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San Juan Bautista de la Concepción Obras IV – S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
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Jhs. Maria
A un hábito, domingo segundo después de Pascua. Ego sum pastor bonus, etc. Misericordiam Dei, Ordinis paupertatem, et fratrum societatem
Todas las tres cosas que su charidad pide está en el título y nombre que hoy Cristo toma para sí y en el que da a su charidad. El se llama pastor y a su charidad lo llama oveja. Yo soy, dice 1, pastor bueno y conozco mi ganado y mis ovejas oyen mi voz. En este nombre que Cristo toma, y en el querer tener cuidado de pastor el día de hoy y de su charidad y de los demás, está encerrada [72r] infinita y eterna misericordia. Porque, entre los nombres que tomó Cristo, ninguno assí nos muestra el cuidado que Su Majestad tiene del hombre como éste. Llamóse luz 2, pero la luz a tiempos se esconde, pues, ausentándose de noche, no la echamos menos mientras dormimos. Llamóse labrador 3, y este nombre y officio también tiene su primavera, cuando el labrador huelga y descansa después de haber derramado su trigo; y no siempre siembra, ara, cava y siega; ni el señor de las viñas siempre coge, ni el mercader siempre granjea, ni es tiempo de ferias y mercados; ni los demás officios no siempre trabajan, que llega la fiesta y pascua, cierran sus tiendas y se pasean en las plazas. Pero para el pastor no hay fiesta ni disanto, no hay noche ni día, siempre y en cualquier tiempo ha de estar velando y trabajando sobre su ganado, de día y de noche. Mirad lo a que dice el sancto Jacob tratando de los trabajos y cuidados que había tenido en la guarda del ganado de Labán porque le diesen por su mujer a Raquel: Die et noctu, aestu et gelu somnus fugiebat ab oculis meis, dice la sagrada Scriptura 4. Y los pastores, a quien el ángel les dio la nueva del nacimiento de Cristo, dice que los halló vigilantes et custodientes vigilias noctis b 5; que velaban sobre su ganado. Esta inmensa providencia muestra hoy Cristo para con su charidad: que lo hace su oveja y él su pastor; el considerar que siempre y a cualquier hora ha de estar el mismo Dios atendiendo a su reparo y remedio. Que es lo que el mismo Cristo dice 6: Pater meus usque modo operatur, et ego nunc operor c. No hay hora ni momento en que no esté atendiendo a nuestras necesidades, etc.
Es officio este de labrador [sic] que quiere ser entero. El sastre, bástanle manos; al caminante, pies; al predicador, lengua. Y el pastor lo ha menester todo, dándonos a entender que todo entero se ha de dar al que [72v] quiere ser oveja de su rebaño: pies para buscarla, manos para traerla, silbo para llamarla. Seas tú mill veces bendito, Dios mío, porque quieres ser mi pastor y ocuparte todo en mi bien y en mi reparo. ¿Qué tengo de decir de esta inmensa e infinita misericordia? Tiene más este nombre: providencia, que en sí encierra más que los otros nombres. Porque las ovejas son unos animales que cada momento las han de estar apacentando, mudando los campos, las yerbas, los abrevaderos, ya en los valles, ya en los montes, etc. Esta providencia que Dios tiene de su ganado la dice por Eccechiel 7: Pascam oves meas in montibus Israel, etc. Vide, etc. Y de ésta habló David cuando dijo: Dominus regit me, et nihil michi deerit 8, idest, Dominus michi pastor d est; y por ser él mi pastor, no me falta nada. Lea todo este psalmo en confirmación de esto que vamos diciendo. Dichoso su charidad, que, por querer ser oveja de este pastor, de hoy en adelante no le ha de faltar nada, porque Dios le ha de ser todas las cosas, pues es su pastor.
Ahora pregunto yo: si un amo tuviese un criado a quien quisiese tanto que, mirándole todas sus necesidades, se las proveyese y enviase el remedio de ellas a su propio aposento, que diríamos todo lo que se podía decir del cuidado y providencia del tal amo y señor. Pues aún más hace Dios con los hombres. ¿Quieren ver lo que hace? Miren una oveja que come y allá en su buche hace una dispensa y de allí saca qué rumiar y comer toda la noche. Pues lo propio hace nuestro Señor con sus ovejas: que en sus almas puso una dispensa donde el mismo Dios se encerró y metió, para que, buscándole el hombre en lo secreto del corazón y hallándolo, lo rumie, contemple y considere. Mirabilis facta est scientia tua ex me e 9. Si te [73r] busco, Dios mío, dice David, en mí te hallo, no he menester apartarme mucho para buscar y hallar mi sustento, pues entras, Señor, en mi alma, etc. Dic los lugares de la Scriptura en que muestra Dios estar con el mismo hombre, etc.
Más hace. Por si tuviere sed, que no se aflija en buscar abrevaderos, fuentes ni pozos. Fiet in eo fons aquae salientis in vitam aeternam f 10; que pone en él una fuente. Y, porque no se canse de sacar agua, dice que ella se está vertiendo por ojos y boca, por nuestro entendimiento y voluntad, etc. Puédense decir muchas cosas de esta divina providencia, de este buen pastor para con aquellos que le buscan y quieren ser sus ovejas. No tengo lugar para lo scribir.
Lo segundo que pide es la pobreza de la Religión. También se la está enseñando nuestro buen Dios en este nombre de pastor, no siendo g, en cuantos officios haya en el mundo y estados, en que assí un hombre exercite la pobreza como en el de pastor. No hay hombre, por pobre que sea, que no tenga vestido que remudar y cama en que se acostar y diferencias de cosas que comer, pero el pastor viste siempre un zamarro, duerme en el suelo y come pan y agua, etc. Miradlo en Cristo, que, entre los hijos de los hombres, no le hubo más pobre, pues él dice que son más ricas las raposas del campo y los pájaros del aire, pues las unas tienen cuevas y los otros tienen agujeros donde meterse, y Cristo no tiene donde reclinar su cabeza 11. En un pesebre nace y en una cruz muere, y en un duro suelo reposa y unos pobres pañales viste y un áspero pan de cebada come (di de la pobreza de Cristo).
Ve ahí lo segundo que pide, que es la compañía de los hermanos, también está en este nombre de pastor, el cual es tan amigo y devoto de su ganado que, [73v] por tenerlo todo junto, por sola una oveja que le faltaba en el cielo, dejó las otras y se vino por estos desiertos, etc. Y él propio dice que «sus contentos es estar con los hijos de los hombres» 12. Y aunque le cueste la compañía de la oveja, el traerla a sus cuestas, dice que no ha de quedar sin ella; y la estima en tanto que quiere que le den el parabién 13, etc.
Pues en este nombre de oveja de este buen rebaño están las tres cosas que su charidad pide encerradas: misericordia de Dios grande, que su charidad haya oído su grito, su voz y se vuelva a su pastor. Esta es inmensa y grande; y la señal que tienen las ovejas de este rebaño, oír su voz y palabra: Vocem meam audiunt 14. Por gran cosa decía Samuel 15: Loquere, Domine, quia audit servus tuus h; hablad, Señor, que vuestro siervo está apercibido para os oír. Hablad, Señor, que no duermo, no estoy divertido, atento estoy, las orejas os presto, no se me irá ninguna palabra. Audiam quid loquatur in me Dominus meus 16, quoniam loquetur pacem in plebem suam, etc., usque: gloria in terra nostra 17. Explica i. Y assí, por grande y particular maldición, dice el profeta de los obstinados: Excaeca cor populi huius, et aures eius aggrava 18, ut videntes non videant, et audientes non intelligant 19, etc.; aures habentes, non j audient 20, etc. Si esta parte se quisiere alargar, hay muchas cosas buenas, etc.
Lo segundo, la pobreza de la Religión, está también en este nombre de oveja, la cual es tan pobre y más que ningún animal, que no le hay sino la oveja que deje de ser señor de su vestido; a sola la oveja la trasquilan, le quitan la lana, el cordero, la leche, etc. ¡Oh buen Dios, mis hermanos, y cómo, si de veras [nos] considerásemos ovejas de este rebaño [74r] de Cristo, y cómo con veras se abrazarían y gustarían de esta pobreza! Si son ovejas, no han de ser señores de ese pobre vestido y mortaja que traen, sino que ése se lo han de quitar cuando al prelado le pareciere lo ha de desnudar; sus obras, que son sus hijos, no han de ser suyas. Todos los hombres trabajan y ganan para sí dineros, hacienda, etc., pero el religioso nada ha de ser suyo. No hay aguardar, hermano, en este mundo premio ni paga. Lo que hiciere, ha de ser de la Religión, si fueren obras y cosas exteriores de precio y de valor; y lo demás ha de ser del mismo Dios: la leche que está metida en sus entrañas, sus pensamientos y deseos, etc. Dic.
Lo tercero, la compañía de los hermanos. Ningún animal hay tan necesitado de compañía como las ovejas, porque por sí sola una no bala sino que padece mill peligros, pero, en compañía de las demás, le da Dios el abrigo que le quitan cuando la trasquilan y quitan la lana, pues vemos cómo estos animales se juntan y, en tiempo de frío, se abrigan y, en tiempo de calor, se hacen sombra. Todo esto tiene un religioso en compañía de los demás: que los unos a los otros se encienden en charidad y se hacen sombra, etc. «¡Ay del solo, dice el Spíritu Sancto 21, porque, si cayere, no tendrá quien le levante!» Etc.
Y assí digo que, si su charidad quiere bien considerar este nombre que hoy le da Cristo de oveja, en él hallará encerrado las tres cosas que pide: misericordia, pobreza y compañía. Y en el nombre de pastor que Cristo toma hallará el premio y paga de la cruz que hoy abraza, el abrigo de su desnudez y la hartura de su hambre. Y assí, mi hermano, no tengo que decirle de sus trabajos y penitencias que en la Religión ha de hacer, porque, si a su lado ha de tener a su buen pastor acudiendo al consuelo de sus aflicciones y al remedio de sus necesidades, [74v] no hay que decir. Si acá por gran cosa se dice que hambre que es para hartura no es hambre, ¿cómo le podremos decir a su charidad que trabajos en los cuales se da Dios por descanso son trabajos, y hambre donde se da Dios por manjar y comida, y sed donde hay una fuente perenne, y desnudez donde hay abrigo de tal pastor y compañía de tantos hermanos, y pobreza donde ve el hombre ha de ser señor de tantas voluntades? ¡Oh Señor y bien mío, y cómo me parece que con tu siervo, a quien tú hoy lo haces tu oveja y tú te das por su pastor, juegas a lo que los muchachos dicen daca y toma! Toma, Señor, mi pobreza y dame tu riqueza; toma mi hacienda y dame tu cielo, etc. Dic.
Qui servat ficum comedet fructus eius 22 (Proverbiorum 27) k. Es muy justo, dice el Spíritu Sancto, que quien guarda la higuera coma sus fructos. Y pues Dios guarda al religioso y se hace su pastor, que el religioso le dé el fructo que da la oveja. Pues veamos por qué comparó aquí el religioso a la higuera. Digo que la higuera cubre su desnudez, entre los demás árboles, con hojas que parecen y son más cilicio de ásperas que vestido blanco. Lo segundo, entre los árboles, es la que lleva dos fructos, y esto es lo que ha de dar y el fructo que ha de comer el dueño que la guarda. Por las hojas, la aspereza de la vida; por las brevas tempranas, la vida activa, por donde un religioso empieza; por los higos blandos, maduros y llenos de miel, la contemplativa. Y esto es lo que el hombre le ha de dar a Dios y lo que Dios da. Es lo que queda dicho. Y pues en ésta que Dios da queda el remedio y consuelo de nuestras penitencias y trabajos, no hay que decirlas. Basta decir que, a mi parecer, es como si dos jugasen y en los envites el uno metiese tantos, pedrecillas y palillos y el otro metiese escudos. Eso propio nos [75r] sucede con Dios: que, si bien miramos lo que nosotros le damos y lo que Su Majestad nos da, hallaremos esto propio, según es de grande la diferencia de lo que damos a lo que recibimos. Sino que Su Majestad es tanto lo que nos ama, que a estas nuestras obras, penitencias y mortificaciones las hace tantos; y tanto monta, porque por tantos los tiene aceptados y recibidos, dándoles valor con su muerte, pasión y sangre. Y esto es lo que él propio dice 23 a los que fueren a su viña, que les dará lo que fuere justo, porque aquella infinita bondad por sus méritos levanta y realza nuestra poquedad, de suerte que diga él que nos da por ese trabajo lo justo.
¡Seas tú, Señor, bendito, que, porque yo quiera ser tu oveja, digas tú que es justo ser mi pastor, y porque yo te dé mi pobreza, sea justo el darme tu riqueza, y porque dejo mis padres, sea justo serlo tú, y porque dejo hombres, sea justo darme compañía de ángeles! Esta es inmensa e infinita misericordia de Dios. El sea alabado por los siglos, etc.