ACTO TERCERO
Salen al son de chirímias, el ANTICRISTO, vestido
majestuosamente
de rey; ELIAZAR saca unas llaves doradas en una fuente, y
preséntaselas de rodillas al ANTICRISTO.
Acompañamiento
de JUDÍOS, ELÍAS FALSO y BALÁN
ELIAZAR:
Éstas gran monarca, son
las
llaves de la ciudad,
que os
da, de la libertad
que os
debe, la posesión.
Alegre ya en vuestro imperio,
celebra
Jerusalén
el
principio de su bien
y el
fin de su cautiverio.
Libia, Etïopia y Egito
de
vuestro poder vencidas,
han
pagado con las vidas
de su
protervia el delito;
y así, más manso y piadoso
Jerusalén os merece,
pues voluntaria os ofrece
lo que pedís riguroso.
ANTICRISTO: Más
son vuestras mis vitorias
--¡oh,
palestinos!--que mías,
pues en
mí viene el Mesías
a
restaurar vuestras glorias.
De
presidente el oficio
en Jerusalén te doy.
ELIAZAR: Los pies te beso.
ANTICRISTO: Desde hoy
da
principio al edificio
del
templo, con prevención
de que
en grandeza, hermosura,
riqueza
y arquitectura
exceda
al de Salomón.
ELIAZAR: A
servirte me consagro,
tanto,
que el templo ha de ser
milagro
de tu poder,
siendo
tu poder milagro.
Vase. El ANTICRISTO habla aparte a ELÍAS FALSO
ANTICRISTO: Tú,
capitán, parte al monte
Hermón y Tabor, y en él
hallarás a la crüel
Sofía,
que a su horizonte
da
luz, habitando oculta
sus
cuevas con mil cristianos.
Tiemble
al rigor de tus manos
la aspereza más inculta.
Prende, martiriza y mata
los
rebeldes en mi injuria;
sólo
reserve tu furia
a
aquella enemiga ingrata,
cuyos divinos despojos
me dan tormentos injustos;
y de regalos y gustos
venga obligada a mis
ojos.
ELÍAS FALSO:
Parto a servirte.
ANTICRISTO: En los llanos
hallarás de Magedón,
para la
persecución
y
muerte de los cristianos,
los ejércitos valientes
de Gog y Magog, sujetos
a ejecutar mis precetos
con
inumerables gentes.
Si
perdonas una vida,
mi
rigor has de probar.
ELÍAS FALSO: De
sangre ha de ser un mar
la
gruta más escondida.
Vase
ANTICRISTO: (Ya
que el mar, la tierra y viento
Aparte
me obedecen, y a los reyes
del universo mis leyes
son
preciso mandamiento,
vuele mi soberbia al cielo,
usurpar
su gloria intente,
y por
dios omnipotente
en
templos me adore el suelo.
El
dios Maozín ha de ser
mi
nombre, cuya grandeza
significa fortaleza,
majestad, gloria y poder.
Mi
estatua el sagrado asiento
ocupará
en el altar
que un tiempo se vio ocupar
del
arca del Testamento.
Mas --
¡ay de mí, cuánto es vana
mi
soberbia majestad,
pues
vence a mi potestad
el
valor de una cristiana!
Pues, ministros del infierno,
hoy me
la habéis de entregar,
o tengo
de confesar
a Jesús
por Dios eterno.
Cumplidme este deseo,
o con
feroz precipicio
arruinaré
el edificio
que en
mí ha fundado el Leteo.
Quiero divertir en tanto
con mis
concubinas bellas
mis pesares; quizá en ellas
tendrán engañoso encanto
las ardientes ansias mías.)
Balán...
BALÁN: Señor...
ANTICRISTO: Mis mujeres
llama.
BALÁN: Con tales placeres
gentil plaza es ser mesías.
Vase
ANTICRISTO: (¿Posible es, cuando me veo Aparte
señor de toda la
tierra,
que me
den tan mortal guerra
una
mujer y un deseo?)
Salen LÍBICA, ETIOPISA y EGITANA muy galanas, cada una en
su
traje, y BALÁN, ojeándolas
BALÁN: ¡Ox!
ANTICRISTO:
¿Qué es eso?
BALÁN: Penetrallo
pudieras, pues adivinas;
pues ojeo estas gallinas
al lugar donde está el
gallo.
Goza
las glorias de Egito,
las de
Libia y Etïopia,
si no
es que la misma copia
te empobrece el apetito;
aunque yo, a decir verdad, de
los humanos placeres
en nada más que en mujeres
apetezco variedad.
ANTICRISTO:
Sentaos, hacedme regalos,
decidme
amores.
Asiéntanse, y el ANTICRISTO se recuesta en sus faldas
BALÁN:
(¡Qué vicio! Aparte
A las
damas da el oficio
de los
galanes. ¡Qué palos!
A un
mancebo muy lascivo
otro
dio en aconsejar
que se
casase, por dar
remedio
a un ardor tan vivo;
que casándose
se impiden
las
furias que el amor cría;
y él
respondió, "Yo lo haría;
mas,
amigo, no me piden.")
A la
EGITANA
ANTICRISTO: ¡Qué
bellas manos!
EGITANA: Si en ellas
solas pusieras tu amor,
las hiciera ese favor
tan dichosas como bellas.
BALÁN:
(¿Celos? Advertiros quiero,
Aparte
pues
tan cercano se ve
de
damas, que nunca fue
comedor el cocinero;
y a
quien abunda de amores
lo
mismo ha de suceder;
que sin
llegar a comer,
se
sustenta de favores.)
ANTICRISTO:
Líbica hermosa, ¿por qué
no me regalan tus manos?
LÍBICA: Tus
méritos soberanos
hacen
cobarde mi fe.
ANTICRISTO: Amor
olvida el respeto;
atrévete; que aunque soy
Dios
omnipotente, estoy
en humanado
sujeto.
Cuando de carne vestí
mi
impasible majestad
trasladó la humanidad
sus
condiciones en mí,
y
así goce tu belleza
el
favor que te asegura;
pues me abato a tu hermosura,
levántate a mi grandeza.
BALÁN:
(¿Dios omnipotente dijo?
Aparte
Blasfema o desvaría;
que
hasta agora no decía
sino
que era de Dios hijo.
Él
se debe de entender;
Balán,
no más argumentos,
que
entiende los pensamientos,
y
conocéis su poder.)
ANTICRISTO: ¿Por
qué, Etiopisa gentil,
callas
tanto?
ETIOPISA:
Está corrido,
opuesto
y obscurecido
el
ébano entre el marfil.
ANTICRISTO: También el amor emplea
sus glorias en tu color.
BALÁN: (También apetece amor Aparte
engendros de taracea.)
ANTICRISTO:
(¡Oh, cuán en vano, Sofía,
Aparte
engañó
mi pensamiento!
Cuanto
divertirme intento,
crece
más la pena mía.)
Balán, los músicos llama.
BALÁN: (Eso
sí; no haya sentido Aparte
ocioso... Aunque haber pedido
músicos
tu gusto infama,
cuando entre damas te miro;
pues da en sus bocas hermosas
consonancias más gustosas
una
palabra, un suspiro,
que
conformes y acordados,
aunque
suspendan los vientos,
los más
süaves acentos
de cien
músicos barbados.)
Vase BALÁN
EGITANA: ¿Qué
melancólicas penas
afligen
tu corazón?
ANTICRISTO:
Misterios divinos son.
Salen
BALÁN y MÚSICOS
BALÁN: Tus barbudas Filomenas
están aquí.
ANTICRISTO:
Celebrad
mi majestad y grandeza.
EGITANA: Dar
alivio a tu tristeza
queremos todas. Cantad
al mesías alabanzas,
y seguirán de las tres
vuestros acentos los pies
en consonantes mudanzas.
ANTICRISTO: Mi
nombre es el dios Maozín;
su
gloria habéis de cantar.
BALÁN: Yo ayudaré, por no estar
de mirón en el festín.
Bailan
las tres mujeres y BALÁN
MÚSICA: Todo
el suelo es paraíso,
el
tiempo todo es abril,
el aire todo es aromas,
toda la suerte feliz.
La
naturaleza humana
se
atreve ya a presumir
de
inmortal y de divina,
pues que mira unido a sí
al dios Maozín.
Ya los hííos de Judá,
de Rubén y Benjamín,
libertad eterna gozan
en
su nativo país.
Del
cielo cesó la ira,
y el
cautiverio dio fin,
dando efeto a las promesas
del
rey profeta David
el
dios Maozín.
ANTICRISTO:
Bueno está.
BALÁN:
Pues si está bueno,
no te muestres tan feroz,
porque de Dios una voz
es para
la tierra un trueno.
ANTICRISTO:
(¿Nada me remedia? ¡Nada
Aparte
tiempla mis ardientes males!
Pues, ministros infernales,
vuestra fuerza es limitada,
pues
no se extiende a vencer
la
frágil naturaleza
de una
femenil flaqueza,
vuestro
engañoso poder
renunciaré; yo confieso...
Aquí sale SOFÍA muy adornada, que es
el DEMONIO en su figura
ANTICRISTO: Mas,
¡qué miro! ¿No es Sofía?
Adorada
gloria mía,
humilde
la tierra beso
que
en cielo vuelven tus plantas.
¡Oh, espíritus invisibles,
pues que vencéis imposibles,
a vuestras deidades santas
doy holocaustos, y adoro
vuestro poder por
inmenso,
y en
humo líquido encienso
os daré
en altares de oro.
SOFÍA: (Con
ese fin he tomado Aparte
fantástica semejanza
de
Sofía. Tu esperanza
lograrás, aunque engañado,
para
que las fuerzas mías
acredite
en ti el engaño,
pues
así reparo el daño
que
despechado emprendías.)
Gran
monarca soberano
de
cuanto visita el sol,
desde
el oriente español
hasta
el antípoda indiano,
vencido me han tus hazañas,
pues si das de tu verdad
dudas
con la novedad,
con el
poder desengañas.
Tuya
soy, perdón te pido,
y debe
ser perdonado
el que,
si ofendió engañado,
satisface arrepentido.
ANTICRISTO:
Basta, señora, no más;
no
disculpes tu rigor,
pues
cuanto ha sido mayor,
tanta
más gloria me das.
EGITANA: (¿Hay tal rabia?) Aparte
LÍBICA:
(¿Hay tales celos?)
Aparte
ETIOPISA: (¿Hay
tal furia?) Aparte
ANTICRISTO:
¿A qué aguardáis?
Dejadnos solos.
Sale
ELÍAS
ELÍAS: No os vais;
que no permiten los
cielos
que
ni un mentiroso daño
sufra
en su opinión Sofía,
dado
que tan presto había
de
llegar el desengaño.
Vestiglo vil del infierno
ese
simulado bulto,
es el
mismo a quien das culto,
espíritu del Averno.
De
tu amenaza oprimido,
de tu
reducción medroso,
cuerpo te rinde engañoso,
rostro
te ofrece mentido;
porque habiendo satisfecho
en él
tu ardiente afición,
su
nefanda obstinación
prosiga
tu iniusto pecho;
que en áspera soledad
entre
el Hermón y el Tabor,
huye
Sofía tu amor,
no su
muerte o tu crueldad.
SOFÍA:
Mientes, profeta engañoso.
ANTICRISTO: Y, ¿qué
importa que no mienta?
Con lo que impedir intenta
mi
pensamiento amoroso,
aumenta más mi apetito;
que si
lo que dice creo,
tanto
es mayor mi deseo
cuanto
es más grave el delito.
Y tú,
porque no pretendas
más a
mi gusto oponerte,
hoy
quiero hacer que en tu muerte
mi
poder inmenso entiendas.
¡Ah,
de mi guarda! Prended
este
profeta fingido,
y en
cárcel dura oprimido
con
cuidado le poned,
de
donde afrentosamente
salga a
morir.
ELÍAS:
El decreto
con que
a morir me sujeto
es de
Dios omnipotente;
que del martirio el laurel
me
destina por tu mano;
y ya tu
pueblo tirano
ha
puesto en prisión crüel
a Enoch, porque a nuestras almas
les des tú, que nos condenas,
si en la vida iguales
penas,
en la
muerte iguales palmas;
mas
advierte bien, precito,
que
dentro de veinte días
en las
regiones impias
pagarás
tanto delito.
ANTICRISTO:
¡Llevadle ya! Si tan fuerte
Llévanle
JUDÍOS
es ese Dios que acreditas,
¿por qué en su virtud no
evitas ya
mi
imperio y ya tu muerte?
¿Qué
importan tus prevenciones,
o qué confïanzas cobras,
cuando
desmienten tus obras
lo que
mienten tus razones?
Nada
temo; yo soy Dios,
y mi
poder me asegura.
Tú, mi
adorada hermosura,
ven, y daremos los dos
envidias al mismo amor.
SOFÍA: ¿Dudas
ya que soy Sofía?
ANTICRISTO: No
puede ser mi alegría
si eres
Sofía, mayor.
Y si
demonio encarnado,
tampoco
puedo tener
más
gloria que cometer
tan
detestable pecado.
Vase el ANTICRISTO y SOFÍA
BALÁN: ¿Hay
más temerario hecho?
LÍBICA: ¡Qué
gran confusión!
Vase
EGITANA: ¡Qué horror!
Vase
ETIOPISA:
Temblando está de temor
el
corazón en el pecho.
Vase
BALÁN: ¡Que
oyendo que el diablo es,
tan
atrevido le embista,
sin
remitirlo a la vista,
de las uñas de los pies!
De temor pierdo el
sentido.
Si es
demonio que ha tomado
cuerpo
de viento formado,
¿cómo
no lo ha conocido
con
su poder el mesías?
¿Si dice
que es dios Maozín?
Y si es
Sofía, ¿a qué fin
hizo
esta invención Elías?
Extraña es la confusión
y el
peligro en que me hallo,
pues no
va en averiguallo
menos
que la salvación.
Iréme al monte Tabor,
y si en
él hallo a Sofía,
de la
profesión judía
dejaré
el perdido error
con
tan claro testimonio,
y de
este lascivo huiré;
que
seguro no estaré
de
quien no lo está un demonio.
Vase. Tocan cajas
a batalla; SOFÍA, con
espada desnuda y un saco
SOFÍA: Ea,
cristianos valientes,
mostrad
esfuerzo y valor,
pues el cielo os da favor
contra
estas pérfidas gentes.
Los
campos de Magedón
cubren
sin número armados
de Gog
y Magog soldados;
no
temáis; que pocos son
a la espada de dos filos
que
profetizó San Juan;
que la
orilla del Jordán
dará
sagrados asilos
contra la tirana furia
al
pueblo de Dios amado.
Hoy de su
intento obstinado
tendrá
castigo la injuria;
hoy
les darán monumento
de ese
río las riberas;
pasto
serán de las fieras,
y de
las aves sustento.
Salen un soldado CRISTIANO, acuchíllando a ELÍAS FALSO, y
al lado
del CRISTIANO un ÁNGEL con túnica blanca manchada
de sangre, y una espada desnuda levantada en alto
CRISTIANO: No
huyas, falso Profeta.
ELÍAS
FALSO: ¡No huyo, viles cristianos,
de vuestras cobardes
manos!
Divina
virtud secreta
de
esa visión celestial
que en
vuestro favor asiste,
y
blanca túnica viste
esparcida de coral,
con
espada refulgente,
destruye las fuerzas mías.
¿Dónde
está, santo mesias,
tu
poder omnipotente?
Si
has de ayudarme, ¿qué esperas?
Sale el ANTICRISTO por tramoya
ANTICRISTO: Aquí
estoy; pierde el temor;
que para darte favor
vengo
penetrando esferas
de Jerusalén aquí.
SOFÍA: Abominable Anticristo,
hoy el laurel que
conquisto
tengo
de alcanzar de ti.
ANTICRISTO: ¡Ah,
Sofía! ¡Ah, injusto infierno!
¡Que de
sujeto fingido
gocé al
fin, y fue vencido
de una
mujer el Averno!
ELÍAS FALSO: No
hay humana resistencia;
vencido
soy.
Vanse el ELÍAS FALSO y el CRISTIANO. Pónese el ÁNGEL al
lado de
SOFÍA
SOFÍA:
¡Enemigo,
prueba
tus fuerzas conmigo!
ANTICRISTO: ¿Qué
divina inteligencia
te
acompaña, fiera ingrata,
que
librando rayo ardiente
en la espada, solamente
con la
amenaza me mata?
SOFÍA: Aquí
de mi religión
conocerás la verdad.
Cae el ANTICRISTO, y SOFÍA le pone el píe en la cabeza
ANTICRISTO: ¿Qué
mágica potestad
tienes, horrible visión,
que
así de temor helada
muere
en mí la sangre mia?
SOFÍA: Mira
aquí la profecía
de San
Juan ejecutada,
para
pena y confusión
de tus
intentos tiranos.
VOCES:
¡Vitoria por los cristianos!
Dentro
SOFÍA: De tu
loca obstinación
conoce el yerro infeliz,
vencido
de una mujer
que te
ha podido poner
el pie
sobre la cerviz.
ANTICRISTO: ¡Ah,
infierno! ¿Injuria tan fuerte
sufrís?
SOFÍA:
No tiene el infierno
fuerzas
contra Dios eterno.
ANTICRISTO: Dame,
cristiana, la muerte
para
más afrenta suya.
BALÁN saca un sombrero y un bonete, y cuando dice que se
vuelve
judío se pone el bonete, y cuando crístiano, el sombrero
BALÁN: (¿Qué
es lo que miro? Ni vos Aparte
sois mesías ni sois Dios.
Cristiano soy.
SOFÍA:
Que yo huya
la
palma que me ha de dar
el
martirio de tu mano,
no es
bien. Levanta, inhumano,
que yo
no te he de matar,
sino
el aliento sagrado
del
Señor, siendo al castigo
de tus
blasfemias testigo
el
pueblo que has engañado.
ANTICRISTO:
Hechizos cristianos son
los que
turbarme han podido;
pero ya
que de mi ha huído
esa
encantada visión,
conocerás la verdad
de mi
infinito poder.
SOFÍA: Quien
te ha podido vencer
me
rinde a tu potestad
para
mi mayor vitoria.
ANTICRISTO: A
Jerusalén irás
conmigo, y allí darás
fin a
tu vida o mi gloria.
Cógela el ANTICRISTO por tramoya, y vuelan ambos
BALÁN: ¡Ay,
que la lleva! Del viento
es
lisonja, si no azote,
el Géminis pajarote,
signo
ya del firmamento.
Vencióla al fin: desvarío
será
dejar de creer
en quien tiene tal poder
Pues vuélvome a ser judío.
Pónese
el bonete
Por entrambas partes veo
milagros, y siendo así,
en la
ley en que naci
con más
disculpa me empleo.
Sale un soldado CRISTIANO, a lo gracioso, con la
espada desnuda
CRISTIANO: ¡Ah,
judío! ¿Aquí estáis vos?
BALÁN: Si en
estar aquí te ofendo,
ni
estoy aquí ni pretendo
estarlo. ¡Tente, por Dios!
Que
si tu valiente mano
muestra
tan airado brío
contra mí
por ser judío,
vesme
aquí vuelto cristiano.
Pónese el sombrero
CRISTIANO: No
está el serlo en el vestido.
BALÁN: Yo vine
de la ciudad
sólo a
saber la verdad
para
quedar reducido.
Admite este buen deseo.
CRISTIANO: Pues ya
no lo dejarás
por
eso; que viendo estás
el
vitorioso trofeo
que
dio a tan pocos cristianos
el
cielo contra el rey Gog,
que de gentes de Magog
cubrió
estos montes y llanos.
Demás que la inmensidad
de
santos cristianos puede
hacer
que probado quede
tu
engaño y nuestra verdad.
BALÁN: También hay santos judíos.
CRISTIANO: Son muy pocos.
BALÁN: Pues hagamos
una apuesta. Refiramos
tú los tuyos, Yo los míos,
y por cada santo quite
un pelo
al otro, y con esto
se
convenza el que más presto
quede
pelado.
CRISTIANO:
Ya admite
la
apuesta mi confïanza;
que
según los santos son
sin cuenta
en mi religión,
de
vencer tengo esperanza.
A cada santo que nombra cada uno, arranca un pelo
de la cabeza al otro
BALÁN:
Vaya. Moisén.
CRISTIANO: San Gonzalo.
BALÁN: Quedo;
que quitaste dos,
según
me ha dolido. Amós.
CRISTIANO: Los
doce apóstoles.
BALÁN: ¡Malo!
¿Doce? Josüé.
CRISTIANO: San Gil.
BALÁN: Jacob y sus hijos son,
trece.
CRISTIANO:
San Millán.
BALÁN: Aarón
y Josef.
CRISTIANO: Las once mil
vírgenes.
Aquí le arranca a BALÁN una cabellera
que ha de traer, y queda con un casco de calabaza, como
pelado
BALÁN:
¡Triste de mi
¡Que de
una vez me has pelado!
Vencido y calvo he quedado.
CRISTIANO:
Conviértete, pues vencí.
BALÁN: ¿Puede
un calvo ser cristiano?
CRISTIANO: Sí.
BALÁN: Pues
quien a serlo empieza,
¿no
recibe en la cabeza
el
bautismo?
CRISTIANO:
Caso es llano.
BALÁN:
Luego en un calvo no hay traza
de bautizarse.
CRISTIANO:
¿Por qué?
BALÁN: Porque
lo que en él se ve,
no es
cabeza, es calabaza.
CRISTIANO:
¿Dilatas tu muerte así?
Cumple
lo que has prometido
o te
mato.
BALÁN:
Fui vencido,
haré lo
que prometi.
CRISTIANO: Ven,
y el agua del Bautista,
del
Jordán recebirás.
BALÁN: De una
vez hecho me has
ser
cristiano y calvinista.
Vanse. Salen ELÍAS
FALSO y ELIAZAR
ELÍAS FALSO: El
caso fue más tremendo
que
refiere humana historia.
¡Perder
tan cierta vitoria!
ELIAZAR: ¿Y cómo
escapaste?
ELÍAS FALSO: Huyendo.
Nuestro mesías y yo
escapamos solamente
de tan
infinita gente
como el
cristiano mató.
ELIAZAR: No son indicios, Elías;
probanzas son infalibles
las que muestran imposibles
los intentos del mesías.
No
puedes negar que están
a la
letra ejecutadas
las
cosas profetizadas
por
aquel cristiano Juan
en
su Apocalipsi; y sabes
que
desde los mismos días
que el
que llamáis falso Elías
con
maldiciones tan graves
amenazó a los judíos,
la
tierra negó el tributo
y
espinas rindió por fruto,
sangre
por agua los ríos.
Vi
que por el mandamiento
del
rey, muerto Enoch y Elías,
habiendo estado tres días
para
público escarmiento
sus cadáveres
helados
en la
plaza, resurgieron
y
gloriosos ascendieron
a los
asientos sagrados.
Veo
que la fuerte mano
del
rey, que ser Dios blasona,
libró
apenas su persona
del
breve campo cristiano.
Pues
siendo así, ¿no es locura
pensar
que tiene poder
de
Dios, y pudo vencer
a su
Creador la creatura?
ELÍAS FALSO:
Cierra los labios, blasfemo.
Salen el ANTICRISTO y JUDÍOS
ANTICRISTO: ¿Cómo,
Eliazar? ¿Tú me afrentas,
y
apóstata ciego intentas
negar
mi poder supremo?
ELIAZAR:
Pues, ¿cómo cuatro cristianos,
si
tanto poder alcanzas,
vencen
nuestras esperanzas
y hacen tus intentos vanos?
Si eterna tranquilidad
a los
tuyos prometiste,
y del
cielo descendiste,
si es lo
que dices verdad,
a
hacer dichosa a Israel;
o
mentiste, o no has cumplido
lo que
nos has prometido;
pues
permitiste, crüel,
que
en tantas gentes, los dos
solos
hayáis escapado.
Luego
nos has engañado
y si engañas, no eres Dios.
ANTICRISTO: ¿Penetras tú los secretos
jüicios que me han movido
a que
no hayan conseguido
mis promesas sus efetos?
¿Es nuevo en Dios prometer
según las cosas presentes,
y por nuevos accidentes
los efetos suspender?
Cuando de aquella penosa
prisión
de Egipto sacó
su
pueblo, ¿no prometió
darle
la tierra dichosa;
y
después, por incurrir
en
necia desconfïanza,
la
promesa y la esperanza
se
resolvió a no cumplir?
Pues, ¿qué sabes tú si aquí
cuanto
pueblo fue vencido,
fue por
haber incurrido
en
delitos contra mí?
ELIAZAR:
Pública fue allí la ofensa
que esa
pena mereció;
y aquí tu pueblo murió
peleando en tu defensa.
ANTICRISTO:
Calla, no me arguyas más.
Llevadle y dadle la muerte;
apóstata, de esta suerte
mi
poder conocerás.
ELIAZAR: En mi sangre bautizado,
a Jesús
confesaré,
y
dichoso moriré,
ya que
viví desdichado.
Llévanle
ANTICRISTO:
Parte a ejecutar, Elías
en él y
en cuantos cristianos
me ofenden, los más tiranos
tormentos, las más impías
penas que inventó el
romano,
el
scita y el macedón;
a
Fálaris, a Nerón,
a Decio
y a Diocleciano
pide cuantos instrumentos
fabrican dolor tan fuerte,
que aun más allá de la
muerte
puedan pasar los tormentos.
ELÍAS
FALSO: Voy a vengar tus enojos.
ANTICRISTO: Si es
que mis pesares sientes,
de
suplicios diferentes
forma
un jardín a mis ojos.
Vase ELÍAS. Sale
SOFÍA, con una
corona en la cabeza, como loca
SOFÍA: ¡Qué
buena cosa es reinar!
¡Hola!
¡Postraos! ¿No me veis
coronada? Pues, ¿qué hacéis,
que no
llegáis a besar
a
vuestra reina la mano?
ANTICRISTO (Sin
duda ha perdido el seso.) Aparte
¿Eres
reina?
SOFÍA:
¡Bueno es eso!
La
esposa vuestra, ¿no es llano
que
es reina?
ANTICRISTO: Si a ti te agrada,
seré tu
esposo.
SOFÍA:
Pues, ¿quién
no
querrá en Jerusalén
ser del
mundo respetada?
Dadme la mano.
ANTICRISTO: Y la vida.
SOFÍA: ¡Ah,
falso! ¡Ah, vil Anticristo!
Arroja la corona
Si eres
Dios, ¿cómo no has visto
que es
mi locura fingida?
Si
los pensamientos ves,
¿cómo
te he engañado en esto,
pues tu
corona me he puesto
para
arrojarla a mis pies?
No
han sido, no, dudas mias
las que
en esto he averiguado,
porque yo, nunca he dudado
tus
falsas hipocresías;
mostrarles quise a tus gentes
que
eres ceraste infernal,
diabólico Belïal,
y que
en cuanto dices, mientes.
JUDÍO
1: ¡Que esto sufra!
JUDÍO
2: Muchos son
los desengaños que veo.
JUDÍO 3: Todo el
reino galileo
duda ya
de su opinión.
ANTICRISTO:
(Corrido estoy: ¿qué he de hacer?
Aparte
Que a gozarla con violencia
no se
atreve mi impaciencia,
con
tenerla en mi poder,
temiendo que en su favor
obre
otro milagro el cielo
con que
me quite en el suelo
el crédito y el honor.)
Por lo que adoro tus
prendas,
sufro,
mi bien, tus agravios,
y a
trueco de ver tus labios,
no me
ofende que me ofendas.
Mas si
has llegado a creer
que me
engañaste, es error;
lisonja
fue de mi amor,
no
falta de mi poder.
Como
Dios, vi que intentabas
engañarme, y que tendrías
gran
contento, si creías,
mi
gloria, que me engañabas;
y
así lo fingí por darte
ese
gusto, aunque engañado;
y agora
que lo has gozado,
he
vuelto a desengañarte.
SOFÍA: ¡Qué
falsa sofisteria!
ANTICRISTO: Deberás
a mi afición
el
arriesgar mi opinión
por no
arriesgar tu alegría.
SOFÍA: ¿Por
qué me obligas en vano,
cuando
es el mortal suplicio
el
único beneficio
que
espero yo de tu mano?
Si
obligarme es tu intención
dame ya
el martirio; advierte
que se
apresura tu muerte
y
perderás la ocasión.
Sale el JUDÍO 4
JUDÍO 4: Ya Eliazar perdió la vida
invocando a Jesucristo.
ANTICRISTO: Y ya en
el infierno ha visto
su
ignorancia desmentida.
SOFÍA: ¡Oh,
mil veces venturoso
tú, que
a gloria celestial
trocaste
vida mortal!
ANTICRISTO:
¿Quieres ver qué tan dichoso?
Traed aquí la cabeza
de ese
caduco liviano.
Vanse el
JUDÍO y otros
SOFÍA: Remedios pruebas en vano
en cristiana
fortaleza.
Si derribas las estrellas,
si haces que cuantos montes
ven terrestres horizontes
truequen asientos con
ellas;
si
al sol das obscuro velo,
si del
impíreo al profundo
la ley alteras del mundo;
si
aniquilas tierra y cielo,
siempre me verás más fuerte,
más
invencible y constante;
que no
hay portento que espante
a quien
no espanta la muerte.
ANTICRISTO: Sin
tantos prodigios, presto
he de
verte arrepentida.
Sacan
JUDÍOS a BALÁN con astíllas entre los dedos
BALÁN: ¿Qué
importa perder la vida,
perros
judíos?
ANTICRISTO: ¿Qué es esto?
Balán, ¿así prevaricas?
JUDÍO 1: En el
cristiano delito
incurrió, contra el edito
de las leyes que publicas;
y cercano ya al
instante
de su muerte,
dio en decir
que
importaba descubrir
cierto
secreto importante
a tu
persona, y así
le he
traído a tu presencia.
BALÁN: Tú sin
duda mi sentencia
pronunciaste, porque en mí
se
venga a verificar
lo que
los niños decían
y por
consejo tenían;
que
habías de atormentar,
dividiendo de este modo
las uñas sutiles puntas.
Mas si los tormentos juntas
que ha inventado el mundo
todo,
bien
lo fundó el que afirmaba
que
éste no perdonarías;
y
presumo que sabías
el contento
que me daba
el
rascarme, y has querido
darme
en el mismo instrumento
de mi
contento el tormento.
Y agora
se ve cumplido
lo
que un discreto decía;
y era que estaba admirado
de que
no fuese pecado
cosa
que tanto sabía.
ANTICRISTO:
Acaba, llégate y di
el
secreto entre los dos.
BALÁN: Pues,
¿cómo, si tú eres Dios,
hay
secreto para ti?
Mamola. Éste es el secreto
que
descubrir he intentado
a tanto
pueblo engañado.
ANTICRISTO: (¿Ya me
pierden el respeto Aparte
hasta los rudos villanos?)
¡Muera ese vil!
BALÁN: Mis deseos
cumples asi.
ANTICRISTO:
¡Deteneos!
Que de
sus yerros cristianos,
antes que llegue a la muerte,
le
quiero desengañar.
Parece la cabeza de ELIAZAR sobre un bufete, y debajo de
él
ha de hablar ELIAZAR
JUDÍO 1: La
cabeza de Eliazar
es
ésta.
ANTICRISTO:
¡Oh, tú, cuya suerte
es ya de engaños ajena,
y aunque en ciega
obscuridad
sin
velo ves la verdad
bien
comprobada en tu pena!
Rompe las horribles bocas
del
infierno en virtud mía,
e
inspira en tu lengua fría
los
desengaños que tocas.
SOFÍA: ¿Qué
importará que en virtud
del
pacto por ti asentado
con el
príncipe dañado
de la
infernal multitud
preste voz a esta cabeza
algún espíritu
impuro
forzado
de tu conjuro,
para
que mi fortaleza
venzas?
ANTICRISTO:
Si en tu Dios confías,
muestre
su poder en ti,
y haz
que esta cabeza aquí
niegue que soy el mesías.
SOFÍA: Yo no he menester señales,
ni a mi Dios quiero
tentar.
Dios es Dios, y puede obrar
lo que importa en casos
tales.
ANTICRISTO: ¿Ves
cómo tu falsedad
tu recelo testifica?
Habla
ya, Eliazar, publica
el
engaño o la verdad.
Habla la cabeza
ELIAZAR:
Jesucristo es Dios eterno,
hijo de
Santa María.
ANTICRISTO: (Esto
merece quien fía Aparte
en
promesas del infierno.
¿Al
mejor tiempo me falta
su
favor?)
BALÁN:
Rabia, Anticristo;
que tus
engaños se han visto.
SOFÍA:
¡Gracias por merced tan alta
os
doy, mi Dios!
JUDÍO 1: ¿Que consientas
que te
venza una mujer?
JUDÍO 2: Mucho
dudo tu poder,
pues sufres tales afrentas.
ANTICRISTO: Perros, ¿vosotros también
blasfemáis las glorias mías?
JUDÍO
3: Si eres rey, dios y mesías,
remedia en Jerusalén
plaga tan universal;
que la tierra niega el
fruto,
las
fuentes dan por tributo
púrpura
en vez de cristal.
ANTICRISTO: (
Mucho mengua mi opinión.) Aparte
Sale el
JUDÍO 4
JUDÍO
4: Si eres Dios, ¿cómo has sufrido,
de dos cristianos
vencido,
la
rüina y perdición
de tus gentes? En la guerra
de Gog tres hijos perdi.
La vida les vuelve aquí;
diré a
voces que yerra
quien piensa que no le engañas.
Sale una MUJER judía
MUJER: No eres
Dios; tu lengua miente,
pues
permites que a tu gente
le
penetre las entrañas
la
lepra. Dame salud,
o adoro
el nombre cristiano.
ANTICRISTO:
Dejadme, pueblo liviano.
¡Qué
presto vuestra virtud,
que
probar he pretendido
con
estos golpes, mostró
en el
oro que ostentó,
el
plomo vil escondido!
Sale ELÍAS FALSO
ELÍAS
FALSO: Señor, ¿qué haces? ¿Qué
esperas,
que a yerros tan excesivos,
de tus rayos vengativos
no pueblas ya las esferas?
Ejecutando tu imperio
con
tormentos inhumanos
en los rebeldes cristianos,
llenaron el hemisferio
que los cerca, sus
encantos
de
música y resplandor;
y con
esto el ciego error
del
pueblo los llama santos
a
voces; y sin que tema
el
castigo de tu ira,
todo a
ser cristiano aspira,
todo tu
deidad blasfema,
negando que eres mesías;
convencidos de que vieron
que a
los cielos ascendieron
gloriosos
Enoch y Elías.
ANTICRISTO: (Ya
se declara mi daño, Aparte
ya
acabó mi monarquía;
mas no
acabará en un día.
Con el
imperio el engaño
fingir quiero que, ofendido
de la
tierra, subo al cielo,
y en
otra región del suelo
viviré
desconocido.)
Ya
de los hombres, Elías,
llegó
la pena postrera.
TODOS: ¡Muera
el Anticristo! ¡Muera! Dentro
¡Muera el fingido mesías!
ANTICRISTO:
Pueblo protervo y maldito,
¿puede
morir mi deidad?
Declárese mi crueldad,
pues se
declara el delito.
Adúltera y depravada
generación,
pues el suelo
no me
merece, del cielo
parto a
la eterna morada
de
donde mi ardiente furia
hará
que el rebelde y ciego
mundo a
diluvios de fuego
pague
en cenizas mi injuria.
Tú,
profeta precursor,
con mi
poder en la tierra
prosigue mi justa guerra
en
defensa de mi honor;
y
ofrece aquí a mi partida
sacrificios soberanos,
quitando a esos dos cristianos
la
infame incrédula vida.
ELÍAS FALSO: En
tu presencia muriendo
pagarán
su loco error.
SOFÍA: En
vuestras manos, Señor,
el espíritu
encomiendo.
Con
fortaleza recibe
la
muerte, Balán.
BALÁN: La puerta
de los
cielos miro abierta.
No
muere quien a Dios vive.
Mata ELÍAS FALSO a SOFÍA y a BALÁN. El ANTICRISTO sube por
tramoya, y en lo alto parece un ÁNGEL con espada desnuda,
y dale un golpe, y cae el ANTICRISTO; ábrese un
escotillón
del teatro, y por él entran el ANTICRISTO y ELÍAS FALSO,
y salen llamas
ÁNGEL:
Bárbaro, ¿quién como Dios?
Dale el golpe
JUDÍO 1: ¡Ay de
mí! De las Olivas
el
monte se abrió, y en vivas
llamas
sepultó a los dos.
TODOS: Dios
eterno es Jesucristo.
JUDÍO 1: Todo el
mundo adorará
su nombre.
Y ésta será
la
historia del Anticristo,
según la interpretación
que a
los profetas han dado
los
dotores. Al senado
pide el
poeta perdón,
pues en materias tan altas
y que están por suceder,
ni en él es mucho caer,
ni en vos perdonar sus
faltas.
FIN DE LA
COMEDIA