Cap.

1    IV|      no dejéis de llevar mis cenizas hacia la Arabia Feliz, al
2    IV|       la princesa guardó sus cenizas en un pequeño vaso de oro
3    IV|      cuando, al expandir las cenizas del pájaro sobre esta hoguera,
4    IV| apareció, en el lugar de las cenizas, un gran huevo, del cual
5    IV|    podido formar de vuestras cenizas un fénix muy parecido a
6    IV|  engañándolo. Doy fe por las cenizas y el alma del fénix, que
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