Capitulo

 1   1|          los tres! Rosa, Pinín y la Cordera.~ ~El prao Somonte era un
 2   1|          timbre y su misterio.~ ~La Cordera, mucho más formal que sus
 3   1|        prado cuidar de que ella, la Cordera, no se extralimitase, no
 4   1|  ferrocarril. La primera vez que la Cordera vio pasar el tren, se volvió
 5   1|  estrepitosos, sentados cerca de la Cordera, que acompañaba el augusto
 6   1|            amaban Pinín y Rosa a la Cordera, la vaca abuela, grande,
 7   1|         testuz parecía una cuna. La Cordera recordaría a un poeta la
 8   1|        verdadera que dios falso. La Cordera, hasta donde es posible
 9   1|            Rosa habían hecho por la Cordera los imposibles de solicitud
10   1| relativamente nueva. Años atrás, la Cordera tenía que salir a la gramática,
11   1|             Rosa y a Pinín debía la Cordera mil industrias que le hacían
12   1|      siempre estaban de parte de la Cordera, y en cuanto había ocasión,
13   1|               Añádase a todo que la Cordera tenía la mejor pasta de
14   2|         llegó a la primera vaca, la Cordera, y no pasó de ahí; antes
15   2|          pedazo de sus entrañas, la Cordera, el amor de sus hijos. Chinta
16   2|            los dos años de tener la Cordera en casa. El establo y la
17   2|             había concentrado en la Cordera; el regazo, que tiene su
18   2|            hacia Gijón, llevando la Cordera por delante, sin más atavío
19   2|    levantarse se encontraron sin la Cordera. “Sin duda, mio pá6 la había
20   2|            Al oscurecer, Antón y la Cordera entraban por la corrada7
21   2|            ellos que no me pagan la Cordera en lo que vale.” Y, por
22   2|            Chinta a quedarse sin la Cordera; un vecino de Carrió que
23   3|             tiranos del mercado. La Cordera fue comprada en su justo
24   3|           se abrazó al testuz de la Cordera, que inclinaba la cabeza
25   3|            silencio era fúnebre. La Cordera, que ignoraba su suerte,
26   3|          otro el que les llevaba su Cordera.~ ~El viernes, al oscurecer,
27   3|            se sacó a la quintana la Cordera. Antón había apurado la
28   3|             ellos sentimental de la Cordera y de los propios afanes,
29   3|        indiferente comisionado y la Cordera, que iba de mala gana con
30   3|            se perdió el bulto de la Cordera, que parecía negra de lejos.
31   3|      cigarras infinitas.~ ~-¡Adiós, Cordera! -gritaba Rosa deshecha
32   3|       deshecha en llanto -. ¡Adiós, Cordera de mío alma!~ ~-¡Adiós,
33   3|             de mío alma!~ ~-¡Adiós, Cordera! -repetía Pinín, no más
34   4|        aquel día. El Somonte sin la Cordera parecía el desierto.~ ~De
35   4|     aquellos tragaluces.~ ~-¡Adiós, Cordera! -gritó Rosa, adivinando
36   4|             vaca abuela.~ ~-¡Adiós, Cordera! -vociferó Pinín con la
37   4|            los indianos.~ ~-¡Adiós, Cordera!~ ~-¡Adiós, Cordera!~ ~Y
38   4|          Adiós, Cordera!~ ~-¡Adiós, Cordera!~ ~Y Rosa y Pinín miraban
39   4|        ricos glotones...~ ~-¡Adiós, Cordera!...~ ~-¡Adiós, Cordera!...~ ~ ~
40   4|              Cordera!...~ ~-¡Adiós, Cordera!...~ ~ ~
41   5|             Adiós, Rosa!... ¡Adiós, Cordera!~ ~-¡Adiós, Pinínl ¡Pinín
42   5|               Adiós, Pinín! ¡Adiós, Cordera!~ ~Con qué odio miraba Rosa
43   5|      telégrafo. ¡Oh!, bien hacía la Cordera en no acercarse. Aquello
44   5|                Adiós, Rosa! ¡Adiós, Cordera!~ ~FIN~ ~
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