..., ¡y ahora descubro que eres mi rival!... Estuve 814 II, II| pies; porque el hombre que desdeñas es el rey tu señor; es CARLOS 815 III, VI| ángel o en demonio; vuestros desdenes y vuestros enojos me convirtieron 816 IV, IV| del imperio; logró lo que deseaba. (Al emperador.)- El manto 817 I, III| honor de su prosapia. Si deseaban casarse, tomaban a la mujer 818 II, IV| esbirros y los alcaldes desembocan en la plaza en tropel. Alerta, 819 I, I| caballero.~ ~D. CARLOS se desemboza y se ve que lleva un rico 820 I, III| Os burláis!~ ~D. CARLOS, desembozándose y quitándose el sombrero.~ ~ 821 IV, III| perece sin matar, juremos desempeñar su papel sin excusa alguna, 822 Per | porque cada progreso, cada desenvolvimiento de las inteligencias, cada 823 III, VI| e ignoraba que tuviese deseos de relucir en tu mano cuando 824 V, VI| fatalidad.~ ~ HERNANI. -¡Me desespera verla sufrir tanto!~ ~ SOL.- 825 I, II| las espadas; DOÑA SOL cae desfallecida en un sillón. Al mismo tiempo 826 IV, II| En quién me apoyaré? ¡Si desfalleciera sintiendo estremecerse el 827 Per | muerte; y si nos es posible, desgarraremos la tenebrosa envoltura de 828 III, IV| No te satisficiste con desgarrarme el corazón, y quieres arrancármelo. ¡ 829 III, VI| Separándose de su tío.) (Desgraciada de mí! ¡Debo sacrificarme!) 830 V, VI| Está muerto!~ ~ SOL. (Desgreñada e incorporándose un poco.)- 831 I, III| arroja al suelo el sombrero.) Deshonrad mis canas, y podréis vanagloriaros 832 III, VI| jurando por su patrono no desistir de su empeño hasta que el 833 I, III| que un ladrón de honras se deslice en él. ¿Queréis algo más 834 II, IV| esposa del anciano; te desligo de tus juramentos..., déjame 835 IV, II| vestiduras, el universo deslumbrado contempla con terror esas 836 IV, II| ocupar ese sitio era aún más deslumbrador. El Papa y el emperador 837 IV, I| sólo hacen caso de razones deslumbradoras. ¡Un sajón herético! ¡Un 838 I, II| ilustre blasón, que hoy deslustra una mancha de sangre; acaso 839 I, II| Los dos con las espadas desnudas! ¡Se estaban batiendo!~ ~ 840 III, II| Peor para ti, porque has desperdiciado la ocasión de ganar la suma 841 III, VI| caballeros.) ¡Tratáis de despertar las rebeliones dormidas! ¡ 842 V, VI| nuestra noche de bodas. No le despertéis, que está cansado... (Vuelve 843 I, III| de incógnito.~ ~RUY GÓMEZ despide a sus criados haciendo una 844 IV, I| complaceros.~ ~ D. CARLOS. (Despidiéndole.)- Bien... Haz todo cuanto 845 V, II| del fondo.~ ~ HERNANI. (Despidiéndolos.)- Dios os guarde.~ ~ SANCHO. ( 846 I, III| mi cimera puede también desplegar las alas.~ ~ RUY.- ¿Vuestra 847 IV, V| Carlomagno? Ya has visto que supe despojarme de las miserias de rey, 848 V, I| es la habitación de los desposados?~ ~ GARCI.- Sí, y pronto 849 III, IV| ofrecerme el trono, que desprecié por ti, por ti, que ahora 850 II, IV| lado!~ ~ HERNANI.- ¡Estoy desterrado, estoy proscripto, soy un 851 III, VI| que por su voluntad se desterró del reino por haber aconsejado 852 I, II| hombre a quien el rey te destina, Ruy de Silva, tu tío, es 853 V, I| sido el emperador, hubiera destinado para él un lecho de piedra 854 III, IV| vertiginosa carrera, todo se destroza, todo se muere. ¡Ay del 855 Per | los veinte años, y que vea desvanecido un porvenir risueño; pero 856 V, III| lo ves?~ ~ SOL.- ¡Estáis desvariando! ¿Quién es ese anciano?~ ~ 857 Per | a tratar de este asunto detalladamente, y combatiremos entonces, 858 V, VI| HERNANI le detiene. HERNANI.- Deteneos, duque. (A DOÑA SOL.) ¿Quieres 859 III, IV| desciendo más cada vez, sin detenerme nunca. Si algunas veces, 860 Per | cuestión, y no hay por qué detenerse en cuestiones secundarias. 861 V, VI| y que extravía mi razón. Detente, D. Juan; ese veneno es 862 V, VI| apagar así la sed que me devora? Rujo de cólera. Él poseería 863 V, VI| dientes que lo roen y lo devoran. Lo enciende en fuego horrible. 864 V, III| alegría y el amor. Que se me devuelvan mis torres y castillos, 865 IV, IV| ceremoniosamente; éste les devuelve el saludo, quitándose el 866 V, VI| frente? Pues si no lo deseas, devuélveme ese veneno, por nuestro 867 V, I| sombra.~ ~ GARCI.- ¿Pero qué diablos nos importan a nosotros 868 III, IV| con el duque, con ese rey diabólico, con el infierno; todo eso 869 II, I| dos rayos, dos soles. Del diálogo que sostuvo con ella sólo 870 III, IV| cobre, vidrio y plomo los diamantes, quizá estas joyas sean 871 IV, II| ocupar esas alturas!... ¡Qué dichoso fue el que duerme en este 872 V, I| RICARDO.- ¿Qué estáis diciendo?~ ~ MATÍAS. (Bajo a D. SANCHO.)- 873 V, VI| corazón una hidra de mil dientes que lo roen y lo devoran. 874 V, I| el corazón de una mujer: dieron el asalto y ganó el bandido.~ ~ 875 IV, II| un día en que entra en la Dieta, en el Conclave, y todos 876 Per | público de los libros es muy diferente del de los espectáculos, 877 I, I| descubrís, contaos con los difuntos. (Cierra el armario.)~ ~ 878 V, III| permaneceré aquí hasta que tú me digas; reiré o contaré, lo que 879 III, I| por él, lo abrigue y se digne sufrir al inútil anciano, 880 Per | literaria, no sabemos si son más dignos de compasión los que mueren 881 III, IV| tranquiliza a un corazón que duda; dímelo por piedad, porque muchas 882 IV, V| mí; tenía que castigar a Dinamarca, tenía que pagar al Santo 883 III, IV| tantas tempestades, quién dirá que nuestra suerte sigue 884 III, VII| el último ruego.~ ~ RUY.- Dirígelo al Supremo Señor.~ ~ HERNANI.- 885 III, II| ella!)~ ~ RUY.- ¿Adónde te diriges, peregrino?~ ~ HERNANI.- 886 III, VII| Eso es lo que quieres? (Dirigiéndose a los retratos.) Ya veis 887 III, VII| HERNANI.- A vos he de dirigir el último ruego.~ ~ RUY.- 888 Per | reconocido al público y dirigirse a él, dándole las gracias 889 Per | concibió el autor, indicando y discutiendo las modificaciones que tuvo 890 III, I| entra por ella HERNANI, disfrazado de peregrino. El duque se 891 V | proscenio, un grupo de jóvenes disfrazados, que llevan las caretas 892 I, III| dos jóvenes insolentes y disolutos, que habéis empañado la 893 IV, I| eligen al duque de Sajonia dispararán un cañonazo; dos si eligen 894 I, III| en tu casa.~ ~ RUY.- Me dispensáis, señor, inmerecida honra. 895 III, II| venido; quédate en mi casa y dispón de todo. Para mí te llamas 896 I, III| duque...~ ~ RUY.- ¡Silencio! Disponéis de toda clase de armas, 897 II, IV| ofrecí aquello de lo que yo disponía, las montañas, los bosques, 898 IV, IV| en la oscuridad, pudiendo distinguir apenas a los conjurados, 899 III, VI| agitados por emociones distintas. Por fin, el duque levanta 900 V, I| Y en aprovecharos de sus distracciones.~ ~ MATÍAS.- ¿Y qué se ha 901 V, I| está muy animado; vamos a divertirnos.~ ~ SANCHO.- Eso es lo esencial.~ ~ 902 V, I| Mejor que mejor; si se divierte así, él contará y nosotros 903 Per | poesía ostente la misma divisa que la política: tolerancia 904 I, III| Sicilia, y si me elige, hijo dócil, le devolveré a Nápoles. 905 I, II| hacia él.)~ ~ HERNANI.- ¡Dolía Sol! ¡Por fin te veo y me 906 V, VI| filtro funesto, que causa dolores extraños y que extravía 907 V, VI| lleva el pomo a la boca; DONA SOL le vuelve a detener.~ ~ 908 IV, IV| en nombre de la Cámara dorada, vienen a cumplimentar a 909 III, VI| restos se guardan en Toro, en dorado féretro. Él fue quien libró 910 III, VI| despertar las rebeliones dormidas! ¡Vive Dios, señores duques, 911 V, VI| Muerto no...; es que dormimos..., es mi esposo. Nos amamos 912 I | Rey~ ~En Zaragoza~ ~Cuarto dormitorio. Es de noche. Hay una lámpara 913 Per | abnegación, que tratan de dotar a su patria de una libertad 914 Per | de los hechos, la censura dramática, que es ya ahora el único 915 Per | ha recibido este ensayo dramático, se lo presentamos hoy impreso 916 I, III| remendaría mis Estados con otros ducados y con otras islas.~ ~ RUY.- 917 III | coronan emblemas y escudos ducales. -En el fondo una puerta 918 I, II| cuando inocente y tranquila duermes por la noche y el sueño 919 V, III| oída desde lejos. La música dulcifica, hace que el alma sea armoniosa 920 II, II| entre las marquesas o las duquesas de vuestra corte, que se 921 IV, IV| estatuas hablabais demasiado. Ea, levantad las frentes abatidas, 922 II, III| Se quita la capa y se la echa en los hombros al rey.)~ ~ 923 V, I| que he visto que sus ojos echan llamas.~ ~ SANCHO.- Pues 924 I, II| D. CARLOS.~ ~ HERNANI. (Echando mano a la espada.)- ¿Quién 925 V, III| lentamente. El placer la asusta, echándole flores, y su sonrisa está 926 III, VI| Te empeñas algo tarde en echarla de mozo. ¿Tenemos acaso 927 IV, III| Yo.~ ~ CONJURADO .- Echemos suertes.~ ~Los CONJURADOS 928 II | las fachadas de algunos edificios hay luz en varias ventanas.~ ~ ~ ~ 929 IV, I| Conque tres cañonazos, ¿eh?~ ~ RICARDO.- Sí, señor; 930 IV, I| a todos sus miembros. El elector de Tréveris les ha ofrecido 931 IV, II| en la cúspide; dos jefes elegidos, a los que se someten todos 932 IV, III| CONJURADO .- No le elegirán.~ ~ TODOS.- No obtendrá 933 IV, II| Hacer ruido en el mundo, elevar muy alto el edificio imperial, 934 III, V| Duque de Silva, nunca se elevó hacia el cielo frente tan 935 V, V| Bien.~ ~ MÁSCARA.- ¿Qué eliges?~ ~ HERNANI.- El veneno.~ ~ 936 IV, I| Salamanca, las tres ciudades que eligieran de Castilla o de Flandes... 937 IV, III| con Carlos antes de que le elijan emperador.~ ~ HERNANI.- 938 V, III| Encontrarás en ella un pomo de elixir, que podrá terminar mi sufrimiento. 939 III, VI| Vuestra generosidad y vuestra elocuencia perdonan la cabeza para 940 V, III| sola y respirando el aire embalsamado de las flores. Hace poco, 941 III | preciosas molduras, que coronan emblemas y escudos ducales. -En el 942 IV, I| prestaré, si su hacha se embota, y para ensanchar el patíbulo 943 I, II| se cala el sombrero y se emboza hasta los ojos. Siguen llamando.~ ~ 944 II, III| perdón.~ ~Vase D. CARLOS embozado en la capa del bandido.~ ~ ~ ~ 945 II, I| van con sombreros gachos y embozados en capas largas, que dejan 946 II, IV| todo lo demás. Háblame y embriágame. ¿No es verdad, sol de mi 947 I, III| y disolutos, que habéis empañado la frente pura de un anciano.~ ~ 948 IV, V| convertí en otro hombre; ¿puedo emparejar mi yelmo de batalla con 949 I, II| esta noche lo que tanto me empeñaba, me sorprendisteis y me 950 III, VI| cuando venimos a verte. Te empeñas algo tarde en echarla de 951 III, VI| patrono no desistir de su empeño hasta que el conde de piedra 952 V, VI| SOL.- He aquí que empieza nuestra noche de bodas y 953 III, VII| queráis; ¿pero queréis antes emplearme en vengar a vuestra sobrina 954 III, IV| Demonio terrible es el que me empuja, y darme la felicidad es 955 III, IV| parabién; me encanta, me enamora, me admira vuestro traje 956 II, IV| ojos, tan bondadosa y tan enamorada, te ofrecí aquello de lo 957 V, V| la dicha suprema de estar enamorados, de tener veinte años y 958 IV, I| un ridículo concilio de enanos que yo podría llevar bajo 959 V, I| años tardó en empezar a encanecer, y un solo día ha bastado 960 I, III| soldado de Zamora y que he encanecido en la guerra? Vosotros indudablemente 961 V, I| día ha bastado para que encaneciera del todo.~ ~ GARCI.- ¿No 962 III, IV| Os doy mi parabién; me encanta, me enamora, me admira vuestro 963 I, II| HERNANI.- Entrad, que yo me encargo de que quepamos los dos.~ ~ 964 V, III| derribadas columnas, volví a encender el hogar, abrí las ventanas, 965 IV, V| con tus anchas sandalias? ¿Encendí mi antorcha en tu llama 966 V, VI| pero ahora, ved mis ojos encendidos de dolor y de rabia y ved 967 V, III| nada te importa que la lava encienda su corazón. ¿Deseas que 968 V, VI| lo roen y lo devoran. Lo enciende en fuego horrible. No bebas, 969 IV, III| antorcha todos los demás encienden cirios. Después se sientan 970 IV, IV| pero si apago algunas, enciendo otras.~ ~Pega con la llave 971 V | de arcadas moriscas; por encima y a través de ellas se ven 972 III, VII| me obliga. (A HERNANI.) Encomiéndate a Dios.~ ~ HERNANI.- A vos 973 IV, V| hablaba desde tu sepulcro? Me encontraba solo, perdido, solo ante 974 V, III| quieres que haga?~ ~ HERNANI.- Encontrarás en ella un pomo de elixir, 975 II, III| vuestra cólera, y siempre encontraré algún asilo donde no alcance 976 III, VI| me sirva de sepulcro, no encontraréis lo que buscáis.~ ~ D. CARLOS.- ¡ 977 II, III| HERNANI.- Idos; ya nos encontraremos.~ ~ D. CARLOS.- Está bien. 978 V, I| encumbramiento consiste siempre en encontraros en el camino del rey...~ ~ 979 III, I| hombre a ser injusto. Me encontré con dos mozos gentiles; 980 IV, I| RICARDO.- Dicen que os encontró una noche en la alcoba de 981 III | forman dichos retratos, encuadrados con preciosas molduras, 982 V, V| Sale DOÑA SOL sin ver al encubierto.~ ~ ~ ~ 983 IV, II| seguida aparecen algunos encubiertos.~ ~ ~ ~ 984 III, VI| huyendo. Tú eres quien le encubre, tú ocultas en tu castillo 985 III, VI| vista a su alrededor y se encuentra solo. Se acerca a una de 986 I, III| RUY.- La última campaña ha encumbrado mucho al rey Francisco.~ ~ 987 V, I| El secreto de vuestro encumbramiento consiste siempre en encontraros 988 Per | público contra sus muchas enemistades, porque el público es siempre 989 III, I| hermosa, sonrío de júbilo y se engalana mi alma como para eterna 990 III, I| ceremonia? Apresúrate a engalanarte con el traje de boda, que 991 V, VI| Gran Dios!~ ~ SOL.- ¡Me engañabas, D. Juan!~ ~ HERNANI.- He 992 III, I| oído; pero las apariencias engañan y obligan al hombre a ser 993 III, IV| muy barato! ¡Dios mío! ¡Engañar de este modo y no tener 994 III, IV| buenas; no se atrevería a engañarte el hombre que tiene un pie 995 II, II| Venir por medio de un engaño y de noche a robar una doncella! 996 III, VI| Sandoval nos teme y se nos enlaza; Manrique nos envidia; Lara 997 I, II| de hierro, que nunca se enmohecen, que tienen agravios que 998 III, VI| castillo? Creía que estaba más enmohecida tu espada, e ignoraba que 999 II, III| de vuestras violencias, ennobleceremos vuestros puñales con el 1000 III, VI| vuestros desdenes y vuestros enojos me convirtieron en tigre.


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