IntraText Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText | Búsqueda |
Link to concordances are always highlighted on mouse hover
Dividida la música en CORO 1 y CORO 2,
cantan, saliendo a danzar caballeros y damas, como lo dicen los
danza conmigo,
que no vivo, no,
si ajena te miro."
que todos verán
lo mucho que os quiero."
CLARIDIANA: Si en esta amorosa calma
reverencia os hace el alma.
LINDABRIDIS: Logre vuestro atrevimiento
A FEBO
a que en mí es la cortesía
reina de mi pensamiento.
FEBO: Salid, señora, a danzar.
MERIDIÁN: Mientras en pie la contemplo,
LICANOR: Reveréncienla a mi ejemplo,
si es templo éste de hermosura,
CORO 1: "Cuando entráredes, caballero,
bien dirán que mucho os quiero,
Danzan CLARIDIANA y LINDABRIDIS
CORO 2: "Cuando entráredes, dama hermosa,
FLORISEO: (¿Qué más ocasión aguarda Aparte
pues yo también vine aquí
Ase de la mano a LINDABRIDIS
CORO 1: "Si quisiéredes ser mi amante,
SIRENE le coge de la mano a FLORISEO, y vuelven a
danzar CLARIDIANA y LINDABRIDIS
SIRENE: (Ya la venganza prevengo Aparte
CORO 2: "Si os quejáredes, dama bella,
pues que solamente es ella
la que me enseñó a querer."
CABALLERO 1: (No introducirme es error, Aparte
para dar de mi ardimiento
que para este atrevimiento
Toma de la mano a LINDABRIDIS
CORO 1: "Cuando entráredes, caballero,
bien dirán que mucho os quiero,
ARMINDA: Si amor da liencia, quiero
que esto podrá -- bien lo infiero --
CORO 2: "Cuando entráredes, dama hermosa,
ROSICLER: Pues si en la opinión o fama
Pónese a una punta del tablado
FEBO: Yo desde esta parte intento,
pues que cada cual procura
decirla su pensamiento.
CORO 1: "Si quisiéredes ser mi amante,
CORO 2: "Si os quejáredes, dama bella,
pues que solamente es ella
la que me enseñó a querer."
Estarán trabados los lazos, danzando en
medio los más que puedan, y en las cuatro esquinas
ROSICLER, FEBO, MERIDIÁN, y LICANOR en pie; y empiezan todos
otra diferencia de tañido
CORO 1: "A la sombra de un monte eminente,
se desangra un arroyo por venas
de plata torcida y hilado cristal."
CORO 2: "Sierpecilla escamada de flores,
cuando luego detienen sus pasos
prisiones suaves de rosa y clavel."
CORO 1: "Detenido en los troncos, suspende
y, adquiriendo caudales de nieve,
malogra la rosa y tronca la flor."
CORO 2: "A las ondas del Nilo furioso
que labra dibujos de plata y marfil."
CORO 1: "¡Ay de las lágrimas mías,
que, siendo tú arroyo y fuente,
y en el mar de amor se pierden."
CORO 1: "Lindabridis, Lindabridis,
que a mis lágrimas no atiendes."
COROS 1 y 2: "Por ti, dama hermosa,
CORO 1: "Suspiros son de un amante
CORO 2: "Quejas son de un ofendido
voces son de un desdichado
COROS 1 y 2:: "Por ti, nuevo encanto,
LINDABRIDIS: Muera de amor el que adora,
LINDABRIDIS: No.
si quisiésedes, señora!
COROS 1 y 2: "Muera de amor el que adora,
muera el que suspira y llora."
LINDABRIDIS: Amor, el mejor maestro,
ROSICLER: Mi obediencia en eso muestro;
que por el servicio vuestro?
COROS 1 y 2: "Amor, el mejor maestro,
LINDABRIDIS: ¿Cómo, si de amor sentís,
Llega hacia otro de los que danzan
CABALLERO 1: Quiere amor que me perdone
la muerte, hasta que os corone
COROS 1 y 2: "¿Cómo, si de amor sentís,
LINDABRIDIS: Precio, laurel y trofeo
Llega hacia donde está CLARIDIANA
CLARIDIANA: Para lograr mi deseo,
COROS 1 y 2: "Precio, laurel y trofeo
Dentro golpes y ruido, y dicen FAUNO y
FAUNO: Rompe con un pie el castillo.
MALANDRÍN: No soy nada rompedor;
MERIDIÁN: ¿Qué alboroto es éste, cielos?
LINDABRIDIS: ¡Qué asombro!
CLARIDIANA: ¡Qué confusión!
FEBO: ¡Qué atrevimiento!
LICANOR: ¿Quién da aquellas voces?
Salen FAUNO y MALANDRÍN, vestido de pieles
FAUNO: Yo.
Y me espanto que no haya,
que es trueno, hijo de este rayo,
que es rayo, hijo de este sol,
lo de convertirle en flor.
MALANDRÍN: Y todo cuanto dijere
todo este castillo, cuando,
Si ya no de tus cenizas
renaciste, si ya no
FLORISEO: ¡Oh tú, inculto semidiós
el cocodrilo traiciones,
Si tanto sentiste, tanto
que no te matase yo
hazte al campo; en él te espero.
FEBO: Hombre o fiera o lo que sois,
fue ya vuestra pretensión,
yo soy quien os ha de hacer
MERIDIÁN: A nadie le toca aquí
hablar sino a mí, pues yo
como al fin mantenedor,
FAUNO: Si tanta ilustre soberbia,
tanta noble presunción
Pero tampoco creeré
quien con instrumentos dulces
si competidores sois
a cualquiera que intentare
Porque, aunque partir las dichas
privilegio de que no
MALANDRÍN: Y a todo cuanto dijere
LICANOR: Bárbaro, la mayor muestra
es de constancia y valor
la estimación con que debe
tratarse al competidor.
¿Qué más nobleza, qué más
y en cuanto a la lid que aplazas,
no ha lugar tu pretensión;
que éste no es circo de fieras,
anfiteatros que muestran
espectáculos de horror,
y los hombres.
FAUNO: ¿Cómo no?
que he de ser conquistador
a entrar. ¡Ay de uno que entró,
pues que, rendido a mis manos,
de otra fiera, aunque haya sido
MALANDRÍN: Y a todo cuanto dijere
FLORISEO: Espérame, ya te sigo.
FEBO: Aguarda, que tras ti voy.
ROSICLER: En alas de mis deseos
LICANOR: Remediaré tantos daños.
MERIDIÁN: De toda esta confusión
CLARIDIANA: (A toda esta novedad Aparte
que a quien dio la muerte soy.
pues que ya no puedo, no,
LINDABRIDIS: Aquí se quedó. Mirad
esas puertas.
Vanse SIRENE, ARMINDA y las otras damas
a mi dicha, oh Claridiano,
para hablarte.
CLARIDIANA: ¡Ay enemiga!
LINDABRIDIS: ¿Qué es esto,
CLARIDIANA: ¿Qué ha de ser? Morir de celos.
¿Qué ha de ser? Morir de amor.
LINDABRIDIS: ¿Qué tienes?
CLARIDIANA: ¿Qué he de tener?
¿No es bastante ver -- ¡ay Dios! --
a Febo contigo?
CLARIDIANA: Sí pudieras.
LINDABRIDIS: ¿Cómo?
CLARIDIANA: ¿Cómo?
LINDABRIDIS: Yo, Claridiano, por vida...
porque él fue el que pretendió
aquel lugar junto a mí.
CLARIDIANA: ¿Él mismo?
LINDABRIDIS: Él mismo.
CLARIDIANA: (¡Ay traidor!) Aparte
¿Y, habiéndome conocido?
LINDABRIDIS: Él fue el que solicitó
LINDABRIDIS: ¿Por qué?
¿No es satisfacerte?
CLARIDIANA: No,
LINDABRIDIS: ¿Qué dices?
CLARIDIANA: No sé.
LINDABRIDIS: Ni yo
de él o de mí.
CLARIDIANA: De los dos;
porque, aunque un bárbaro dijo
LINDABRIDIS: Sí; pero sientes que él dé
la causa.
CLARIDIANA: Oye la razón.
mas no un agravio; que agravios
tocan a la estimación.
Y así, si él te busca a ti,
para olvidarte, y lo es
y él sí, pues entre los dos,
Y así quédate...
CLARIDIANA: ...donde él te sirva...
LINDABRIDIS: Es rigor.
CLARIDIANA: ...solicitando...
LINDABRIDIS: Es agravio.
CLARIDIANA: ...de hablarte y verte ocasión.
LINDABRIDIS: Plegue a Dios , si no aborrezco
CLARIDIANA: Tampoco no quiero, no,
LINDABRIDIS: Por qué?
CLARIDIANA: Porque es mi competidor.
LINDABRIDIS: No has de irte.
CLARIDIANA: Es en vano.
Ásele de la banda LINDABRIDIS
CLARIDIANA: Limaré yo
la cadena.
Quédase con la banda LINDABRIDIS
LINDABRIDIS: Al fin me dejas
CLARIDIANA: Es violento. (¡Ay rigor! Aparte
en otra trasformación.
¿Qué ha de ser? ¿Morir de celos?
¿Qué ha de ser? ¿Morir de amor?)
LINDABRIDIS: El primer amante ha sido
que huye la satisfacción,
pues muchos agradecieran,
y no pueden descifrarte
Mas no ha de quedarse así;
advierte...
LINDABRIDIS: Es, Sirene, error
tras la desesperación.
LINDABRIDIS: No; pero ¿cuándo
SIRENE: Piensa otro medio mejor.
LINDABRIDIS: ¿Qué medio?
para todo prevención,
encubriendo rostro y voz,
LINDABRIDIS: Dices bien; y en mi favor
metamorfosis de amor.
SIRENE: ¿Qué es esto en tu presunción?
LINDABRIDIS: ¿Qué ha de ser? Morir de celos.
¿Qué ha de ser? Morir de amor.
Vanse. Salen por un lado FAUNO y MALANDRÍN, y síguenlos FEBO,
MERIDIÁN, ROSICLER y FLORISEO, CABALLERO y el rey LICANOR
FAUNO: Yo no entiendo, yo no sé
MALANDRÍN: Y en todo cuanto dijere
que esto llueve sobre mí?
como el que aprende a fullero,
porque, si en decir y hacer
al fin salvaje has de ser,
FEBO: (¿No es Malandrín éste? Sí. Aparte
El con Claridiana vino.)
LICANOR: Llevadle luego de aquí
y ahórquenle a un árbol, porqué
MALANDRÍN: No, señor, no hay para qué;
la costa.
LICANOR: Basta, Febo, que le abones.
LICANOR: Pues, cubierto el campo está
hoy de tanto aventurero
ya no hay más que esperar, yo
MALANDRÍN: Yo haré allá que el mundo vea
MERIDIÁN: Ya, príncipes, la ocasión
se cumple hoy, pues hoy alcanza
el vencedor ha de ser;
muestra sin pasión ni agravio;
sabio en la empresa que escriba;
sus esperanzas pregona
FLORISEO: Muy poco podrá vivir
esa altiva presunción,
ROSICLER: Ya que a este trance la suerte,
FEBO: ¿Y es?
y hermanos.
FEBO: ¿Cómo?
que el que perdiere la empresa,
desistido de ella ya,
con sus armas.
ROSICLER: Pues si de ti estoy seguro,
Lindabridis será mía.
FEBO: Malandrín, ya que he quedado
contigo en esta ocasión,
aquí, Malandrín? ¿Qué es esto?
¿Quién en tal lance os ha puesto?
MALANDRÍN: De tu razón he inferido
el desengaño. Allí yo
la siguiera despechado,
porque ella entonces no fuera
a descubrirla, si yo
no me reportara allí.
hasta saber qué es su intento.
competirte aquí, porqué,
a Lindabridis, no sea
tuya; y en cuanto a que yo
que yo no vine con ella
conmigo que me dejó
de Lindabridis voló.
FEBO: ¿Qué haremos para buscarla?
MALANDRÍN: Ir el campo discurriendo.
FEBO: Ven, que por aquí pretendo,
Sale LINDABRIDIS en traje de hombre, con la banda
de CLARIDIANA
LINDABRIDIS: (De esta suerte me he atrevido Aparte
disfrazada, para ir,
a buscar a Claridiano
y a darle satisfacción
FEBO: Malandrín, di, ¿será aquélla
Claridiana o son mis ojos
MALANDRÍN: No, señor, sino que es ella;
y fuera de eso, también
lo dice; que, aunque haya estado
tan disimulada, ha sido
porque -- a buena fe -- no ha habido
Llega a hablarla, mas no esperes;
al rostro; porque, si es ciego
por demás el disfraz es,
LINDABRIDIS: (¡Yo estoy muerta! Conocióme Aparte
a todo, porque la voz
no lo confirme.
tan falso conmigo ya,
pueden disfrazarse -- es
Mas ¿quién en el mundo, quién
LINDABRIDIS: (¿Ya qué hay que dudar? Las señas Aparte
quién soy; mas con todo intento
FEBO: No os vais; porque si no bastan
LINDABRIDIS: (Claridiano ya sin duda Aparte
se ha declarado con él;
que el amar a Lindabridis
LINDABRIDIS: (¿Qué escucho?) Aparte
de su ardimiento faltar
y servir a Lindabridis,
LINDABRIDIS: (¿Desprecios de mí le ha dicho? Aparte
¡Ah, Claridiano crüel!
Sale CLARIDIANA en traje de dama
CLARIDIANA: (Con nuevo disfraz de amor, Aparte
tan al fin como pensé,
alguna. Mas ¿no es aquél?
Sí. Hablando está con un hombre;
FEBO: ¿Para qué, señora, andamos
por rodeos? ¿Para qué?
LINDABRIDIS: (Él se declara conmigo Aparte
de Claridiano ofendida.
¡Válgame Dios! ¿Qué he de hacer?)
CLARIDIANA: (¿Ya qué esperan mis desdichas? Aparte
Lindabridis -- ¡ay Dios! -- es.)
FEBO: Yo te adoro, tú eres sola
en este traje hasta aquí,
¿por qué me tratas, por qué,
de esta suerte?
LINDABRIDIS: (Peor es esto; Aparte
CLARIDIANA: (Buenas andamos las dos; Aparte
Su conversación -- ¡ay triste! --
y a cada uno de por sí
CLARIDIANA: ¡Febo, Febo!
CLARIDIANA: ¡Que me dan la muerte! Ven
a socorrerme.
MALANDRÍN: ¿Qué es esto?
que es la misma que está aquí!
MALANDRÍN: Pues si a eso va, yo también.
CLARIDIANA: ¡Mira que me dan la muerte,
FEBO: ¿Qué es esto, cielos? ¿Aquí
y que allí el alma se escuche?
¿Qué es esto?
CLARIDIANA: ¡Acude a darme la vida!
FEBO: Alma sin cuerpo, sí haré.
y esto no es ser descortés,
pues te dejo a ti por ti.
MALANDRÍN: Pues también yo acudiré
a mí por mí en este caso,
huyendo de aquí, porque
alguno de estos encantos
a mí por mí no me dé.
LINDABRIDIS: ¿Qué confusiones son éstas?
Pero ¿qué pregunto, qué,
CLARIDIANA: Mejor dijeras, "si estamos
LINDABRIDIS: ¿Qué traje, qué disfraz es
ése?
CLARIDIANA: ¿Qué disfraz, qué traje
es esotro?
LINDABRIDIS: Ya lo sé.
CLARIDIANA: Como uno que dicta a dos,
mas con una diferencia,
y a ti -- ¡ay Dios! -- para salir
LINDABRIDIS: Di; ¿a quién?
CLARIDIANA: A Febo. ¿Yo no lo he visto?
LINDABRIDIS: Bien te curas en salud
de traiciones tuyas, bien
hombre, al fin; que aqueste traje
después que me adorna él.
CLARIDIANA: Ni yo quiero que me veas
en tu vida; porque quien
¿para qué, di , para qué
LINDABRIDIS: Buena disculpa has hallado
CLARIDIANA: No es disculpa, sino queja.
LINDABRIDIS: A ti te venía yo a ver,
Lindabridis, otra vez
si a uno buscas y a otro hablas,
LINDABRIDIS: Y tú, otra vez que a una dama
y no al engaño.
CLARIDIANA: Yo vi
esto.
LINDABRIDIS: Yo estotro escuché.
CLARIDIANA: ¡Ay enemiga!
LINDABRIDIS: Yo...
CLARIDIANA: Yo...
LINDABRIDIS: No te digo más.
CLARIDIANA: Ni yo, porque no podré.
FEBO: No hallé en el monte del eco
¿Tú en esotro? Decid; ¿qué es?
LINDABRIDIS: De ese galán disfrazado,
CLARIDIANA: Esa dama disfrazada,
FEBO: ¡Oye, aguarda, escucha, espera!
Deten, Claridiana, el paso;
el curso tú, Lindabridis;
FAUNO: ¿Asombro y prodigio dijo?
FEBO: Quien
en tus brazos, a tener
de mi fortuna; y así
cuando el temor a voces se confiesa.
nunca a salir y, lo que miedo ha sido,
lo tenéis a valor; mas no me espanto
que tanto tema quien se atreve a tanto,
licencia de matar pidió la muerte.
CLARIDIANA: Apenas me resuelvo
a ausentarme de aquí, cuando aquí vuelvo.
LINDABRIDIS: ¡Cuánto, oh cielo divino,
arrastra a un desdichado su destino!
CLARIDIANA: Aquí quedó.
LINDABRIDIS: Que aquí he de hallarle creo.
la que hacia mí los pasos encamina.
Muerto de amor de una beldad me veo,
y he de curar con otra mi deseo,
aunque aplicarle una al que otra ama,
será matarle el humo, no la llama.
¡Mujer...!
CLARIDIANA: ¡Ay de mí triste!
CLARIDIANA: ¿Qué miro alli?
mi vida.
LINDABRIDIS: Ya ¿qué espero?
Con esta obligación ceñí el acero.
Fiera...
Verdades dudo, si ilusiones creo.
no eres aquélla a quien le di la muerte?
¿no eres aquélla a quien le di mi vida?
Pues ¿cómo tú mudanzas del ser haces?
¿Tú mueres joven y mujer renaces?
-- nudos de Venus, y de Marte lazos --
entonces no te viste?
¿Tú en su defensa entonces no moriste?
Pues ¿cómo aquí, con una acción trocada,
ciñes tú la hermosura y tú la espada?
a quién la muerte doy y a quién adoro?
ni encantos tales a apurar me atrevo,
a ti te adoro, a ti te doy la muerte.
en ti, que viva admira, y muerta asombra;
y daré en ti la muerte a una luz pura
que mañana será nueva hermosura.
que a trueco os dais las muertes y las vidas,
que os prestáis las bellezas y blasones,
huyendo os venceré, porque pretendo
el primer monstruo ser que venza huyendo.
Vivid, vivid, y máteme a desmayos
el dios de los relámpagos y rayos.
¡Qué pena, qué dolor, qué horror tan fuerte!
¡Qué vida tan cruel, qué hermosa muerte!
Éntrase, y tocan caja y clarín
CLARIDIANA: Aunque el caso pudiera
darme ocasión a que el ingenio hiciera
varios discursos, cuantos solicita
esta ocasión la brevedad me quita
con voces de metal a ganar fama.
Quédate a Dios; que, aunque tu amor lo impida,
voy a ganarte a precio de mi vida.
LINDABRIDIS: Y yo a tu lado quiero
acreditar este valiente acero,
y, ganándome a mí mi propia mano,
¡Vive Amor, que ha de ser mi imperio mío!
Vase. Tocan cajas y trompetas, y salen SIRENE,
SIRENE: Pues no vuelve Lindabridis
mirar ella a quien por ella
MALANDRÍN: ¡Oh quién tuviera boleta
las bellísimas madamas?
SIRENE: Que nos digáis si por dicha
se extiende a esta voz la fama,
quién son los aventureros
que han de entrar en la estacada.
MALANDRÍN: Habéis hallado con quién,
quién son y qué empresas sacan;
porque soy relacionero,
Y, para que me creáis
cuanto os diga, breves Gracias,
va de relación; que es fuerza,
entretanto que se arman,
dar tiempo al tiempo. En efecto,
El mantenedor valiente,
y combatido de cuantas
de un delfín que hasta la orilla
que brevemente declara
que en tempestades de honor,
donde le combaten tantas,
resistiendo a todas él,
no sabe el fin que le aguarda.
es fuerza que en mal tan grave
"Por no temer,
voy cual sé que he de volver."
dando a entender que entre dos
pretensiones tiene un alma,
pues nunca comieron juntos
que no la tiene
que quiere entrar en la danza,
a fuer de caballería,
viendo que ha de dar las armas
a Lindabridis. Éste es
el Fauno...mas, lengua, calla;
Es la empresa como suya;
que está escrita entre las llamas,
y menos arrepentido."
si es que las coplas se gastan;
y, significando que él
que aun no hay quietud en la calma,
"Éste ni yo no podemos
Otro aventurero hay,
sé que en su talle y sus galas
que, en competencia o venganza,
el mantenedor, y armadas
están las damas, por quien
que Inglaterra y Holanda.
un sitio en que nos dé el sol,
de cantimploras de otros,
Vase. Descúbrese el rey LICANOR en un
trono; sale MERIDIÁN de su tienda, y hacen la entrada por el
palenque FEBO, FLORISEO, el FAUNO, ROSICLER, CLARIDIANA y
LINDABRIDIS, todos con armas, y delante CRIADOS con los escudos,
como han dicho los versos; y, en llegando delante de LICANOR,
hacen reverencia y ocupan sus puestos
LICANOR: Tantos a tantos el duelo
se ha de hacer, y al que su fama
hoy será de Lindabridis
MERIDIÁN: ¿Qué esperáis? Ya Meridián,
Repártense a un lado LINDABRIDIS, CLARIDIANA
y MERIDIÁN; a otro ROSICLER, FEBO y FLORISEO, y el FAUNO en
FAUNO: La victoria está por mía.
Llega CLARIDIANA y derriba el FAUNO a sus pies
CLARIDIANA: No está, pues que ya a mis plantas
TODOS: El príncipe Claridiano
LICANOR: Tuya ha de ser Lindabridis;
cese el duelo, que esto basta.
CLARIDIANA: ¡Dichoso yo, que merezco
LINDABRIDIS: Ahora me descubriré,
si Claridiano me gana.
FEBO: No hace; porque Claridiano
es la hermosa Claridiana,
LINDABRIDIS: Burlóme el amor.
MALANDRÍN: Porque así todos contentos
de Lindabridis. Sus faltas
lo ruega humilde a esas plantas.
FIN DE LA COMEDIA