Libro

 1     1|    cuando tanto te amaba, cuando era tu inseparable, y hallarme
 2     1|        ruinas de un pabellón que era su retiro predilecto y que
 3     1|          sus relaciones; que ahí era adonde iban a hablarles
 4     1|        parecía ser más de lo que era, porque era todo lo que
 5     1|        más de lo que era, porque era todo lo que podía ser. ¡
 6     1|        la naturaleza entera? ¿No era nuestro trato un cambio
 7     1|        del genio? Y ahora… ¡Ah! ¡Era mayor que yo y se me anticipó
 8     1| casualidad me llevó a este sitio era una tarde magnífica; encontré
 9     1|      digo menos de su talento si era artista! ¡Oh, amigos míos! ¿
10     1|         la mujer y me enteré que era hija del maestro de escuela
11     1|          como la concurrencia no era de mi completo agrado, me
12     1|       puerta de entrada. El aire era pesado y difícil era respirar,
13     1|        aire era pesado y difícil era respirar, se veían arremolinarse
14     1|         bien formada, cuyo traje era un simple vestido blanco
15     1|        hacia el más pequeño, que era una criatura preciosa. El
16     1|       llevártelo; el anterior no era mucho mejor.~ ~Yo quise
17     1|        la comprendiera.~ ~Cuando era más joven, dijo, nada me
18     1|          puerta de la casa donde era la reunión, no sabía dónde
19     1|          sentido tan ágil, ya no era un hombre. ¡Tener entre
20     1|          comprometida.~ ~Ésta no era noticia para mí, pues sus
21     1|         atiné a responder.~ ~-Yo era una de las más medrosas,
22     1|          el verdor de los campos era más fresco y vivo. Nuestras
23     1|         cosquillas y la algazara era grande y la alegría, muy
24     1|          y besó a un pequeño que era el niño mimado del anciano,
25     1|   anciano, a pesar de lo feo que era y de lo sucio que estaba.
26     1|       por supuesto juzgué que lo era Schmidt, es un hombre bien
27     1|        que es mi consuelo. Quizá era a mí a quien buscaba… a
28     1|        lo hubiera abrazado. ¡Tal era mi felicidad! Pero me refrené.~ ~
29     1|    tiempo; pues bien, otro tanto era para mí este sirviente.
30     1|   obstante, me contuve porque no era la primera vez que escuchaba
31     1|          le conté su historia.~ ~Era una dama bondadosa, encerrada
32     1|     esperanza: la abandona quien era su vida. No ve el inmenso
33     1|      historia de la princesa que era servida por manos encantadas.
34     1|        gritan que la de antes no era así; de modo que ahora tengo
35     1|          la explanada. La escena era soberbia y tanto más sublime
36     1|         a decir más, Guillermo. ¿Era necesario que ella me hiciera
37     1|       reproducir su palabra, que era flor celestial de su alma?~ ~
38     1|    aquella criatura sublime, ¿no era preferible a todo? ¡Qué
39     1|             apretándome la mano. Era digna de que la conocieras.~ ~
40     1|         tranquila; su única pena era abandonar a sus hijos, sobre
41     1|          paseaba; preguntó quién era y dijo que te acercaras.
42     2|        Hablar así a este imbécil era hablarle en griego y me
43     2|      Ayer comí en su casa. Justo era uno de los días en que por
44     2|           Cada palabra que decía era una espada que cruzaba mi
45  Post|      Juanito se me murió!~ ~Juan era el menor de sus hijos.~ ~
46  Post|         convenciera de que él no era un malvado ni un insensato.~ ~
47  Post|          su abuela, y parece que era una persona dignísima. Por
48  Post|     abierto a un amor ilimitado, era capaz de abrazar al mundo
49  Post|           cuyo recuerdo me mata, era para mí tan feliz? Porque
50  Post|        que su traje mostraba que era un hombre del pueblo, creí
51  Post|        con reyes y emperadores. ¡Era tan bueno y cariñoso! Me
52    Ed|         en tan poco tiempo y que era siempre el mismo hombre,
53    Ed|          presentaba ahí; pero no era, según su dicho, ni por
54    Ed|       coche en busca de su hija. Era una hermosa mañana de invierno.
55    Ed|         aquel suceso, cuyo autor era una interrogante. Se había
56    Ed|       que el autor del asesinato era aquel joven a quien había
57    Ed|    producido gran simpatía. Como era indispensable pasar por
58    Ed|       disiparon las dudas.~ ~Sí, era él; aquel criado tan enamorado
59    Ed|   semejante, el magistrado, como era de esperarse, no dio signos
60    Ed|    responsabilidad enorme, y que era necesario que el proceso
61    Ed|      puedo ser justo?~ ~La tarde era apacible y el tiempo ayudaba
62    Ed|  desbordados y que la inundación era completa en mi valle. Me
63    Ed|         la he sometido. Sin duda era mi destino apesadumbrar
64    Ed|          si algo la hacía dudar, era sólo cierta consideración
65    Ed|       pues un esfuerzo semejante era superior a su fuerza. No
66    Ed|      Entendía lo que este hombre era y debía ser siempre para
67    Ed|          llegó a quererlo tanto; era tan auténtico el afecto
68    Ed|      secreto deseo de su corazón era reservárselo para ella,
69    Ed|   guerreros de la montaña! ¡Y él era tan bravo en la pelea! Escuchen
70    Ed|      melodioso y el alma de Ryno era un rayo de lumbre. Pero
71    Ed|    cantar en la colina. Su canto era dulce, pero triste. Lamentaban
72    Ed|         héroes. El alma de Morar era gemela de la de Fingal;
73    Ed| oscuridad de la noche; tu cólera era una tempestad, tu espada,
74    Ed|       rayo en el combate, tu voz era el rugir del torrente después
75    Ed|         de la guerra, ¡tu frente era tan dulce y apacible! Tu
76    Ed|       una noche serena. Tu pecho era tranquilo como el mar cuando
77    Ed|       aflicción de los guerreros era honda; pero el sollozo de
78    Ed|    matutina.~ ~“Arindal, tu arco era invencible, rápido tu dardo
79    Ed|          pelo blanco; su aspecto era serio y tranquilo. ‘¡Oh,
80    Ed|     tiempo oyó ruido y despertó. Era la criada que venía a poner
81    Ed|        adolescente una amiga que era apoyo y consuelo de mi abandonada
82    Ed|     conmovían su noble corazón. ¿Era que le consumía el corazón
83    Ed|   indignada de su atrevimiento? ¿Era que le mortificaba el comparar
84    Ed|    abandonar y a quien necesario era dejar. ¡Ah! ¡Qué vacío para
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