Capitulo

 1   2|                                   Celso Arteaga era uno de los hombres
 2   2|     apasionado, soñador, del buen Celso.~ ~Solían agruparse los
 3   2|           de la colación de casa. Celso, en tal ocasión, cenaba
 4   2|         entierro de la sardina.~ ~Celso, ya se sabía, en la clásica
 5   3|          tendría cerca de treinta Celso, llegó el buen pedagogo
 6   3|   vecindario allí reunido que don Celso, el del colegio, pidiera
 7   3|          no conocía la multitud a Celso Arteaga. Estuvo sublime,
 8   3|          de su propia embriaguez, Celso dejó libre curso al torrente
 9   3|         invierno.~ ~Por labios de Celso hablaba el más recóndito
10   3|      pensar que se trataba de don Celso el del colegio, que nunca
11   3| alucinación, vio que, de repente, Celso se arrojaba de rodillas
12   3| improvisada pasión del famoso don Celso, el del colegio. Allí no
13   3|          todo pasa. ¡Vaya con don Celso!~ ~A la media hora, es claro,
14   4|                                   Celso Arteaga volvió el jueves,
15   4|          que hablara otra vez don Celso, porque no había quien se
16   4|           Cecilia había buscado a Celso, ni Celso a Cecilia. Entre
17   4|         había buscado a Celso, ni Celso a Cecilia. Entre las brumas
18   5|         vanidad de ningún género, Celso podía asegurarlo. Cierta
19   5|         dejó sorprender mirando a Celso; se hablaron los ojos, hubo
20   5|           Sí, pero aquel invierno Celso contrajo justas nupcias
21   5|  judicatura. Pasaron tres años, y Celso, juez de primera instancia
22   6|          caro y grande para ella. Celso no se fijó al principio
23   6|     despertado los recuerdos, don Celso exclamó:~ ~-¡Caramba! ¡Pues
24   6|        Prast... o cosa así.~ ~Don Celso, con su ama de llaves, se
25   7|    obscura, salía el jubilado don Celso Arteaga del Casino, defendiéndose
26   7|      usted?~ ~-¡Ah, si! -dijo don Celso.~ ~Y se quedó bastante triste,